Shattraht

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Después de un solo día de descanso, el equipo estaba con ánimos de marchar nuevamente. 

La constitución de Seira era inestable pero ella misma se empujo, debían marchar cuanto antes, no quería volverse una molestia. Menos si ella fue quien tomo la decisión de usar la vil antes y ahora estaba pagando el precio de la adicción. 

Ras diseño la ruta de viaje más corta con Vaal. Sabia demasiado sobre el valle sombraluna, como llegar a Auchindoun o como llegar a Shattrath, ninguna de las dos lo dijo pero estaban seguras que este abrupto y espantoso lugar fue su hogar de nacimiento. La forma tan sentimental de hablar de su antiguo esplendor lo decía todo. 

El viaje en este punto se volvió urgente, la prisa se volvió la prioridad, no como antes que iba de aquí a allá, demorándose, tomando el tiempo, parando y conociendo, reuniendo información, hierbas y disfrutando. 

La sacerdotisa se aferro a la correa de su bolsa de cuero ocultando su sed, su agotamiento y el deterioro mental, sonriendo constantemente y tratando de no hablar frases muy extensas, para no demostrar como iba deteriorándose.

Vaal iba a la cabeza ya que conocía mejor el camino salvo por sus pies toscos y ruidosos como le decía siempre Raskreia. Espantaba a la fauna con su solo andar retumbante. 

La pelirroja le gritó —Vaal— le avisaba que Seira se estaba quedando atrás. Retrocedió corriendo y la tomo de la cintura llevándola a un lado del sendero, la sentó y le ofreció agua. 

Su amiga se apretó el pecho, y retorció su expresión en un dolor punzante, recorriendo todo su cuerpo, el agotamiento se anudo a su garganta, esa maldita sed. Vaal mantuvo la distancia, se culpaba por darle el último empujón a la terrible adicción a la elfa albina, si tan solo él no la hubiera llevado al cristal. Si alejaba su presencia llena de la vil, tal vez ella se pondría mejor en breve. 

 Ras la instó a beber lentamente cuando los temblores disminuyeron. 

—Vamos a acampar por hoy—. Vaal Asintió pero Seira protestó.

—Debemos seguir—. No se trataba de una gran distancia, se excuso. —Estaré bien— se puso de pie pero el dolor la eclipso regresándola al suelo. Su constitución delgada se quebró.

Los ojos amarillos de Ras la vieron con impotencia. —Vamos a parar, somos un equipo o vamos todos o no va ninguno— hizo todo lo posible por mantener junto al grupo. Mojó un trozo de tela con agua y se colocó en la frente —ten, en Shattrath hay unos buenos anacoretas. Podrán revisar tu estado y atenderte de mejor manera.  

Vaal regreso de colocar la tienda, Raskreia entrecerró los ojos, es enserio estas habilidades. —La tienda esta lista— preocupado por Seira. 

Ras levantó a Seira en sus brazos, la iba a llevar de inmediato para que se recostara. —Porque no eres tan hábil con los pies como con las manos, querido. 

Eso lo avergonzó terriblemente. 

—Eres como una criadora experta— rezongó Seira —una mamá que todo lo puede, que atroz. 

—Si, si. Yo diría enfermera— no era broma, era quien se ocupaba cuando estaban heridos o enfermos. Hacia falta de otro integrante que supiera sanación, Seira estaba fuera de servicio por ahora y tampoco era su especialidad. 

Contra todas las replicas y protestas recostó a Seira para que descansara y recuperara el aliento. Salio de la tiendas agitando sus hombros y moviéndose, el fuego estaba ardiendo, Vaal estaba preparando todo por su cuenta, que admirable. Miro el poco frondoso bosque, seguro había algún animal por allí. Fue rápido por uno. 

La criatura.Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu