3

139 11 4
                                    

La campana de la academia sonó dando fin al examen.

T/n se estiró en la silla mientras el profesor recogía los exámenes.

—¿Qué tal te ha ido?—preguntó Mariah que se sentaba a su lado derecho. Al otro lado tenia la ventana.

—Yo bien, no se tú.

—Pos bien. Realmente me sirvió ayer la tarde de estudio.

—Eso está bien. Ahora vamos al comedor que hace hambre—tomó su bolsa y comenzó a caminar.

Su amiga hizo lo mismo.

Hablaban por los pasillos hasta llegar al comedor.
En el comedor cada una tomó una bandeja y les sirvieron los cocineros una ración de comida. Ellas se sentaron en una mesa ellas solas.

—La academia está bien, pero que asco de comida—dijo Mariah mirando la masa verde que le habían servido los cocineros.

—Es puré de espinacas, cómetelo seguro que es bueno para la piel—comentó t/n enterrando la cuchara en el puré verde estanque y se lo llevó a la boca.

La rubia arrugó la nariz e hizo lo mismo.

Entonces dos personas se sentaron a su lado.

—Buenas tardes Mariah, t/n—era Félix, el cual en su bandeja no tenía puré, tenía pasta.

—¡Hola!—saludó Grusha

T/n agachó la cabeza y se colocó bien el beanie.

—¡Buenas chicos! ¿Qué tal el examen Grusha?—los saludó cálidamente la rubia.

—Bastante bien. Toda esta semana estuve hincando los codos—el peliazul tampoco tenia puré, tenía una sabrosa rebanada de pizza.

—¡Chicos!¿Por qué vosotros no tenéis este asqueroso puré?—preguntó Mariah algo fuera de lugar.

—No se, ni siquiera pedí pasta—dijo Félix.

—Yo tampoco pedí nada—comentó Grusha.

—Los cocineros tienen favoritos—aseguró t/n sin levantar la vista.

Félix soltó una risa.

—¡Estoy seguro de eso!

—¿Cómo se siente ser el favorito de esos amargados?—preguntó la del lazo negro.

—Se siente bien—contestó el de cabello negro limpiándose polvo inexistente de los hombros.

—A lo que veníamos—atajó Grusha al ver que la conversación se estaba yendo por las ramas—. Íbamos a proponeros algo.

—¿Qué cosa?—preguntó Mariah.

—Mañana sábado vamos a salir a dar una vuelta por la ciudad y Andrea nos pidió que os avisemos por si queréis venir con nosotros—dijo el más alto.

—¿Y por qué no viene Andrea en persona?—preguntó t/n tras un rato de silencio.

—Está un poco mal con su periodo así que está en la enfermería—aclaró el novio.

—Entiendo. Yo si quiero ir con vosotros ¿Tu qué dices t/n?—preguntó Mariah

Ella se quedó en silencio de nuevo. Removió su puré con la cuchara mientras pensaba.

—Hm... Vale...—respondió al fin.

—¡Genial!—celebró Félix en voz alta—Entonces mañana a la una de la tarde nos vemos en la puerta de entrada de la academia.

T/n asintió en silencio y Mariah también asintió efusivamente.

Los dos chicos se despidieron y se cambiaron de mesa.

La rubia miró a su amiga y la vio con los ojos clavados en el puré.

—¿Estás bien?—preguntó.

—Debí haber dicho que no—dijo t/n.

—No digas eso, seguro lo pasamos genial—aseguró la otra—. Son muy majos.

—Ese no es el problema. No puedo mirar a Grusha sin recordar que le di un bocadillo demasiado amargo... Ay...

—Pero ya dijo que no pasaba nada.

—Yo me sigo sintiendo mal...

—Si no quieres venir al final yo les diré que te encontrabas mal, pero trata de acudir.

La del gorro verde acercó otra cuchara llena de puré de espinacas a su boca. Lo comió y suspiró.

—Tenías razón, este puré no está bueno—dijo con la boca llena. Su amiga le sonrió.

Las dos estaban en el cuarto de Mariah. Solían hacer los deberes juntas para que la que sabía algo le explicase a la que no sabía. T/n estaba sentada en la cama y Mariah en el escritorio.

—¿Sigues atascada en ese problema del índice de crítico?—preguntó Mariah con el lápiz en la mano.

—Llevo media hora con esto—respondió t/n—¿No me lo puedes explicar?

—Intenta hacerlo tú sola. ¿No tienes los apuntes de clase?

—¿No recuerdas que me dormí?

—Ah si, es cierto. Bueno, te lo explico. Tienes que dividir esto... Y luego sumar aquello... ¿Recuerdas como de probable era un crítico?

—¿Uno por ciento?

—Nanay. Venga, el profesor lo dijo en clase.

—Te dije que me dormí.

—Ah si. Por cierto... ¿Realmente no quieres venir con nosotros mañana?

T/n dejó el lápiz en la cama en la que estaba sentada y cerró su cuaderno.

—Es que... No lo sé. No quiero quedarme sola mientras tú te vas con ellos, pero siento que si voy estaré fuera de lugar.

Mariah se levantó de la silla y se sentó a su lado.

—Mientras yo esté contigo no estarás nunca fuera de lugar—le dijo ella. La del gorro verde sollozó y su amiga la abrazó.—, yo estaré contigo.

T/n correspondió el abrazo.

—Gracias Mariah, eres una gran persona.

—No hay de que—ella deshizo el abrazo—, si necesitas algo llámame—sacó su celular del bolsillo y lo señaló.

—De acuerdo—le sonrió—Bueno, ¿seguimos con la tarea?

—Claro.

Ya era sábado y t/n estaba en su cuarto, frente al espejo de su baño. Faltaban diez minutos para la una de la tarde y ella estaba indecisa. Se colocó el gorro, pero no le gustaba del todo. Se lo quitó y se recogió el cabello. Pero tampoco le gustaba.
Houndour estaba sentado a su lado, mirando como su entrenadora cambiaba su aspecto.

—No voy a poder—dijo ella viniendose abajo. Dejó la mano suelta y el beanie se cayó al suelo—, llamaré a Mariah. No iré.

Sacó el teléfono dispuesta a llamar a su amiga.

Houndour tomó en gorro en su boca y se lo entregó de nuevo y le hizo ojos de cachorro.

T/n lo miró y recogió el gorro verde.

Se soltó el cabello y se colocó de nuevo el gorro.

Entonces se vió bonita.

Acarició a su pokémon y se volvió a mirar al espejo.

—¿Hound?

—Gracias pequeño—guardó el teléfono y se ajustó el gorro—, voy a salir. ¿Vienes?

—¡Dour!—asintió el pokémon.

T/n salió de su cuarto seguida de houndour.

||Compañeros|| Grusha x tu [pokémon escarlata y púrpura]Where stories live. Discover now