Capítulo XXIX

3.1K 118 75
                                    

Me siento nerviosa en mi silla, sabiendo que es la última clase del curso intensivo...
Quedan tan solo dos días para irme.

La instructora entra al aula; medio triste, medio orgullosa.

—Buenos días a todos —sonríe.

Todos la saludamos y Estela y Zoe se sientan a mi lado. En cuanto a Estela... Bueno, hay mucho cambio. Ya se porta mejor con nosotras y aprecia las cosas buenas que hacemos.

La clase pasa rápido y por la despedida compramos una tarta entera en la pastelería. Al terminar, cada uno se va a su casa. No sin antes darnos abrazos. Zoe y Estela vienen a casa para pasar juntas esta última noche en Barcelona.

Resulta que Zoe irá al mismo lugar que yo y la veré. Estela, en cambio, va a estar a dos horas en coche de nosotras. Cuando llegamos, Pedri nos abre la puerta y le sonríe a Zoe tontamente.

—¿Te vas a apartar? —pregunto.

Pedri me mira con el ceño fruncido y nos deja pasar. Nosotras subimos a mi habitación para que me ayuden con la maleta y demás.

—Qué emoción. Queda muy poco —comenta Zoe.

—Yo voy a echar de menos a Sira, a mi hermano... A mi novio... —murmuro, guardando algunas cosas insignificantes —. No sé como aguantaré dos años sin verlos a todos...

—Pues deja a tu novio —comenta Estela, tendiéndome una foto enmarcada para que la eche a la maleta.

—¿Eres idiota? —bufa Zoe —. No le hagas caso.

—Yo solo decía... Porque en dos años separados, uno pondrá los cuernos. Siempre pasa.

Zoe al ver mi cara seria, interviene enseguida, dándome cosas para que las guarde y me distraiga.

—¡No sabe lo que dice! ¡Ignórala! —alza la voz Zoe.

—¡Sí sé lo que digo! Seguramente se busque a otra o tú te busques a otro.

Zoe se indigna y le lanza un zapato para que se calle.

—T/n, tú ni cas...

—Tiene razón... —trago saliva —. Así podré estar más tranquila y seguramente no lo pase tan mal cuando me vaya...

—¡ESTELA! —chilla Zoe —. ¡MIRA LO QUE LE HACES PENSAR!

—¡Yo solo he dicho cómo van a ser las cosas!

Zoe y Estela empiezan a pelearse y yo me siento en mi cama, pensativa.

Estela tiene razón... Al fin y al cabo, uno de los dos va a acabar con otra persona... Y voy a pasarlo aun más mal si estoy pensando todo el rato en el qué pasará...

Pero, lo quiero tanto...

—¡T/n, venga, sigue haciendo la maleta! —grita Zoe.

Me levanto enseguida y le hago caso. Ella, de mientras, mira mal a Estela.

—Cariñ... —Pedri se interrumpe al ver que todas le miramos —. Eh... Zoe, ¿vamos?

Zoe asiente nerviosa y se va con Pedri después de despedirse de nosotras. Estela y yo enarcamos una ceja y seguimos con la maleta.

—¿Al final qué? ¿Vas a dejarlo? —pregunta.

—No sé... Lo quiero mucho...

—Piensa que lo vas a pasar fatal, sufriendo por saber sobre él. Y que seguramente, a la semana bese a otra.

La miro, confusa y triste.

—Gavi no es as...

—Todos son así, hazme caso. Yo que tú, lo dejaría antes de montar al avión. Y lo bloquearía de todos lados.

Pensar en Gavi y en dejarlo me hace estremecerme y querer gritar. Claro que no quiero dejarlo, pero Estela... Parece que sabe lo que dice...

—Y allí encontrarás uno mejor, hazme caso.

Tras una charla, termino de ordenar mi maleta, que casi no cierra. Estela ha conseguido convencerme, aunque no estoy muy segura. Necesito pensar y estar a solas.

—Bueno, he de irme. Adiós, guapa —me da un abrazo y sale de casa.

Me dejo caer en mi cama, mirando como el ventilador no para de girar.

¿Será lo correcto...?

Estela ha dicho que sí. No le hagas caso a esa.

Ay, cállate. Maldita conciencia.

Justo cuando cierro los ojos, Gavi entra a la habitación, sonriente. No puedo mirarlo igual sabiendo que en dos días lo dejaré ahí... Antes de irme y sin recibir respuesta.

—¡Mira! ¡Han sacado una nueva película! ¿¡La vemos!? —habla, emocionado.

—He quedado con alguien, lo siento —murmuro, levantándome y yéndome con tan solo mi móvil y mi cartera.

No le he visto la cara, pero juraría que ahora mismo está pensando en qué ha hecho mal y cómo pedirme perdón por cosas que ni él sabe cuáles son.

—¿T/n?

Levanto la cabeza y veo a Sira, que me da un abrazo.

—¿Cómo estás? —pregunta. Al ver mi estado de ánimo, cambia la cara —. ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?

—Nada. Tan solo me duele la cabeza y he salido a dar un paseo —sonrío débilmente.

Suelta un suspiro de alivio, que me hace suspirar de alivio —internamente— a mí también, al ver que no va a urgar más.

—Me tengo que ir que Ferran me espera. ¡Nos vemos mañana! —me dedica una sonrisa y se va rápidamente.

Doy un largo paseo por el parque y diferentes calles que no conocía y cuando vuelvo a casa, Gavi está en el sofá viendo la película, solo. Me sienta fatal, pero no quiero que le sea tan... Fuerte lo de dejarle.

—Hola —me sonríe, moviéndose para que me siente a su lado.

—Buenas —saludo, subiendo a mi habitación directamente.

Gavi apaga enseguida la televisión y unos segundos después de cerrar la puerta, él la abre.

—¿Qué te pasa? —se preocupa, cerrando la puerta y acercándose a mí —. ¿Qué he hecho?

—Estoy bien. Es que... tengo sueño —le sonrío un poco, fingiendo que estoy cansanda.

—Has estado toda la tarde fuera. ¿Te ha pasado algo? ¿He hecho algo mal?

—No has hecho nada. Solo estoy cansada, déjame dormir, por favor.

—Pues vamos a dormir.

Cuando intenta tumbarse, lo detengo del brazo.

—Duerme hoy en tu habitación... Estoy enferma y no quisiera contagiarlo —miento.

—Me da igual enfermarme.

—Lo siento, buenas noches —murmuro.

Me mira con confusión y tristeza, pero al final, asiente y me da un beso con ternura en la frente.

—Buenas noches —sonríe, saliendo de la habitación y apagando la luz.

Esto va a doler, y mucho...

[...]


TEMPORADA DOS - El mejor amigo de mi hermano ✓Where stories live. Discover now