Fiare [Adaptación JeffTaBarcode]

Capítulo 4

El castaño reconoció el peligro y se puso inquieto, su corazón estaba acelerado y si hubiese estado en su forma de bestia, estaba seguro que tendría las orejas gachas. No hubo necesidad de apretar su cuello, la esencia fue suficiente para hacerle saber quién dominaba ahí.

Las garras rozando su cuello le recordaron que un movimiento en falso y terminaría muerto.

Ta se acercó más, presionando su cuerpo y el castaño tuvo que ceder, se agarró con fuerza del uniforme del alfa y jadeó en busca de aire puro, sin el tan concentrado aroma de alfa.

Pero pronto se dio cuenta que entre más olía el aroma del alfa más tranquilo se ponía, sus nervios bajaban y se aferraba con más fuerza a Ta buscando más de él, este bajó la mano que amenazaba con rebanarle el cuello y la puso en la parte posterior de su nuca, sintió los colmillos encogerse al igual que sus garras, parpadeó confundido y el dolor en su cabeza explotó.

Jadeó sintiéndose débil, eso pasaba después de estar en ese estado, entonces Ta lo soltó fulminándolo con la mirada y lo dejó caer, se apartó y dió la vuelta para irse, no sin antes decir algunas palabras.

—Más te vale dominar el estado de Fiare, o de verdad de consideraré inútil.

Barcode solo pudo aguardar a estar solo para pensar y tratar de procesar lo que había pasado, fue consiente de él mismo, del lugar dónde estaba, y de lo más importante... Ta había logrado calmarlo... ¡Calmarlo! ¡¡A él!!

Ni siquiera Job había conseguido hacerlo, las únicas personas que habían logrado calmarlo en toda la vida habían sido sus padres. Trató de no sorprenderse tanto, pero era imposible, sintió su sangre calentarse y sus feromonas alborotarse, negó apurado, se levantó de inmediato y fue corriendo a su habitación. ¡¡No podía ser cierto!!

Corrió con fuerza llevándose a más de un alfa que pasaba por ahí a tropezones, recibiendo gritos y reclamos, cuando al fin llegó; entró rápidamente buscando en su bolsa, encontrando los supresores y tomando uno rápidamente. Respiró rápido tratando de tranquilizarse, su bestia se había acoplado tan bien a Ta que había comenzado a reaccionar.

Negó frustrado, Ta era un hijo de puta y no... ¡No iba a caer contra él!, no cuando un futuro le esperaba en su casa.

Miró entre todas sus cosas tiradas como sobresalía un brillante anillo de oro puro, era tosco e insípido, pero tras él había una promesa de compromiso, solo negó soltando el aire.