Una historia de amor que jamás dejará de ser escrita

CAPITULO 27

CAPITULO XXVII

Al parecer el efecto de Dean en mi duró muy poco, pensé que duraría años retratándome que él era el hombre perfecto para mí, pero no es así, han pasado 2 años y medio desde que me mudé a Paris. Estar lejos de mi familia y perderme tantas cosas junto a ellos es algo que me deprime más y más, pero no quiero volver hasta estar segura de que nada puede hacerme daño, nada de mi pasado allá.

El bebé de Less ya tiene un año y poco más, casi para dos, se llama Christopher, Christopher Brooks. Me perdí todo el drama de Less al momento de tenerlo y sus primeros meses como madre, Chloe me contaba cada vez que podía las estupideces que hacía mi hermana por estar de despistada, pero menos mal mi madre estaba allí para apoyarla y corregirle; Amo a mi sobrino más que a nada, siempre que puedo hablo con él por video llamadas o vienen a visitarme de vez en cuando.

Sam y Chloe han formalizado su relación de una forma envidiable. Sam es todo lo que nunca creí que podía ser, maduró y dejó atrás su aspecto de casanova. Según me contó, tiene pensado apenas terminen la universidad proponerle matrimonio a mi mejor amiga. Nada me haría más feliz en esta vida.

Mis padres no han cambiado nada, siguen siendo esos cariñosos y locos adultos, ahora pasan más tiempo en casa por su adorado nieto, que es "la luz de sus ojos", realmente es la luz de todos los de la familia.

Christian y Less se casarán en varias semanas, es decir, tengo que volar a esa fecha tan especial, no quiero perderme más nada en la vida de mi familia, no es muy bonito ver las fotos que suben cuando salen y saber que no puedes hacer nada para estar allí disfrutando con ellos.

En cuanto a Dean, me cuentan que su hijo es todo para él, no se ha casado aún con Penélope, pero piensa pedirle matrimonio muy pronto. Esa noticia no me ha afectado para nada -intento plantearme-, ya somos adultos y nuestro tiempo juntos se acabó. No pasó más de un noviazgo y así se quedará. Su hijo es lindo y tierno, varías veces lo he visto en las fotos que suben mis padres, mis hermanos, Chloe o Christian.

Me alegro por él, uno de sus más grandes anhelos era ser padre... pero de nuestros hijos.

Debo ir haciéndome la idea de que volveré a ver a Dean, creo que he madurado emocionalmente y he aprendido a que nada del pasado me afecte, no quiero que nada dañe mi felicidad, y menos ahora que estoy saliendo con Wesley.

Nuestra historia de amor no fue tan rápida. Duró un año invitándome a salir y eso, luego me pidió ser su novia, pero no estaba segura... pasaron meses y después de tantas súplicas acepté, puedo ser feliz de nuevo y eso lo puedo notar. Wes es único, amoroso, cariñoso, honesto, caballeroso y siempre está allí para mí... pero hay un gran ¨pero¨, nuestra relación es de amigo que se besan y esas cosas, no he podido sentir por el amor, amor, amor, amor, ¡NO!, no puedo sentir más que conformidad y confianza de una amistad. Estoy dando todo lo que puedo, todo menos amor y eso me lastima el doble, no quiero pensar que por mi culpa él puede sentirse mal.

Este año termino mis estudios universitarios, con esfuerzo y dedicación, mientras estaba en el último año de escuela hice un técnico que me sirvió para adelantar varios semestres, una gran ventaja.

-Amor, se no hace tarde -me avisa Wesley desde la sala de mi apartamento.

-Voy -contesto revisando mi ropa. Hoy saldríamos a cenar e ir al cine.

Recojo mi bolso y salgo de mi cuarto, él está mirando la televisión desde el sofá.

-Estoy lista Wes -anuncio cuando estoy parada detrás de él.

- ¡Amor, por Dios, luces hermosa! -se para rápidamente del sofá y besa castamente en los labios. Sonrío y paso mis brazos detrás de su cuello para besarle- Estoy pensando en cancelar la cena y quedarnos en casa, sólo tú y yo... -susurra a mi oído y me hace reír.