𝐒𝐮𝐩𝐞𝐫𝐡𝐞𝐫𝐨𝐞𝐬 || 𝖣𝖾𝗌𝖺𝖿𝗂𝗈 𝖢𝗁𝖺𝗆𝗉𝗂𝗈𝗇 𝖲𝖾𝗇𝖽𝗈𝗄𝖺𝗂

¹⁰ mueve el trasero

IRIS SE ESTREMECIÓ AL FRÍO TOQUE del hielo que estaba apoyado en su mejilla. Ese día después de que terminasen las clases, Ron y Ruth habían molestado a Tom, un chico de su clase, le habían puesto pegamento y gomitas en los calzoncillos del muchacho. Sin dudarlo, Iris que no soportaba las injusticias, fue a defenderlo y acabó con un golpe en su mejilla.

—¿Te duele?—le preguntó Jasper, retirándole el hielo para ponerle una pomada en la mejilla por el dolor. Su hermana negó con la cabeza—. Mira que eres, siempre te estás metiendo en problemas.

—No la regañes—le reprendió su novia, Emily, apoyándose en el marco de la puerta del cuarto de baño. Ambos la miraron—. Iris es muy valiente pero a veces no se da cuenta de que sus acciones pueden llegar a estas consecuencias.

—Si ves que vuelve a pasar algo, comunícaselo de inmediato a un profesor—dijo Jasper guardando todo lo que había utilizado en un botiquín. De repente, el sonido del timbre de la casa sonó. Los tres se miraron confusos.

Iris se levantó de la banca que había en el cuarto de baño y fue abrir la puerta principal para ver quien era. Se sorprendió al ver a Tom allí.

—Oh, Tom, no me esperaba verte.

El muchacho se rascó con nerviosismo la nuca—. Ya...pero venía a agradecerte por defenderme por lo que paso con Ron y Ruth.

—No es nada, no soporto las injusticias—le dijo ella, restándole importancia al asunto.

—¡Oh, por dios!—exclamó él, al ver el golpe que tenía en la mejilla—. ¡Lo siento muchísimo, si hubiese hecho algo no te habría pasado nada!

—No te preocupes, Tom, no es nada.

—¿Vas a salir?—le preguntó el chico, ella dudo en un principio pero asintió después de haberlo pensado un rato.

—Iba a ir a la casa de la abuela de Kiet, me había llamado para jugar un nuevo videojuego—respondió ella. Le gritó un par de cosas a su hermano y él le dijo que podía salir—. Si quieres puedes acompañarme hasta allí.

—Oh, sí, vivo cerca de allí.

Ambos comenzaron a caminar por el vecindario, manteniendo una conversión con alguna que otra broma o comentario sarcástico de Iris, haciendo que Tom soltará alguna carcajada. Realmente Tom era un muchacho agradable, por lo que el camino a la casa de Kiet se les pasó muy rápido. Cuando estuvieron a punto de doblar la esquina de otra calle, Tom se paró frente a una casa.

—Bueno, aquí nos separamos—dijo Tom con una pequeña sonrisa—. Me he divertido mucho contigo, Iris.

—Digo lo mismo, Tom. Cualquier cosa, no dudes en que cuentas conmigo.

—Adiós—se despidió el muchacho, ella hizo lo mismo, ondeando la mano.

Iris se quedó frente a la casa de Tom hasta que entrase en ella. Caminó unos cuantos metros más y vio a Kiet salir de su casa, con un aire desanimado justo cuando sus brazaletes comenzaron a brillar.

—¡Kiet! ¡Espera!

Iris corrió hasta el peliverde, llegando a su altura.

—¡Iris!