Capítulo 6 - Un final y un principio

28.8K 2.3K 618
                                    

⋅༺༻⋅

6 | Un final y un principio

Daphne Barlow

—¿De verdad lo has hecho?

Johanna me ha hecho por tercera vez la misma pregunta y su inquietud ha empezado a traer la mía pero, a más veces respondo, más segura estoy de que no he hecho nada malo.

—Era solo un beso —le recuerdo.

Ha sido ella quien nos ha interrumpido.

He oído su jadeo de sorpresa antes de verla y no he podido evitar sentir un pequeño golpe de vergüenza. Johanna ha venido a asegurarse de que yo estaba bien porque estaba tardando y se ha encontrado con una escena donde su amiga y un chico al que había conocido hacía solo unas horas estaban en una situación un poco comprometida.

Solo un poco.

—Eso no era solo...

—Además, James y yo no tenemos una relación formal. Él mismo se ha encargado de recordármelo una y otra vez. ¿Es que ahora tengo que sentirme mal por besar a otro? —interrumpo.

Porque no pienso sentirme mal por eso cuando él ha hecho lo mismo repetidas veces desde que nosotros tuvimos algo por primera vez. James solo quería pasar el rato, yo quería una relación, pero terminé diciendo que quería lo mismo solo para ver cómo era tener algo con James Zeger.

—Aun así —insiste Johanna. Encuentro esa preocupación en sus ojos marrones a través del espejo del baño. He entrado a quitarme los restos del pintalabios y ella ha venido detrás—. Todo el mundo sabe que vosotros...

Cierro los ojos por un instante y luego me vuelvo hacia ella.

—¿Todo el mundo sabe que James y yo qué? —pregunto.

—Que estáis juntos.

—No estamos juntos. Eso no es una relación.

—Pero, aun así.

Frustrada, paso una mano por mi pelo.

—¿Aun así qué? —insisto—. Porque, sí, más de una vez nos han visto juntos en alguna fiesta o... Bueno, entre clases, pero, ¿no se lía él con quien quiere en cada fiesta a la que va? ¿No estaba ligando con la prima de Dalia hace solo unas horas? No tenemos nada serio, ¿por qué tengo que sentirme mal si hago lo mismo alguna vez?

Esta vez, Johanna no dice nada.

Me doy unos segundos antes de volverme hacia el espejo. Abro el grifo y meto las manos bajo el agua para que el frío alivie mis propios pensamientos. Tras unos segundos, lo cierro y apoyo las manos en mi cuello para aliviar la tensión.

—Sabes que James me gusta —digo más bajo—. He tenido un flechazo por él desde hace años, pero eso no quiere decir que vaya a tener una relación que solo es monótona por mi parte. Si él no me ve como a una novia, no voy a verle a él como a uno.

—Eres consciente de que no le va a hacer ninguna gracia, ¿no?

En el espejo, detrás de mí, veo a Johanna alcanzar su trenza. Ella presiona los dedos contra la goma de pelo de un color tan oscuro como el de su pelo con un gesto nervioso que le ha acompañado desde que la conozco. Luego le devuelvo la mirada a mi reflejo.

—Claro que lo sé, pero no tiene razones para enfadarse por eso —respondo.

—Daphne...

—No, no lo hago por molestarle.

Me adelanto a su pregunta porque sé que eso sería algo propio de mí. Lo hice bastantes veces al inicio de lo que fuera que tuviéramos. Una vez creí, como una ilusa, que la forma de James de hablar de mí a sus conocidos era una señal de que él querría tener algo más si lo forzaba lo suficiente. Creí que, si me veía con otro, se pondría celoso o que entendería que, si quería que eso dejara de pasar, tendría que cumplir él también por su parte.

Las mentiras que nos atanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora