xviii. 𝔊𝔬𝔫𝔢 𝔴𝔦𝔱𝔥 𝔱𝔥𝔢 𝔴𝔦𝔫𝔡

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⊱⋅ Febrero 16, 1946 ⋅⊰

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⊱⋅ Febrero 16, 1946 ⋅⊰

Ya me había recuperado un poco al menos de todas las veces que tuve un ataque de pánico en el transcurso de la semana, era algo pesado de tratar, tanto para Ben como para mí, al igual que abrumante. Me molestaba el hecho de que los desencadenantes de los ataques que solía tener eran a veces golpes, cuando se caía algo en la casa o cuando Ben se frustraba intentando arreglar algo y lo rompía más; a veces volvía a revivir las cosas que viví durante la guerra después de alguna cosa que me recordara a ese suceso, y no podía controlar lo que veía o lo que no durante esos momentos.

Era una pesadilla dormir, ni hablar de cuando me sucede despierta, pero al menos ya me había recuperado un poco de toda esa mierda.

Después de una larga y aburrida hora en cama, solamente analizando todo lo que había sucedido últimamente, decidí levantarme para ir a la cocina y preparar el desayuno. Abajo ya estaba Ben, se había levantado desde temprano para arreglar el lavabo de la cocina, después de que nos dimos cuenta que goteaba por la parte de abajo; así que, fui a la cocina y lo busqué en cada lugar de la cocina, en el comedor, e incluso miré por la ventana de la cocina para ver si veía rastros de Ben por fuera, pero no lo ví por ningún lado.

No le puse importancia, así que continué con mi labor de preparar el desayuno.

-Puta madre...

Ah, claro, había un único problema; los trastes. No los habíamos lavado ayer por la noche debido a uno de mis ataques, además del hecho de que el lavabo ya goteaba demasiado. Solté un suspiro y abrí el grifo, provocando que la nariz del grifo se saliera de la cubierta (la base) y comenzara salpicar agua por todas partes.

Intenté cerrar de nuevo la llave del agua, girando la perilla, pero lo único que hacía era dar vueltas sobre su propio eje hasta que se salió. Ya estaba toda empapada por la cantidad de agua que salía y el grifo no se cerraba, por lo que salí rápidamente de la casa en dirección al cobertizo, que se encontraba a un par de metros.

Toqué un par de veces. -¡Ben! ¿Estás ahí?

-¡Espera un momento, estoy buscando la herramientas para arreglar el goteo del lavabo!

-¡El problema es que el grifo se rompió!

Escuché pasos apresurados en dirección a la puerta del cobertizo, en donde después, la puerta se abrió de golpe.

-¿Qué pasó? -preguntó, mirándome.

-No lo sé, intenté abrir a la llave y después simplemente se rompió.

-Demonios... -se adentró de nuevo en el cobertizo y luego salió junto a una caja de herramientas. -Ahora lo arreglo.

-¿Sí sabes, verdad? -pregunté, haciendo que él frunciera el ceño.

-Claro que sé.

Comencé a seguirlo de regreso a la casa y una vez llegamos a la cocina, me quedé en el comedor, observando como intentaba arreglar el grifo. Y, sí, digo «intentaba» porque solamente ponía la nariz del grifo sobre la base e intentaba girar la tuerca de retención, sin siquiera darse cuenta que debía cerrar primero la llave de paso para evitar el chorreadero de agua; en fin, otro desastre que tendré que limpiar, y arreglar si es que él no puede.

𝙐𝙉𝘿𝙀𝙍 𝙏𝙃𝙀 𝙏𝙄𝘿𝙀 || 𝙎𝙊𝙇𝘿𝙄𝙀𝙍 𝘽𝙊𝙔Where stories live. Discover now