Capítulo II

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—¡Oye! —me persigue mi hermano por toda la casa —. ¡t/n! ¡Dame eso!

—¡Alcánzame!

Le acabo de robar unos tacos de fútbol por molestarme, y ahora estoy huyendo de él porque me va a matar cuando me pille, aunque es más rápido que yo.

—t/n, que nos tenemos que ir a entrenar, dáselos —trata de intervenir Gavi.

—Tú te callas.

—Solo digo que...

—Oye, cállate o esos tacos de fútbol acabarán en tu cabeza —advierte Sira, pasando por el salón como si nada.

—Nos tenemos que ir a entrenar.

—Mira esto —Sira termina de comerse una galleta que llevaba en la mano y tose, inspirada —. ¡Me he hecho un pedido de Shein!

—¿¡Y no me lo has enseñado!? —me paro de repente, provocando que Pedri casi choque conmigo.

—¿Quieres verlo? —Sira levanta el móvil y yo dejo los tacos en un lado, murmurando —. Esta vez te salvas, hermanito...

—Te voy a meter a un psicólogo —bromea.

—¿Y no vas a venir a ver el entrenamiento? —me pregunta Gavi cuando paso por su lado.

—Eh... Es que estoy... Ocupada.

—Sí, no podemos perder el tiempo con entrenamientos...

—¿Y Ferran? ¿Ya no quedas con él? —pregunta Pedri, guardando las cosas distraídamente.

—Escuchádme, no tiene nada que ver Ferran en que no queramos ir, ¿vale?

—Vale, vale.

—Bueno, nosotros nos vamos —Gavi se cuelga la bolsa al hombro.

—Adiós —nos despedimos las dos.

Hay un momento de silencio, en el que Pedri y Gavi me miran.

—Sé lo que queréis que haga. Pero, no.

—Si a mí me da igual, cuando me digáis que estáis saliendo me hago el sorprendido, ¿va?

—Flipas, ¿hace falta que te lo digan? —interrumpe Sira.

—¿Estás insinuando que soy idiota o algo?

—¿¡Yo!? Si eres tú.

Y ahí comienza una pelea entre Sira y Pedri. Gavi suspira y se pasa las manos por la cara, desesperado.

—Escúchame, ¿por qué no se van Sira y Pedri al viajecito ese y nos quedamos tú y yo aquí? Tranquilos, por supuesto.

—Ni de broma —le doy un golpecito en el hombro —. Me quiero buscar algún chico guapo por ahí —bromeo.

—Que graciosilla eres, ¿te lo habían dicho? —ironiza.

—Muchas veces, gracias por recordármelo —le lanzo un beso al aire.

—...no es mi culpa! —escuchamos que Pedri finaliza la discusión, saliendo de la casa con un portazo.

Sira sube corriendo a mi habitación sin decir nada. Y ahí estamos, Gavi y yo, mirándonos sin saber qué hacer. Ahora nos toca lidiar con cada uno de nuestros mejores amigos.

—Suerte —habla, poniéndome una mano en la mejilla.

—Lo mismo te digo —me atrae hacia él y me da un beso de despedida, del que le cuesta separarse.

—Una pena, pero tengo que irme —me mira a los ojos.

—Venga, Pedri estará esperándote. Y solo te vas a entrenar, si luego nos vamos a ver.

TEMPORADA DOS - El mejor amigo de mi hermano ✓Where stories live. Discover now