Capítulo nueve.

19.2K 1.2K 81
                                    

Pongan su presente con su personaje literario favorito, comienzo yo: Elliot Adams.

Años atrás

Al llegar nuevamente a la casa de los padres de Eros, sentía que las manos me sudaban como la primera vez que estuvimos aquí, Eros sintió el sudor de mis manos así que me sonrió, tratando de calmarme

—Ey, tranquila. Todo irá bien, mi madre y mi hermana te adoran, verás que todo irá bien con mi padre

Realmente esperaba que las cosas si fueran bien, pero tenía un mal presentimiento.

Al entrar al la casa, April me recibió con varios abrazos y sonrisas mientras que Becca me abraza y me arrastraba hasta el sofá, April llegó después de unos segundos y se sentó a mi lado

—¿Qué tal va todo, Ginger?

—Todo va estupendo.

—Me alegra que hayas aceptado venir a cenar con nosotros, me encanta pasar tiempo con la novia de mi hijo.

—Estoy muy feliz de estar aquí.

Ella me sonrió.

—Mi esposo no debe de tardar en llegar para que podamos pasar a la mesa.

Asentí, sonriéndole.

—Perfecto.

—Ginger, deberíamos de salir un día de estos al cine, pero sin un chismoso.

—¿Te quieres robar a mi novia?

—¿Algún problema por querer pasar tiempo con mi cuñada?

—Si.

—¿Cuál? —Becca le saco la lengua y Eros abrió los ojos sorprendido.

—Que me la quieres quitar, pero lamento informarte que ella es mía. —Él me abrazo, así que le sonreí, dejando que me abrazara.

—Dios, son tan pegajosos que dan náuseas

—Asi estarás tu cuando tengas novio —Mamá le informo con una gran sonrisa en el rostros, Becca negó con asco.

—Si es que llega a tener, no puedo imaginar que alguien la quiera soportar por voluntad propia.

—Eso mismo decía yo de ti, pero la pobre de Ginger tiene que soportarte. Hubiera sido mejor que huyeras Ginger. Nadie quiere soportar por voluntad propia al imbécil de mi hermano.

—¿Qué? —Eros pareció ofendido y yo comencé a reírme, él beso mi sien.

—Creo que hay chicos más guapos y menos imbéciles.

—Gracias becca, puedo sentir todo el amor que me tienes —Dijo con ironía.

—Creo que Eros te ha hecho algún tipo de brujería.

—Becca, no digas eso. Mi novia puede descubrirme y dejarme.

Sonreí feliz, mientras April sonreía de lado, viéndonos a mi y a su hijo. Luego observo el reloj que se encontraba en la pared.

—Iré a llamar a tu padre, ya es algo tarde. —April se levantó del sofá mientras se alejaba de nosotros.

Después de unos segundos regreso y se acercó a nosotros con cierta vergüenza.

—Yo lamento mucho esto, pero Owen no llegara, dice que tiene mucho trabajo, que cenemos sin él.

Si debí de imaginarlo, tenía cosas mejores que hacer que cenar con la novia de su hijo, que por cierto, odiaba con todo su ser, por pensar que sería algún estorbo en su vida.

Finge que me odias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora