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T/n se levantó cuando sonó el despertador de su novio.
Ella misma había olvidado poner un despertador así que dió un brinco cuando oyó el teléfono de Grusha.

—Buenos días t/n...—la saludó el chico somnoliento y con el pelo revuelto.

La chica aún con los ojos pegados y con tremendas ganas de bostezar lo miró y se preguntó mentalmente que hacía en una cama con Grusha.

Cuándo él se levantó de la cama y fue hacia el baño de la habitación ella cayó en la cuenta tras varios segundos de procesar.

—Ah claro... Estamos en Hozkailu... Y... ¡La competición de Grusha!

—¿Has dicho algo?—preguntó el chico saliendo del baño.

—Nada importante...

Él se había cepillado el pelo y ya no tenía una maraña azul en la cabeza.
T/n fue al baño a hacer lo mismo y a lavarse la cara.

Rápidamente se prepararon para salir y tras desayunar brevemente en la diminuta cafetería del hotel salieron en dirección a la pista de snowboard de Sierra Napada en taxi volador.

Por el camino vieron en la montaña un gimnasio pokémon y una pista de combate.

—¿Quién crees que será el líder de Sierra Napada?—preguntó t/n pegando la nariz al cristal del taxi.

—Ni idea. ¿Quieres que nos pasemos por ahí después de la competición si queda tiempo?

—De acuerdo.

El taxista que había escuchado la conversación decidió hablar.

—El líder de gimnasio de aquí se llama César y está especializado en tipo hielo. Está mayor y dicen que está pensando en buscar un sucesor para el gimnasio.—dijo el hombre.

—Así que César, me gustaría ver un combate suyo. Nada más por curiosidad—comentó el de cabello azul ligeramente emocionado.

—Estáis de suerte, está noche una prometedora entrenadora vendrá a combatir aquí como último gimnasio. Y si lo supera irá directamente con el alto mando a combatir.

T/n escuchaba todo lo que decía el taxista. Realmente no tenía ganas de en la helada noche de la montaña ver un combate pokémon pero podía hacer un esfuerzo.

—¡A que es genial t/n!—le sonrió el chico.

—Si, lo es—le devolvió la sonrisa.

Tras un rato más llegaron al sitio.

Bajaron del taxi y el taxista le deseó suerte a Grusha en la competición.

—¿Cómo sabes que participo?—le preguntó él.

—Se te nota en la mirada chaval, estás emocionado.

El taxista se fue y un hombre de unos treinta y tantos se acercó a ellos.

—¡Canijo estás aquí! Ya creía que no llegarías—dijo el hombre animado dándole unas palmaditas en la espalda a Grusha.

—¡Lázaro! Aún queda mucho rato para la competencia. Quería llegar pronto para reconocer un poco es sitio y situarme un poco.

T/n había activado el modo tieso y no sabía que decir.

—Ya te explicaré un poco algunas cosas que han surgido a última hora—le comentó al de cabello azul y miró a la chica—Y tu debes ser la damisela t/n.

Ella asintió repetidas veces.

—Amor, puedes hablar. Lázaro no muerde—le sonrió Grusha a su novia.

—Ah... Esto... Es un placer Lázaro—sentía que cada vez que abría la boca para hablar se le congelaba la garganta.

—Bueno, vamos al edificio que hay allí. Nos reuniremos con el resto de participantes—el hombre les hizo señas para que lo siguieran a un edificio que había cerca.

—¿Nos estabas esperando fuera pese al frío?—preguntó Grusha mientras caminaban.

—Si, eras el último que quedaba por aparecer por aquí.

—Siento la tardanza, he tardado un poco en prepararme por los nervios. Debería haber puesto el despertador antes.

—Descuida chaval, aún falta mucho para que empiece. Solo quería comentaron algunas cosas a los participantes.

T/n escuchaba la animada conversación. Sabía que su novio estaba nervioso pero casi no lo demostraba, sin embargo cuando ella estaba de los nervios si se notaba bastante.

Legaron al edificio y Lázaro le indicó a t/n que por favor esperase en una de las salas. Ella entró en la sala y Lázaro y Grusha en otra con el resto de participantes.
La chica tomó asiento en un sillón que había allí.

Había una televisión, una máquina expendedora de aperitivos, un dispensador de agua, varios sillones más donde había otras personas y una mesa.

Una chica algo más mayor que ella se cambió de sillón para sentarse al lado de t/n.

—Hola—la saludó—, hace frío aquí.

T/n al principio no sabía si responder. Su madre le decía que no hablase con desconocidos pero decidió arriesgar.

—Buenas tardes.

—¿Has venido acompañando al alguien por la competición de snow?

—Si, a mi novio.

—Ay el amor adolescente, que bonito y que romántico. ¿Seguís yendo a clases?

—Ya nos graduamos.

—Se te ve bastante joven.

—Eh... Gracias supongo.

—Me llamo Daniela. Yo también vengo a acompañar a mi pareja.

—Que bien.

Se quedaron en silencio. Alguien de la sala encendió la televisión y puso las noticias.

—¿Quién es tu pareja? Adam, Carlo, Juan, Grusha—iba a seguir hablando pero fue interrumpida por t/n.

—Gruhsa, mi novio es Grusha.

—¡El jovencito de pelo azul! ¿Es natural? Yo conozco al alguien que tiene teñido azul pero natural...

—Si, es natural. Su madre también tiene el pelo así.

—¡Que genial! Desde cuándo hace snow? Supongo qué será su primera competición, si no no estaría en una de novatos. Pero yo tengo claro que va a ganar mi amorcito.

—¿A quien acompañas?—decidió preguntar t/n algo agobiada.

—Se llama Xavier y es el chico más atractivo que puedas imaginar. A demás dicen que es una gran promesa del snow. ¿Tu sabes mucho de snow? ¡Yo soy una gran aficionada!

—Eh... No...—se avergonzó la menor—No se mucho la verdad...

—Oh no te preocupes pequeñina, es un deporte fascinante.

Y la verdad es que aunque no sabía mucho de snowboard, a t/n si le llamaba la atención el deporte. Más que nada por ser el deporte favorito de su novio.

Tras un buen rato en el que Daniela no paró de hablar que a t/n le pareció que fueron días finalmente por la puerta entró Lázaro, invitando a toda la gente de la sala a acompañarlo a los laterales de la pista de snow para ver la competición.

Cuándo t/n llegó se dio cuenta que había mucha gente a demás de las personas de la sala.

Seguramente debió parecer confundida porque Daniela se volvió a acercar a ella.

—Si te preocupa que haya tanta gente la mayoría son profesionales que vienen a buscar nuevos talentos para futuras competiciones.

—No lo sabía...—se le estaban congelando las orejas así que se colocó bien el beanie.

A través de unos altavoces escucharon a una persona hablando, diciendo que iba a ser una competencia muy interesante dónde habría muchas caras nuevas.

La competición estaba a punto de empezar.

||Compañeros|| Grusha x tu [pokémon escarlata y púrpura]Where stories live. Discover now