Capítulo veinticuatro.

11.6K 741 72
                                    

Dejen su presente <3.

Ginger.

Años atrás

Me encontraba sola en el apartamento realizando varios apuntes, cuando escuché que tocaron el timbre del apartamento.

Estaba del asco, mi cabello estaba peinado en un moño mal hecho y mi ropa, ni se diga, parecía una vagabunda total.

Escuché que volvieron a tocar el timbre así que salí de mi habitación, resignada al saber que sea quien sea que estaba desesperado tocando la puerta me vería en mis peores fachas.

Abrí la puerta encontrandome con Eros, que se acercó a mi y me abrazo, besando mi cabeza.

—¿Que haces aquí? —Suspiré su olor, realmente no me quejaba, pero estaba del asco.

—Te traigo un regalo, aparte quería verte.

—Bueno, no puedo quejarme, también tenía ganas de verte. —Besé su mejilla.

—¿Estás lista para ver qué es lo que te he traído?

—Ayy —Soné emocionada—Estoy lista, creo.

—Cierra los ojos.

—Pero ¿por qué?

Cierralos. —Ordenó, así que bufé, cerrándolos—Abre tu mano.

Abrí la mano, algo impaciente e intrigada, sentí como Eros se movía por el apartamento y segundos después se puso a lado de mi, mientras tomaba mi mano y colocaba algo en ella, era como un papel, se sentía así.

—¿Puedo abrir los ojos?

—Por favor, gin.

Le hice caso y al abrirlos mis ojos bajaron hasta mi mano, dónde se encontraba una entrada para el concierto de Why don't we, abrí mucho los ojos, que casi parecía que se me saldrían.

Mi novio sonrio, viéndome.

—Vi que ellos estarían aquí está noche, y pensé en que quizás te gustaría ir a un concierto de ellos, bueno, debo de admitir que también compré uno para mí, y así podemos ir juntos.

—Me encanta. —Me tire sobre él para poder abrazarlo, escuché como reía.

—Bien, el concierto es en una hora.

—¿Una hora?

—Sí.

—No me alcanza para arreglarme.

—Si que te alcanza.

Lo arrastre hasta mi habitación, era mejor que me apurara a arreglarme.

—¿Que me pongo?

—Si quieres ve duchandote, mientras te ayudo a buscar algo para ponerte.

—Perfecto.

Camine rápidamente hasta la ducha, mientras tomaba todas las cosas necesarias y me daba una ducha demasiado rápido, ya era algo tarde y el concierto sería en una hora.

Al terminar de ducharme, salí con mi bata y me encontré a Eros, quién estaba sentado en mi cama, mientras tenía en la cama mi atuendo, era un pantalón de mezclilla con un top de color negro, mis tenis blancos estaban en el suelo y hasta una bolsa negro estaba en la cama.

Finge que me odias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora