Capítulo 37:

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Regresé a mi habitación con Alejandro, todavía me dolía un poco la barriga de antes. Me senté en la cama, frotando mi vientre.

"Escuché que nuestro bebé está bien..."

Soap entrando en la habitación.

"El bebé está bien, eso dijo el médico. Revisaron a t/n mientras ella dormía". Dijo Soap.

"Gracias." Dijo Alejandro.

Alejandro estaba siendo cortante con Soap una vez más, no era justo, Soap me ha estado cuidando mientras todos estaban con mi hermano.

"Alejandro por favor..." Dije.

"¿Qué pasó?" Preguntó.

Suspiré.

"Nada" respondí.

"Creo que los dejaré a los dos sol-" Dijo Soap.

"Se." respondió Alejandro.

"ALEJANDRO" dije.

"¿Está bien t/n?" Preguntó Soap.

"Sí, gracias Soap por... todo". Yo dije.

Él sonrió y se fue.

"No puedes ser amable con él ni siquiera en una situación como esta ¿verdad?"

"¿Por qué sería amable con él?" Preguntó.

"Me salvó la vida junto contigo, Ghost y..."

"Lo sé..." dijo.

"Pero, eres consciente de que él quiere algo contigo, ¿verdad? Por eso es tan amable contigo" agregó.

"¿Él no puede solo ser amable?" Yo dije.

"Hay intenciones detrás", dijo.

"¿Cómo lo sabes?" Yo pregunté.

"La forma en que te mira"

"Olvídalo, no me importa para ser honesta. me vuelvo a dormir" dije

"¿No vas a comer prime-"

"No tengo hambre Alejandro." Respondí.

"Tienes que cenar" dijo.

Suspiré.

"¿No me escuchas cuando hablo?" Le pregunté.

"Carajo, alimenta a mi hijo por lo menos" Respondió enojado.

Escuché y cené la comida que me trajeron; Estaba asquerosa. Me hizo recordar el tipo de comida que me daban cuando me secuestraron. Para ser honesta, solo la terminé por el bebé. Los médicos dijeron que necesitaba pasar la noche en el hospital, en caso de que sintiera algún dolor intenso en el vientre durante la noche.

Dormí un par de horas, Alejandro durmió en la silla junto a la cama, me sentí mal por él. No era mi intención tratarlo como una mierda, pero esta situación me estaba poniendo de los nervios. No podía soportar el hecho de que mi hermano ya no estuviera con nosotros, me sentía enojada por todo, me sentí culpable, sentía que era la peor persona del mundo. Me la pasé despertándome por las pesadillas, todo en lo que podía pensar era en la bala que escuché venir del arma de Valeria.

Sentí un dolor de cabeza punzante toda la noche, cada vez que me despertaba, comenzaba a sollozar por el dolor y las pesadillas. Alejandro finalmente me despertó en la mañana, antes de que trajeran el desayuno.

"¿Estás bien cariño? Sé que no dormiste bien", preguntó.

"Dormí como la mierda, por si no te diste cuenta"

"Vamos" Me ayudó a sentarme.

El desayuno no estuvo tan mal como la cena, necesitaba algo dulce y por suerte me trajeron crema y galletas con mermelada.

"¿Quieres?" Le ofrecí a Alejandro algo de mi comida.

"Estoy bien", dijo.

"¿No vas a tomar un desay-" traté de preguntar.

"No tengo hambre t/n" dijo

"Ay, Dios mío", respondí.

"Bueno, no estás embarazado, no hay forma de que pueda obligarte a comer", agregué.

El me miró.

Se quedó en silencio durante un par de minutos mientras yo comía.

"¿Qué?" Yo pregunté.

"Todo esto es mi culpa", dijo.

"No, yo causé todo eso en mi cas-", respondí.

"T/n, fue mi esposa quien lo mató", dijo.

Sentí cosas en mi estómago cuando dijo esa palabra.

Se dio cuenta de que me sentía incómoda.

Mi mamá entrando a la habitación.

"Tu médico dice que podemos irnos ahora t/n, ¿estás bien?" Dijo ella.

"Supongo." Yo dije.

"El funeral es mañana al mediodía...", dijo.

Ella se fue.

Salimos del hospital esa mañana, Alejandro vino con nosotros. Estábamos todos en el auto de mi papá en silencio, nadie dijo una palabra durante el camino a casa. Apoyé la cabeza en la ventanilla del auto, cuando Alejandro me tomó del hombro y me atrajo hacia él. Apoyé la cabeza en su hombro. Una lágrima resbaló por mi mejilla.

Llegamos a casa y fui a darme una ducha, no tenía ganas de hacer nada de mi rutina de skincare, solo quería dormir para siempre. Fui a mi habitación y allí estaba Alejandro, sentado en mi cama.

"¿Quieres tomar una ducha?" Le pregunté.

Se quedó en silencio.

"Oye" dije.

Empezó a sollozar.

Me senté junto a él.

"Era mi hermano", dijo.

Empecé a llorar con él.

"Lo sé mi amor, lo sé" dije abrazándolo.

Empezó a decir otras palabras sollozando, me rompió el corazón.

"Sabes, ella siempre ha sido complicada, pero... nunca pensé que la vería..." Su voz se quebró.

"...que la vería matando a alguien, mucho menos..." Me miró.

"... mucho menos, a mi propio hermano" se echó a llorar.

Nunca pensé que vería a un hombre como Alejandro llorar así, no quería verlo llorar para nada. Algo dentro de mí comenzó a sentirse caliente, mi sangre, mis venas. Podía sentir la furia dentro de mí. No podía permitir que alguien hiciera llorar a mi Alejandro de esa manera, y no sé por qué carajos no le disparé cuando tuve la oportunidad. Fui una pendeja, pude vengar a mi hermano y no lo hice, por ser una cobarde.

Limpié las lágrimas de Alejandro con mi camisa y lo besé. Empezamos a besarnos con pasión, sentí cosas. Sentí la rabia y creo que él sintió lo mismo, estábamos furiosos por todo. Le di una bofetada en la cara, me miró con ojos amenazantes, me agarró del cuello con fuerza y empujó mi cuerpo hacia él, haciéndome sentar en su regazo. Continuamos besándonos bruscamente, descargando toda nuestra furia el uno con el otro.

Mi soldado - Alejandro Vargas y túWhere stories live. Discover now