Capítulo tres.

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Ginger

Años antes

Había pasado ya un mes desde que regresamos a casa, Eros había cumplido con su palabra y me enviaba mensajes todo los días, siempre que podíamos nos veíamos, y al parecer hoy era uno de esos días.

—Te noto muy ansiosa. —Alyssa me dijo, mientras se sentaba en mi cama.

—No lo estoy. —Susurré y temí que ella pudiera descubrirme, pero era Alyssa. Nunca se daba cuenta de los detalles pequeños. —¿Cómo van las cosas con Henry? Te he notado un poco tensa estos días..

—Creo que vamos a terminar.

—¿Y eso porqué?

—Creo que ya no quiero estar con él, hace tiempo que me siento así, siento que ya no encajamos lo suficiente y no quiero hacerle daño.

—No es por meterme, pero creo que Henry está enamorado del dinero de tu familia.

Ella asintió, ante lo que dije.

—Si, por eso mismo, me he dado cuenta que cada vez que salimos, finge que olvidó su cartera y me toca pagar a mi, y no me molesta, pero eso se está haciendo una costumbre, los temas de conversación son sobre el dinero de mis padres.

—Pues si quieres terminar con él, hazlo Lyssa. —Le sonreí y ella asintió, algo aliviada.

—Lo haré, no me siento cómoda con él. —Suspiró y luego me sonrió, viéndome—¿A dónde vas?

—Tengo una cita —Las mejillas se me pusieron rojas.

—¿Conozco al chico?

Es tu mejor amigo, estuve tentada de decirle, pero mantuve mi sonrisa, negando.

—Creo que no.

—Suerte en tu cita, Ginger.

—Gracias, Lyssa.

Ella salió de la habitación así que aproveche que estaba sola para terminar de arreglarme, puse un poco de gloss en mis labios y solté mis rizos rubios, coloque un poco de rimel, para después ponerme perfume y tomar mi bolsa, dándome un último vistazo en el espejo y saliendo de mi habitación, teniendo las expectativas bastante altas de mi cita.

Al momento que salí de la casa, noté como el auto de Eros se encontraba estacionado, con el corazón latiendome con fuerza, me encamine hasta la puerta y al subir, él me sonrió, dejando un beso en mi mejilla.

—Hola, dulce chica.

—¿Cómo estás? —Pregunté, poniéndome el cinturón de seguridad.

—Estoy bien ahora que te veo ¿y tú?

—Muy bien, Alyssa me preguntó que si con quién saldría.

—¿Le dijiste que conmigo?

Negué de inmediato.

Finge que me odias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora