Un voluntario

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—Tienes mucho valor para venir —le advirtió desde la oscuridad de la habitación apenas iluminada por la luz de las teas que entraba por la puerta entreabierta.

—No eres tan estúpido como para matarme antes de saber qué está pasando y, una vez que lo sepas, no podrás hacerlo.

—¿Estás segura, lobo? —le preguntó surgiendo detrás de ella.

—Desde luego —asintió Asdis volviéndose—. Tú no me matarás.

—¿Y cómo lo sabes?

—Porque yo sé quién me matará. Es mi premio —le explicó.

—¿Premio?

—Yo, en tu lugar, no me preocuparía de una vieja loba y me centraría en mí mismo y mi situación —le aconsejó.

—¿Nalbrek?

—Nuestro chico está bien —contestó Asdis—. Inquieto, pero bien. Y para que sigas así, necesitamos tu colaboración.

—¿Me estás amenazando? —le preguntó con fingida calma.

—¿Amenazar? Desde luego que no —negó—. Pero si tú te enfadas, si tenemos que reducirte, Nalbrek lo sabrá y tú no querrás eso, ¿cierto?

—¿Qué quieres? —inquirió retrocediendo un paso para adentrarse de forma parcial en las sombras.

—Que seas nuestro voluntario.

—No —se negó en redondo.

—Antes de negarte escucha, zorro. Cuando comenzó la reunión, ese loco nos explicó que ellos habían llamado a Drej, pero que sus elegidas resultaron ser inadecuadas, por lo que ahora necesitaban a alguien para poder comunicarse con él, exigiendo que cada uno de nosotros entregase a alguien para poder repetir la ceremonia. Al parecer, las mujeres que vimos se presentaron voluntarias para todo esto y fueron preparadas por la gente del templo para poder llevar a cabo esa función. No pudimos conseguir detalles de lo que les hicieron —le explicó—. Lo que sí logramos fue que nos explicasen los requisitos.

—¿Acaso vais a entregar a alguien a esos locos después de lo que hemos visto?

—¿Sabes? Eso mismo dijo Gail cuando lo escuchó, por eso tuvimos que sacarlo de la reunión. No estaba dispuesto a ser razonable —murmuró negando con la cabeza cuando lo miró—. Aquí hay algo, eso es innegable —le recordó mostrándole su destrozada mano—. Y conseguir que eso nos ayude es la única manera que tenemos de expulsar a los humanos de nuestras tierras y salir vivos de esto. Y si para salvar a todos los cambiantes es necesario sacrificar a uno, lo haremos. Sin dudar. Nos han dicho que el voluntario sebe ser alguien joven y sano, sin heridas para que su cuerpo tenga alguna posibilidad de resistir la ceremonia. También debe tener un fuerte vínculo con alguien para que su alma no desaparezca cuando se una a Drej y que debe ser voluntario para no perder la cordura y poder soportarlo.

—Y por eso me elegisteis a mí.

—Debíamos ofrecer a alguien de nuestra ciudad y tú eras nuestra mejor opción.

—Yo no soy de vuestra ciudad.

—Tú eres compañero de Nalbrek, el cual nació en nuestra ciudad. Y aunque en condiciones normales podrías quejarte e invalidar mi propuesta, ahora mismo, ni aunque ese oso que os acompañaba estuviese vivo podría evitarlo. Tú eres nuestro voluntario.

—Reconoce que todo esto es una venganza.

—Desde luego. Destruiste nuestra ciudad.

—Por lo que le hicisteis a Nalbrek.

—Nalbrek es nuestro, pequeño zorro, como lo fueron sus antepasados. No iba a permitir que ellos se librasen de sus cadenas mientras nosotros seguíamos atados, mucho menos el hijo de esa traidora.

—¿Gerna? —le preguntó sorprendido por el odio que destilaba su voz.

—Ella siempre se creyó mejor que nosotros, que yo, pero yo devolveré a su familia a la ciudad. Cuando tú desaparezcas durante esa ceremonia, el último Uiba se volverá loco y, entonces, podremos lograr que tenga hijos.

—Hablas como si yo fuese a presentarme voluntario, cuando no lo haré.

—¿Estás seguro, zorro?

—Dijiste que era necesario que la persona quisiese hacerlo. Bien, me niego.

—¿Y dejarás morir a todos los cambiantes de este país?

—No soy un héroe —rechazó.

—¿Sabes? Me decepcionas.

—Decepcionar a alguien como tú es un placer.

—Tienes respuesta para todo, zorro. Veamos hasta cuándo.

—Solo mientras haga falta.

—Muy bien, zorro. Eres demasiado egoísta para salvar a todos los cambiantes, pero ¿y si lo que está en peligro fuese tu pareja?

—¿Mi pareja? —le preguntó alerta.

—Sí, Nalbrek. ¿Estarías dispuesto a hacerlo por él? ¿Para protegerlo?

—¿Me amenazas con matarlo? ¿Cuándo acabas de decir que lo quieres para que tenga hijos?

—Lo necesito loco, cuerdo, no me sirve de nada.

—Claro que te sirve, sirve como razón para que yo ilumine tu ciudad de noche. ¿O debería decir servía ahora que ese lugar no existe? —añadió y Asdis se volvió furiosa hacia él.

—No hables de mi ciudad, zorro.

—Ni tú me amenaces con mi pareja, lobo. Nalbrek sabe cuidarse.

—¿De todos?

—¿De todos? —le preguntó a su vez sin entender.

—Sé lo que es Nalbrek, zorro. Sé quién es su padre. Estaba unida a uno de los lobos que te atacaron y lo vi. A Nalbrek convertido en águila salvándote. ¿Qué crees que pasará cuando todos lo sepan? ¿Qué crees que le harán? ¿Qué le harán a su padre?

—No puedes demostrarlo —negó con seguridad.

—¿No? —le preguntó mostrándole un líquido de color celeste en el que brillaban motas plateadas que giraban como guiadas por un viento caprichoso que formaba diferentes animales antes de volver a girar.

—¿Tienes el agua del cambio? —le preguntó incrédulo.

—La gente de este templo es sorprendente. No solo sabían de los Uiba y se mostraron entusiasmados con la idea de que un miembro de esa familia fuese el ancla del voluntario, la mejor ancla, según ellos, sino que incluso tienen esto. ¿Qué crees que pasará cuando se lo demos delante de todos y cambie? —le preguntó.

—Déjame hablar primero con Nalbrek, después, me presentaré voluntario.


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Tenemos nuevo voluntario para ser metido en lava 🥳 Aunque el que sea Dawi puede ser un pequeño problema😅

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