Fiare [Adaptación JeffTaBarcode]

Capítulo 8

—¿Por qué me ves así? ¿No le darás la bienvenida a tu nuevo camarada?

— ¿De qué hablas? —jadeó, si estaba entendiendo bien, ese alfa estaría en el batallón, pero ¡¡no era militar!! Era un agente... Era un policía con esteroides prácticamente.

— Estoy aquí haciendo un gran favor a tu prometido — sonrió más al ver como Barcode frunció el ceño.

— Habla claro— demandó.

—Job me pidió que te cuidara en esta estúpida etapa de tu vida... Ya que él no puede venir a cuidarte si no quieren hacer obvia su relación y que te saquen por conducta indecorosa.

Barcode sintió como si le hubieran golpeado el hígado, su sangre hirvió en rabia y negó ofuscado, miró de pies a cabeza a ese alfa y se impuso.

—No necesito tu ayuda, nunca la he necesitado así que no te metas en mi camino.

—Una lástima— dijo con tristeza fingida— Tanto que me costó entrar a este campamento.

—¡No te mereces este puesto! No eres militar— dijo enojado.

—Las apariencias engañan, descansa bribón, mañana es un nuevo día.

Tong se alejó de ahí, y Barcode lo vio irse con todo su cuerpo a la defensiva, lo que más le molestaba era el hecho de que Tong tuvo que haber metido los papeles hacía días para poder estar ahí, oficial o extra oficial, no importaba... Eran días en que Job no confió el él. La charla de hace horas no tenía nada que ver... Solo le había confirmado al alfa que su omega no podía.

Barcode quería matarlo, golpearlo tan fuerte, reventarle el labio o el pómulo para que se diera cuenta de la fuerza que tenía.

Se metió a la habitación tirando la puerta con fuerza, si dirigió rápidamente al baño, se quitó la chaqueta y abrió el grifo mojando su cuerpo rápidamente, su oído se agudizó al escuchar la puerta de su cabaña cerrándose, se quedó quieto listo para cualquier cosa, entonces reconoció el fuerte olor y su corazón se alborotó, el olor a tabaco se filtró por toda su piel.

Vio de reojo como Ta entraba al baño y se recostaba contra la pared viéndolo, aún en la oscuridad de la noche podía ver esos ojos negros brillar efusivamente.

—¿Qué es lo que mi coronel desea? —dijo mordaz, dándose la vuelta sin tapar su cuerpo, levantó su cara en orgullo, sin temor ni vergüenza y Ta le miró fijo, duro y embriagante.

—No se le permiten tener alfas dentro de la habitación, rompa las reglas y será enviado a su casa teniente— habló ronco y nada en su semblante cambió.

Barcode sabía que la mirada negra recorría sus curvas, su abdomen plano, sus bonitas piernas amoratadas, y quizá hasta su pene... Cómo el agua caía en su cuerpo, provocando... sólo provocando.

—No tenía ningún alfa aquí— dijo con suavidad.

—Lo vi, no quiera pasarse de listo con su superior, no se permiten actos de esa índole aquí.