~ V e i n t e ~

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Hoseok se encontraba sentado solo en la mesa de la cafetería de la escuela comiendo su almuerzo, perdido y casi ajeno al ruido a su alrededor. Podía oír a los demás estudiantes hablar, pero sólo era ruido. Sintió que algo tocaba su hombro y al darse la vuelta lentamente para mirar detrás de él.
En cuanto lo hizo, la piel pálida de la niña se tornó un poco rosácea.

-Eunha- dijo sorprendido pues no esperaba encontrarse con nadie, menos a la hora de su almuerzo. -¿Sucede algo? ¿Estás bien?- preguntó pues en los ojos de la pequeña min siempre había existido un brillo, pero ahora el brillo parecía empañado. En aquella opacidad había miedo. Hoseok reconocía el miedo.

Eunha estaba indecisa si responder o no, en su mente solo recordaba los paseos que daba con su padre por el parque, tomados de la mano hasta llegar al kiosco donde ambos comerían un delicioso helado. Su padre le había proporcionado los mejores ratos en sus pocos años de edad. Pero ahora era diferente

-¿Puedo hablar con usted?- la infante hablaba diferente, asustada. Casi desesperada - creo que me estoy volviendo loca- aquellas palabras lo puso escamoso y un tanto nervioso porque los niños asustados siempre decían la verdad.

-Vamos a mi oficina y continuemos hablando -

Al llegar la niña se sentó en el pequeño sillón se color rojo llevando sus manos a su pecho haciendo una leve presión sobre su corazón.

-llevo algunos días sin ver a mi padre, y cuando vuelve se encierra en su habitación, muchas veces solo me dice no cuando le llamo, pero no importa ese día el estaba diferente. Asustado casi desesperado- recordó Eunha- lo llamé para que me ayudara a hacer mis tareas y averiguar si pasaba algo.

Hoseok solo escuchaba sin interrumpir las palabras de la pequeña.

-Escuche a mi padre gritar enojado, estaba muy asustada - Explicó -no quiero que mi papá esté enojado, me pregunté porque no dormía. Olía muy raro toda la casa, un olor espantoso. Quise entrar pero él me lo impidió, probé abrir la puerta pero estaba cerrada con llave.-

-¿Que más pasó?- comentó Hoseok empezando a grabar la conversación -¿Que sucede Eunha?-

Aquella noche, después de que se fuera a la cama, los recientes hechos extraños que rodeaban a su padre comenzaban a invadirle la mente. Una sensación cada vez mayor de temor que le provocaba un ataque de ansiedad. Unos pocos minutos más tarde su padre se acercó a la habitación, no le pareció raro que la fuera ver, pues este acostumbraba a darle un beso en la frente y asegurarse que dormia bien.

—Por fin tendrás una familia feliz— susurró luego de dejar un casto beso en su frente.

La pequeña se quedó en silencio tratando de dormir, hasta que el ruido proveniente del sótano se empezaron a escuchar. temblaba del miedo, su cabeza solo podía pensar en fantasmas que irían a buscarla pero solo podía escuchar voces

—Esto te enseñará a quedarte callado—  se escuchaban los gritos lejanos y sollozos ahogados.

Mucho después de que volviera el silencio, la asustada niña se quedó en su cama, despierta y aterrorizada. Todavía tenía miedo a los fantasmas.
Eran las tres de la mañana, solo se escuchaba un ruido de arrastre fuera de la puerta se la habitación. El miedo tomó el control e imaginaba que los fantasmas habían planeado su muerte y ya estaban llendo  por ella. Estaba demasiado asustada para salir de su cama, pero al mismo tiempo demasiado asustada para quedarse en ella. El ruido de arrastre cada vez se oía más fuerte. No era su imaginación ¡Los fantasmas definitivamente iban a su habitación! Su miedo se volvió abrumador y no podía contenerlo. Gritó tan fuerte que el sonido de arrastre desapareció sin embargo solo escucho un golpe seco y pisadas que con prisa se dirigían a su habitación.

Mientras se calmaba en los brazos de su progenitor, entre sollozos le contaba que los fantasmas irían a buscarla. Le explicó que los escuchó desde el sótano, a lo que él solo respondió que los fantasmas no eran reales, aclaró que quizás pudo ser una sola pesadilla . Poco después de esa explicación, ambos bebieron un poco de té y volvieron a sus respectivas camas, ella todavía en shock y muy adormecida.

Hoseok asintió escuchando atentamente el relato de la menor,  había leído que la Espectrofobia o el miedo a los fantasmas
Se debía a muchos factores y que era más frecuentes en niños con un grado de soledad. Había leído que los fantasmas existían y también que no,  recordaba haber oído que se podía atravesar un fantasma como si fuera niebla, pero no si se podía viajar de un lugar a otro a trave de él. Se había enterado de apariciones en cruces de caminos rurales. Ciudades barcos fantasmas. Dos personas vivas, sentadas a una mesa tomadas de las manos, podían invitar a un fantasma a que hablara por medio de ellas. Hoseok no sabía si el fantasma de uno podía tener la forma de otro, ni cuando tiempo tardaba alguien en descubrir que eso que veía o ese con quién hablaba era un fantasma. Entendía poco sobre el tema y además se daba cuenta de que ni lo que tenía aprendido ni lo que se pregunta a le servirían para saber si lo que comenzó  a asediar a Eunha en la noche era un fantasma o era otra cosa.

—Por favor señor Jung, no quiero volver a casa— dijo casi al borde de las lágrimas.

—Llamaré a tu padre para que venga a recogerte Eunha— dijo tecleando los números en si celular —De pasó necesito hablar con él todo esto se solucionará—

La niña asintió, pero al escuchar que llamaría a su padre, sintió que su ansiedad iba en aumento, quedarse con Hoseok no había supuesto ningún problema; sin embargo no quería volver a su hogar. Pues en casa se despertaba a causas de terribles pesadillas en las que habían voces que exclamaban por ayuda .

Hoseok tomó la mano de Min, sabia que debía empezar a ayúdale superar el miedo. Así pues, el profesional le pidió a Eunha que buscará un nombre adecuado para su miedo, porque la sola mención de la palabra <fantasma> era suficiente para provocarle ansiedad y náuseas.

Eunha pensó durante unos instantes y luego dijo:

—El miedo materia —

—¿Y por qué ese nombre?— preguntó Jung sorprendido

—Pues porque se puede transformar, cómo la materia—

—Ah, ¿Y a qué se debe que quieras transformarlo?

—El miedo creo que se puede transformar con ayuda en valentía — explicó la niña

—¡Wow! ¿Y se te ha ocurrido eso a ti solita? Veo que has descubierto todo por ti misma y has llegado a la conclusión de que necesitas encontrar un valor que se pueda aprender para superar tu miedo.  Eres inteligente. Estoy impresionado. Así que, dime entonces, ¿Cómo te gustaría llamar a ese valor?

—Valentía sorprendente —

—Bueno, y ¿Cómo has pensado en un nombre así? — le preguntó

—Porque sería toda una sorpresa no volver a tener ese miedo.

—Porque sería toda una sorpresa no volver a tener ese miedo

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Hoseok trabajando con niños me da mil años de vida ❤️🥹

Cuarta actualización de la semana, tqm ❤️

𝘔𝘪 𝘗𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳 𝘈𝘮𝘰𝘳 𝘋𝘦 𝘝𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥 (𝘝𝘏𝘰𝘱𝘦)Where stories live. Discover now