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T/n estaba en su habitación, envolviendo en un papel rosa pastel una cajita de chocolates.
Era para su amiga Mariah, ya que todos los años le daba un regalo por el día del amor y la amistad.
Había pensado en regalarle algo a Grusha, pero no quería que se malinterpretasen sus intenciones así que no hizo nada. Ahora tenía otra caja de chocolates guardada para nada. Tal vez luego se coma los dulces ella sola.

Terminó de ponerle un lazo a la caja de Mariah y la dejó sobre el escritorio.

Al día siguiente era San Valentín. Tenía muy claro que quería darle a su amiga el regalo, pero... Dudaba sobre si darle algo a su otro amigo, Grusha.

Tomó el papel rosa sobrante y envolvió también la otra caja. Quería tener el valor para entregarle los chocolates al chico.

Alguien tocó a su puerta. T/n guardó en un cajón las dos cajas y fue a abrir.

—¡Hola!—dijo Mariah en cuanto vió a t/n—¿Has preparado ya los regalos?

—Casi.

—Yo ya he preparado todo, más de diez regalos para todos mis amigos. ¿Vas a darle algo a Grusha? Yo si. Tengo preparado un pequeño chocolate para él.

—¿Te gusta él?

—Como amigo, claro. No me imagino de pareja con él, no es mi tipo—Mariah pasó dentro del cuarto y en cuanto puso un pie en la habitación houndour se abalanzó sobre ella y comenzó a lamerle la cara. La rubia comenzó a reir—. Hey enano, déjame entrar.

T/n apartó de encima de su amiga a su pokémon.

—Lo siento...

—No pasa nada, veo que hound me quiere. Ahora responde a mi pregunta, ¿Vas a regalarle chocolate a Grusha?

T/n comenzó a dar vueltas nerviosa por el cuarto.

—Le he comprado una cajita de bombones, pero no sé si dársela o comérmela yo.

—Ay t/n... ¿Te da vergüenza?

—Mucha.

—¿Quieres que te ayude a dárselos? O si te da vergüenza puedo dárselos yo por ti. Aunque deberías intentarlo tú.

La dueña del houndour se llevó las manos a la cabeza.

—Mañana es San Valentín y todavía no se qué voy a hacer... Esto me pasa por dejar las cosas para último momento... Espera, ¿Qué habías dicho?

—Que deberías intentarlo tú.

—No, antes.

—Que yo puedo dárselos por ti.

—¡Eso! ¡Si Mariah, me salvas la vida!

—Bueno...Mañana antes de comenzar las clases dame la caja y cuando tenga un hueco se la entregaré de tu parte.

T/n se llevó la mano al pecho y suspiró. Se sentía salvada.

—Gracias...

El reloj de pared de t/n marcó las siete de la tarde.

—Bueno t/n, voy a dar un repaso a los regalos que debo entregar mañana, solo quería saber qué tal estabas—comenzó a caminar hacia la puerta.

—Bueno, vale—t/n le abrió la puerta y se despidió con la mano.

—Pero piensa un poco en tal vez entregarle tu el regalo. Yo no puedo hacerlo todo por ti siempre—hizo un gesto de despedida y se fue por el pasillo.

T/n sacó del cajón la caja de chocolates de Grusha y miró una hoja de papel blanca y vacía al lado. Pensó en hacerle una carta, pero ¿Una carta de que tipo?
¿De amor?
No, no estaba segura si sentía amor, como mucho algo de atracción por el, pues no sé conocían mucho. Habían quedado varías veces después de la quedada de lluvia pero ella no sabía bien que sentía por el.
¿Y si hacía una carta agradeciéndole por ser su amigo y apoyarla y ayudarla a salir con gente? Eso casi parecería una nota de suicidio.

Finalmente se pasó dos largas horas pensando en que hacer frente a los chocolates.

Al día siguiente tras guardar en su bolsa los libros que necesitaría para ese día tomó las dos cajas. Una tenía un lazo y la otra no. Las guardo en su bolsa, guardó a houndour en su pokeball y salió del cuarto en dirección a su clase de combate.

En el cambio de clase, estaba sentándose en su pupitre en clase de historia. Sacó las dos cajas.

—Mari—llamó a su amiga—, toma estos son para ti—dijó entregándole la caja con el lazo.

Mariah tomó la caja y le sonrió a su amiga.

—¡Gracias t/n!—le entregó también una caja envuelta en papel azul— Estos son para ti. ¿Has pensado en lo que te dije?

—Si... Y creo que no soy capaz—sacó de su bolsa otra caja también envuelta en papel rosado y se la dio a la rubia—. Esta es para él...

Miró a Grusha, que estaba en la otra punta de la clase hablando con un chico. El de pelo azul también la miró y en cuanto se cruzaron sus miradas los dos desviaron su vista.

Mariah le sonrió pícaramente a t/n.

—Te gusta Grushaa

—¿Qué? ¡No, que va! ¡No digas tonterías! A penas lo conozco...

—Pero te cae bien, te da vergüenza hablar con el, lo miras mucho...

—Me cae bien por qué me trata bien, me da vergüenza hablar con casi todo el mundo, lo miro por qué si ¿A caso no puedo hacerlo?

—Yo no digo nada y lo digo todo.

Mariah con la caja de Grusha se separó de t/n y de acercó al peliazul. Le tocó el hombro y este lo miró. Él se giró.

—Hola Mari. ¿Qué pasa?—preguntó

María sacó del bolsillo un bombón cubierto en plástico y se lo entregó.

—Toma, un regalo por el día de la amistad—le dió también la caja de t/n—, y esto es un regalo de t/n por el día del amor—le sonrió, se dió la vuelta y regresó con t/n.

Grusha se quedó procesando.

T/n estaba temblando en su mesa cuando su amiga volvió y se sentó a su lado.

—¿Qué le has dicho?—le preguntó a Mariah.

—Que era un regalo tuyo por el día del amor.

—¡¿Qué!? ¿Por qué le dijiste eso?

—No, por nada.

T/n se llevó las manos a la cabeza y le echó una mirada rápida a Grusha. Él estaba abriendo la caja de chocolates con su amigo. Ella pudo ver qué él sonreía mucho.

—¿Qué voy a hacer ahora?—preguntó en voz alta t/n.

—Disfruta. Y atiende a clase, la profesora ya llegó.

La profesora dió unos golpes en la pizarra para llamar la atención de los alumnos.

—¡La clase comienza! ¡Abrid el libro por la página sesenta y tres!—exclamó

Los estudiantes guardaron silencio,  cada uno fue a su asiento e hicieron caso de la maestra.

||Compañeros|| Grusha x tu [pokémon escarlata y púrpura]Where stories live. Discover now