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T/n estaba en la mesa de la clase de hogar con Mariah a su lado. Tenían sorbe la mesa un saco de harina de un kilo y nadie sabía que iban a hacer ese día.

—¡Haréis equipo con la misma persona que para la actividad de la otra semana!—dijo la profesora

Mariah no tenía ganas de hacer equipo con Andrea después de todo el drama pero se levantó y fue a la mesa de su compañera. Grusha la saludó y se sentó con t/n.

—¿Qué crees que haremos hoy?—preguntó él.

—¿Masa de pan tal vez?

—Puede ser.

—¡Profesora!—exclamó un alumno en el medio del aula—¿Qué vamos a hacer con la harina?

—¡Vais a ser padres!—dijo ella. Los estudiantes se quedaron callados por un momento, procesando la información. Al ver que los alumnos no reaccionaban decidió seguir hablando— Junto con vuestro compañero vais a cuidar de esa bolsa de harina como si fuese vuestro hijo.Le pondréis nombre y lo llevaréis a todas partes. Las parejas que aguanten hasta la clase del miércoles con su hijo intacto tendrán un diez en la actividad. Si el miércoles no tenéis a vuestro hijo o algo así tendréis una mala nota. Y esta actividad es muy importante para el curso.

Grusha y t/n se miraron.

—¡PROFESORA!—exclamó el mismo alumno de antes—¿Qué tiene que ver esto con la clase?

—Es mi clase hacéis lo yo diga si queréis aprobar. Ahora quiero que le pongáis nombre a vuestro hijo mientas yo corrijo las tareas de los de primer curso—tras decir eso se sentó en su escritorio y abrió una carpeta donde tenía unos trabajos.

Grusha sacó un bolígrafo y le pintó una cara tierna al saco de harina.

—Es una niña y se llamará Sara—dijo con una sonrisa agradable.

—Está bien, me gusta ese nombre—le devolvió la sonrisa—. Pero no sé que vamos a hacer con Sara. Creo que para mañana o la perderé o le pasará algo.

—¿Y si mejor me la quedo yo?—propuso él— Yo la cuido por las noches y eso y los dos la cuidamos mientras estudiamos hoy y mañana y ya el miércoles la traemos a clase.

—Será lo mejor...

Después de un rato la profesora dejó la libreta y comenzó a repasar sobre los nutripoderes.

Grusha llevó a cuestas a Sara durante el resto de clases.

Estaban comiendo en el comedor t/n, Mariah y Grusha. Mariah llevaba su saco de harina.
Ese día no había puré verde con olor a estanque sucio, había pollo asado.

—Se llama Wenceslao y es mi hijo. Tiene madres divorciadas—exhibió Mariah a su hijo—. Es incómodo hacer equipo con Andrea después de aquello.

T/n comió un poco de su comida. Frente a ella se sentaba Grusha se tenía a Sara en la mesa. Sara perdió el equilibrio y cayó al suelo. T/n dejó de comer y el de pelo azul recogió el sacó de harina.

—Nuestra hija se llama Sara—dijo Grusha—, tengo fe en que aguantará hasta el miércoles.

—Yo no tengo mucha confianza...—dijo t/n removiendo su comida.

—Chiquilla se más positiva. Piensa en mí por ejemplo, tengo que cuidar un niño con alguien con quien tengo conflicto. Vosotros tenéis suerte de que os queréis—dijo la rubia.

T/n y Grusha se miraron y se sonrojaron.

—Bueno... Tienes razón—dijo la chica.

—Bueno, hoy iré a estudiar con Andrea, vosotros id juntos a algún sitio con Sara—comentó la amiga.

Terminaron de comer y dejaron las bandejas en el montón. Mariah se fue al cuarto de Andrea y Grusha fue al cuarto de t/n.

Mientras estaban haciendo los deberes ocurrió un accidente.

—¡No houndour!—exclamó t/n guardado en su pokeball a houndour.

El pokémon se había abalanzado sobre Sara, la había tirado al suelo y la había destrozado.

Grusha se llevó las manos a la cabeza.

—Ay no. No han pasado ni dos horas.

—¡Lo siento, debo educar mejor a hound!

Se quedaron mirando la escena del crimen. Sara tenía una mordedura muy grande y la harina estaba desparramada por el suelo.

Recogieron la harina y los restos del paquete roto y lo arrojaron a la basura.

—Descansa en paz Sara...—dijo Grusha.

—Fuiste una buena chica...—se dió la vuelta. Tras un minuto de silencio ella habló—¿Qué hacemos ahora?

Grusha se quedó pensativo.

—¿Y si vamos a la ciudad y compramos otro paquete de harina? Podríamos hacerlo pasar por Sara.

—Está bien...

Los dos salieron de la academia y fueron al supermercado. Caminaron por los pasillos y encontraron la harina al lado del azúcar.
Solo había un diminuto problema. Una minucia sin importancia. La marca no era la misma y por ende, el empaque no era del mismo color.

—Bueno... Tal vez... Tal vez nadie lo note—murmuró Grusha tomando en sus manos el sacó de harina.

Lo compraron y se lo llevaron a la academia. Le pintaron una cara y la llamaron Sara Segunda.

El martes por al tarde t/n estaba hablando con Mariah por teléfono.

—Ayer mientras estudiaba con Grusha houndour asesinó a Sara... Así que compramos otro paquete de harina y la llamamos Sara Segunda—le explicó t/n.

—Ay no... Yo no he dejado a Andrea que toque a Wenceslao. No me fío.

—Haces bien. Aunque yo tengo un problema...

—¿Cuál?

—Sara Segunda no es de la misma marca que Sara Primera... No sé si la profe se dará cuenta...

—Ojalá que no...

—Bueno, te dejo que voy a cenar una sopa instantánea que compré.

—Venga, suerte mañana.

—Adiooos.

Colgaron la llamada y t/n se fue a la mini cocina a hacer la sopa al microondas.

Al día siguiente Grusha llevó a Sara Segunda a la clase y la profesora comenzó a dar clases sin acordarse del trabajo de ser padres.

—¡Profesora, debe poner las notas del trabajo de la harina!—dijo un alumno.

La mayoría de sus compañeros lo miraron con odio.

—Es cierto, gracias por recordármelo—dijo la profesora ajustándose el delantal.

Pasó mesa por mesa comprobando que los sacos de harina estaban en perfectas condiciones. Puso un par de notas negativas a personas que tenían los paquetes rotos y varias notas positivas a los que tenían a su hijo sano y salvo.

Al final se dio cuenta de que la harina de t/n y Grusha era de otro supermercado así que les puso cero a cada uno.

||Compañeros|| Grusha x tu [pokémon escarlata y púrpura]Where stories live. Discover now