Capítulo V

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Sira está guardando todo el la maleta, seria.

—Deberíamos haber venido más tiempo —se lamenta.

—Ya te digo. No hemos disfrutado al cien y quedan cosas por ver —contesto mientras inspecciono un bote de gel del hotel —. ¿Esto es gratis? Mira que viene un montón.

—No lo hemos usado y si está en la habitación, para nosotras —me lo arrebata de las manos y lo echa a mi maleta sin pensarlo.

—Meh, si no le gusta que nos lo llevemos, que lo peguen a la pared.

Seguimos ordenando la maleta y cuando terminamos, revisamos dos veces toda la estancia para asegurarnos de que no nos hemos dejado nada.

—Con lo bien que estoy aquí... Volver a Barcelona y tener que aguantar a unos chicos que parecen chavales de siete años... —suspira.

—Al menos tú te hablas con Ferran —suelto una risa irónica.

—¿Qué ha pasado con Gavi al final?

—Respondió a la historia, traté de hablar con él y razonar y se enfadó —resumo distraídamente —. Le dije que solo eran chicos, que no había hecho nada con ellos ni tenía la intención, me contestó que si estaba haciéndolo adrede o algo.

—¿Y qué más?

—Nada, lo dejé en visto porque se lo repetí unas cinco veces.

—¿Y no os habláis desde...?

—Desde que subí esa foto... Pues esa misma noche —pienso —. Sí, en la madrugada.

—Pero, ¿estabais saliendo?

—En secreto, supuestamente. Porque disimulado no es.

—Ya —se ríe —. Lo suponía, solo quería asegurarme y me lo tienes que contar todo.

—Sira, ni me ha hablado en todo el tiempo, ¿qué quieres que te cuente?

—Tú sabrás. Cosas que nunca me hayas dicho. Por ejemplo, ¿cuándo tienes pensado envolverte con él?

—Que directa... —cierro la correa de mi maleta y la dejo al lado de la puerta.

—¿Puedes contestar mi pregunta?

—No sé qué quieres saber.

—¿Te estás poniendo roja?

—¡No!

—T/n, ¿hay algo que tenga que saber?

—Ay, Sira, que insoportable —paso por su lado para buscar mi móvil.

—¿¡Te lo has tirado y no lo sabía!?

—¡No!

—¿Segura? —se asoma por mi lado, analizándome.

—Segurísima.

—¡Si estás roja! ¡Madre mía! ¿¡Cuándo!?

—Dios, Sira, esto ya es incómodo.

—¡Joder! ¿Pedri lo sabe?

—¿Puedes dejar el tema?

—Porque que salgáis juntos lo ve bien, pero que te lo tires no sé yo...

—¿Puedes parar de decir que me lo he tirado?

—Vale, perdón. Has tenido tu momento de amor.

—Puag, como no pares voy a vomitar.

—Vale, vale...

Nos quedamos en silencio y cuando me doy cuenta me está mirando, aguantándose la risa.

TEMPORADA DOS - El mejor amigo de mi hermano ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora