TEMPORADA DOS - El mejor amigo de mi hermano ✓

Capítulo XI

Holaa. Perdón por tardar tanto, es que estoy estudiando para exámenes y eso. Bueno, quería decir que gracias por todo el apoyo que me dais 🫶🏻🥹

¡Espero que disfrutéis este capítulo!

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—¿Puedes dejar de moverte? —pregunto, enfadada —. Esta mierda de armario es pequeñísimo.

—Guarda tú silencio.

—¡Os voy a encontrar! ¡Y mas os vale explicarme TODO! —grita Pedri, recorriendo y revisando cada esquina de la casa.

—Es que a quién se le ocurre poner un balón sustituyendo un puñeteto jarrón —hablo, susurrando.

—¡Haber dado tú una idea! —Gavi frunce el ceño.

Se escuchan paso entrando a la habitación en la que estamos y enseguida nos callamos.

—¿Estáis por aquí?

Nos quedamos en completo silencio, hasta sin parpadear. No se ve bien dentro porque está oscuro, pero la vista se nos ha adaptado un poco y vemos lo justo.

—Vale... —murmura.

Cuando sale de la habitación, suelto un suspiro sonoro de alivio y a los pocos segundos se abre la puerta.

—¡Aquí estáis!

Pego un bote del susto.

—Vais a explicarme por qué no me dijisteis que el jarrón estaba roto. Mamá va a venir mañana y se dará cuenta seguro —se cruza de brazos mientras salimos del escondite.

—Es que no quería que me mataras —habla Gavi.

—A ver, ¿quien lo ha roto? —pregunta Pedri.

—Los dos —hablo.

—Bueno, pues veréis cómo arreglar esto, porque mañana mamá estará aquí a primera hora y es de noche, ¡no vais a encontrar un jarrón igual a ese!

—Podemos disimularlo con algo... Mamá no se acordará de eso, no hay problema.

—Y tanto que se acordará.

—Bueno, no nos precipitemos, ¿vale? Seguro que no se da cuenta —interviene Gavi.

—Más os vale que no se dé cuenta.

—Que no, Pedri, relájate y hazle caso a tu hermana.

Suspira y se dirige a salir de la habitación, pero se frena y nos mira.

—Y si hacéis el favor, mañana decidle ya lo que sois porque mamá no para de molestarme con que os junte.

Se va, sonriente y yo me cruzo de brazos, pensativa.

—¿Tú quieres que se lo diga? —le pregunto, mirándolo.

—A ver, me da un poco de vergüenza y eso...

—¡Venga ya! Si te quieren mucho, eres el mejor amigo de su hijo. Seguro que no van a mirarte mal.

—Yo paso de decírselo —intenta salir de la habitación, pero lo retengo.