Capítulo 44 - Noche de confesiones

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Línea para decir hola 🩷

Nada de lanzar odio en el capítulo porfaplis

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44 | Noche de confesiones

Reece Larsson

Cenamos con mis amigos.

Lo que pensaba que sería tan agotador como el evento, resulta ser agradable. Daphne hace migas con el grupo con facilidad y la situación se vuelve más acogedora en cuestión de minutos.

Isaiah, tan reservado como de costumbre, no habla mucho. Adam termina reconociendo a Daphne a mitad de la cena, pero, para ese momento, ella ya se ha ganado el favor de Christine, la novia de él, y noto la forma en la que eso le hace esforzarse en deshacerse de su resentimiento.

Por supuesto, Kenneth lo usa a su favor para pincharle.

Daphne esconde sus sonrisas por los comentarios llevándose el vaso a los labios, probablemente no queriendo romper su pequeña y nueva amistad con Christine si participa.

Pasa la mayor parte de la cena echada hacia delante. Habla con ellos de cualquier tema y, arrastrado por su entusiasmo, termino haciendo lo mismo. Durante todo ese tiempo, una de mis manos recorre su espalda con un apoyo que sé que no necesita.

Algunas veces se vuelve hacia mí para compartir palabras escondidas y se siente familiar. Acogedor a un nivel diferente. Un ambiente relajado donde recargar esa energía que los ambientes cargados siempre me han robado. Quizás, cuando mi hermana me dijo después de aquella acampada que se nos veía perdidos en nuestra propia realidad, tenía más razón de la que pensaba.

Porque es como me siento ahora.

Con un lugar secreto dentro de la conversación, más relajado de lo que suelo permitirme estar con el equipo y sin una sola queja sobre mis labios sin importar lo que escuche porque veo la sonrisa animada de ella todas las veces, ese cautivador brillo en su mirada. Podría usarlo en mi contra todas las veces que le permitiría cada una de ellas.

Estamos con los postres cuando la energía de Daphne empezar a caer. Su sonrisa se muestra más y sus frases se vuelven cada vez más cortas. Mis amigos están riéndose por una anécdota a la que no he prestado atención cuando Daphne se deja caer contra el respaldo. Trae el plato del postre consigo y se hunde en el asiento.

—¿Quieres irte? —Escondo la pregunta cerca de su sien.

—No, todo bien.

—¿Seguro? Porque te estás quedando dormida.

—No lo estoy haciendo —devuelve casi ofendida.

Pero su forma de dejar que su mirada caiga sobre el trozo de tarta que acaba de partir sin llegar a llevárselo a la boca no ayuda demasiado a su causa. Alcanzo su mano y levanto la cucharilla hasta mi boca para probarlo.

—¿Almendras? —pregunto.

—Chocolate con almendras y caramelo —corrige—, aunque no sé dónde está el caramelo todavía. —Parte otro trozo y lo mira con decepción—. ¿Tú lo has notado?

—¡Eh! —Howard interrumpe todas las conversaciones de forma brusca—. Han escrito por el grupo. Hay fiesta en casa de Malcom. El de baloncesto, no nuestro Malcom.

—¿Hoy? —pregunta Adam.

—Ahora, así que moved el culo.

Kenneth lo hace. Engulle sus tortitas mientras Adam comparte una mirada con Christine antes de negar por ambos. Le oigo ofrecerle un hueco en su coche a Isaiah cuando él dice que tampoco va a ir.

Las mentiras que nos atanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora