Carne extraña

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Detrás de la casa del aventurero cazador llamado Gothard. Vaal preparó las brasas con diligencia. Luka le observaba como cortaba las hierbas emocionado mientras Gothard estaba trozeando al animal para asar la carne más rápido. Sin duda alguna la carne a las brasas era un evento emocionante para todo tipo de criatura.

—Con que eres un ávido carnívoro— tenía incluso el conocimiento de la combinación de las hierbas para volverlo más sabroso. 

Vaal asintió, se caracterizó en el pasado por ser un comensal humilde, un buen pobre, que comía de todo sin ser quisquilloso pero desde que Raskreia comenzó a alimentarlo, su dieta se fue estrechando y inclinándose en una sola dirección. Reduciéndose a una sola gran gama de comida: carne. —Una amiga me daba mucha carne—. La pelirroja lo hacía por su oficio de peleteria, ella usaba las pieles y cueros mientras a él le daba la carne que ella no podía consumir. Eso era un ganar ganar.

Miro fijamente el fuego, ese color rojo encandecente, su cabello se movía exactamente así como lenguas de fuego. No durmió muy bien ayer despues de todo se sentía solo, llevaba mucho durmiendo acompañado, parecía un niño que habia sido dejado en casa de un familiar, se sentía dejado y abandonado. Fue interrumpido cuando Gothard trajó la carne en un fierro listo para comenzar a asar. 

—¿De qué hablan?— El cazador preguntó al ver la cara de abatimiento en el demonio. 

—Carne. 

—¿Te pone triste hablar de carne?— Preguntó el cazador al ver la cara del demonio. Eso no tenía ningun sentido.

El sacerdote gruñó molesto, racialmente los no muertos eran insensibles en muchos aspectos y tal parece el ruidoso Gothard era insensible a leer el ambiente. —Su amiga le daba carne—. Hasta a él que no le importaba nada realmente no dijo nada innecesario cuando notó que el demonio extrañaba a alguien, despues de todo ellos sabían muy bien de pérdidas. Perdieron sus familias, sus ciudades, sus costumbres e incluso su propia vida, siendo levantados una vez más por las ambiones de un gobernante absoluto e implacable, siendo afortunados solo ellos por ser libres del control mental del Rey Examine y libres en conciencia fue a buscar a otro lider implacable para ser liderados y vengar sus perdidas.  

—¡Qué!— El cazador miró la pieza enorme de carne que ahora estaba siendo girada en el palo de la parilla improvisada del demonio. Girando lentamente, carne jugosa y roja. No todos pueden comer una delicia como esta, regalar carne era impensable para él. Este momento era extraordinario de por sí, los tres estaban preparando este fabuloso asado que iban a aprovechar y lo convertirian en algo así como; su primera reunión. —¿Te regalaba carne, en que demonios estaba pensando?

El sacerdote dijo mientras veía como el demonio solo miraba el fuego con la cara muy roja como para contestar. —Tal vez estaba enamorada de ti. 

—¡No, eso es imposible! ¡Ella es hermosa!— Y él es deforme y aberrante demonio sin nada bueno que ofrecer, contestó inmediatamente sin dejar paso a la más mínima duda. 

—Entonces solo se le caían las orejas de escuchar tanto el sonido de tus tripas. Durante la guardia no pude pegar un ojo porque escuchaba ese infernal sonido y eso que estoy algo sordo— el sacerdote no hizo caso a las palabras del evidente estado fisico del demonio. Eran no muertos, medios podridos es su estado natural. 

No son conocidos por su atractivo fisico ni por sus brillantes personalidades.

—Puede ser, tiene un excelente oído— Vaal con un simple gesto de llevar sus manos y alargar sus orejas indicando con sus dedos, los dos no muertos se dieron cuenta que hablaba de una elfa. Su amiga era una hermosa elfa.

Los dos abrieron los ojos, su amiga era una elfa y una muy generosa. Eso estaba raro. —¿Elfa?— Gothard estaba impresionado, Vaal asintió. —Más vale que nos la presentes. 

La criatura.Where stories live. Discover now