Una historia de amor que jamás dejará de ser escrita

CAPITULO 15

CAPITULO XV

Ya de nuevo es lunes, mi domingo no fue tan bueno, no salí de mi habitación en todo el día, mis hermanos, Chloe y Christian intentaban sacar de mis labios el por qué terminé con Dean, pero no lo pudieron hacer, les dije la misma mentira que le dije a él. No me gusta engañarlos, pero tampoco quiero involucrarlos en el capricho de Penélope, de hecho, ya lo están, pero no sería bueno que se enteren, sobre todo Less.

Bajo las escaleras sin ánimos y llego a la cocina para intentar comer algo; nada de comida me pasa, solo lo quiero a él devuelta...

-Buenos días cariño -me dice Less dándome un abrazo.

-Hola Less -contesto con una muy falsa sonrisa, no quiero seguir preocupándola.

- ¿Cómo sigues? -me pregunta mientras comienza a comer de su desayuno, yo juego con el mío, no me provoca nada.
-Bien, hoy iré a comprar algunos libros -le informo mientras me pongo de pie e intento salir lo más rápido posible de la casa antes de que me obligue a probar un bocado de mi desayuno, desde ayer en la mañana no como nada, solamente agua y un jugo de milagro.

-Está bien -contesta- Blue, toma tu jugo -me ordena.

-No tengo apetito -respondo poniendo mi bolso en mi hombro.

-Me importa un bledo, tómate el jugo -repite.

-Pero...

-Nada -dice pasándome el vaso y esperando a que termine.

Mi cuerpo lo agradece, me siento más despierta y un poco mejor.

Salgo al parqueadero y entro a mi auto, hoy llegaré sola, Christian pasará por Less y mi hermano se quedó en casa de un amigo.

Caminar sola por los pasillos de la escuela me hace sentir peor, Dean siempre entraba conmigo haciéndome una que otra broma. No puedo seguir recordando hechos que me hagan sentir peor; abro mi casillero y cuando tengo el texto que necesito, cierro la puerta y me encuentro a el amor de mi vida, allí, parado, detallándome, su expresión es triste y cansada como la mía, al parecer no tuvo un buen inicio de semana.

-Hola -me dice con aquel brillo en los ojos que me mata.

-Dean... -es lo único que puedo decir.

-Por favor, hablemos, he pasado todo el día de ayer y lo que va del día de hoy pensando en que he hecho para que tomaras esa decisión, yo por ti hago lo que sea y siempre te demuestro cuán importante eres para mí, no existe otra mujer en mi vida aparte de mi madre, sólo tu -mis ojos comienzan a cristalizarse, por favor Dean, no sigas hablando- Sé que aún me amas, sé que me amas tanto como yo lo hago, por favor no juegues más conmigo ni contigo misma, entiende que lo que esté sucediendo en tu cabeza puedo ayudarte a arreglarlo. Yo siempre estaré aquí para ti cariño. -acaricia mi mejilla, tacto que me relaja y me reconforta.

Escucho unos tacones con dueña a lo lejos y me separo inmediatamente de él sin decirle nada, el nudo que tengo en la garganta no me deja hablar; pensé que podría manejarme cuando estuviera al frente de él, pero no es así y nunca lo será.

Entro rápidamente al salón de clases y me siento en lo último de este, no quiero estar al frente y escuchar todos los rumores y chismes por el rompimiento de Dean y yo.

Chloe entra y se sienta a mi lado.

-Aquí estoy para ti -acaricia mi mano y me abraza, rompo en llanto. Menos mal aún faltan varios minutos para que la clase empiece.

Chloe ha intentado saber la verdad, ella no me cree tanto al igual que Dean, pero me entiende, me dijo que contara con ella cuando quisiera desahogarse o saber algún consejo... Pero por ahora es mejor que no lo sepa.