CAPITULO 32

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CAPITULO XXXII

Less y Christian por fin dijeron sí. Si a una vida juntos llena de sueños y esperanzas.

Imposible no derramar lágrimas de felicidad al ver a mi hermana cumpliendo todo lo que había deseado. Una vida junto a Christian.

La fiesta no se hace esperar, así que apenas salimos de la ceremonia la música invade todos los rincones del salón y llega el momento del primer baile como esposos de Less y Chris.

- ¿Deseas algo de tomar? -me pregunta Wesley mientras mira la mesa de bebidas.

-Agua por favor -contesto y me deshago de nuestro agarre de manos.

He sido lo más dulce que he podido con Wesley, aunque ha querido hacerme enojar no lo ha logrado.

- ¿Cariño, por qué tan sola? -me pregunta mi padre

-Normal padre, ¿qué cuentas? -intento distraerme un rato.

-Aquí, viendo que mis chiquitas se están creciendo, prométeme que no te casarás y serás la soltera de la familia que vivirá con sus padres -no aguanto las ganas de reír al igual que mi padre y carcajadas salen por montón.

-Creo que me dices eso algo tarde -muestro mi anillo.

-No me digas eso, harás que a este viejo se le rompa el corazón -lo abrazo y juego con su copete lleno de gel.

- ¿Te he dicho que luces guapo? -lo halago.

-Sí, ya me lo han dicho varios también -ya sé de dónde sacó Sam su egocentrismo.

-Pareces padre de Sam -le enseño la lengua.

-Y el de Less y tuyo -hace el mismo gesto y me dirige hacia la pista de baile. Todos se unen a acompañar el primer baile de mi hermana y su esposo.

Luce como una princesa de cuento de hadas, todo ha resultado como lo soñó.

- ¿Cariño, estás segura de casarte con Wesley? -me pregunta mi padre mientras nos movemos al ritmo de la música.

No quiero mentirle, pero creo que es lo mejor. Debo mostrar seguridad y entusiasmo.

Sonrío lo más falso que puedo e intento mostrar esa chispa de emoción en mi vista.

-Sí, eso creo -no sueno tan convencida como pensaba...

-Wesley es un chico bueno, y eso..., pero no es para ti, no es con quien quieres pasar el resto de tu vida y eso se nota -sigue hablando.

-Para eso están los divorcios, ¿no? -le sonrío inocentemente.

-No es lo mismo amor, casarse es un gran paso, que te marca para toda la vida -me siento una niña chiquita.

El en todo momento ha sido mi apoyo, y también sé que se siente peor que yo al saber que su hija sufre por culpa del amor, además de su caótica vida llena de compromisos y la poca decisión al optar con algo... Su poca fuerza de voluntad.

-Lo pensaré papá -acomodo mi cabeza en su hombro y seguimos bailando.

Mi padre se preocupa por mí, más que nada, el teme a que me hagan daño de nuevo o que haga cosas por sentirme obligada. Es un gran padre y por ello lo amo, por sus consejos y constantes abrazos.

-Señor, me permite -dice Dean haciendo que mi padre se separe de mí y le entregue mi mano para seguir bailando. Eso ha sonado más como una afirmación a una pregunta.

A mi padre se le dibuja una sonrisa en el rostro e intenta ocultarla.

-Cuídala muchacho -le guiña un ojo cómplice y desaparece.

Una historia de amor que jamás dejará de ser escritaWhere stories live. Discover now