²² el lado oscuro

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—¡Cuidado, Kiet, un mounstro de fuego!

—¡Cuchillo láser!

Iris observó a sus amigos jugar a videojuegos mientras leía un libro que se había traído de su casa. Realmente ella disfrutaba jugar a videojuegos pero ese que habían elegido jugar por mayoría no le había gustado y simplemente se sentó en un sillón para leer y de vez en cuando les echaba un vistazo.

—¡No!—se quejó Fenzy.

La única que no disfrutaba jugar era Cloe, en un inicio estaba ilusionada por jugar pero ahora no lo hacía—. Esto de destruir mounstros es un rollo. Ya lo hago en mi vida real.

Los cinco amigos se habían reunido para pasar un rato jugando a videojuegos y aprovechar el máximo tiempo posible antes de que cada uno de los caminos de ellos se separe.

—Iris ¿no quieres jugar?—le dijo Zak a Iris, mirando como pasaba una página del libro que estaba leyendo. Ella negó con la cabeza.

—No me gusta ese videojuego, le soy fiel a los Juegos del Hambre—respondió la castaña, volviendo su mirada al libro. La abuela de Kiet se acercó a la jovén, ofreciéndole una bandeja con galletas.

—¿Quieres galletas, Iris?

—Eso si que no me resisto—tomó unas cuantas y le sonrió con los labios cerrados dulcemente a la anciana—. Muchas gracias.

—Pues te voy hacer compañía—Cloe se levantó del sofá y se acomodó en el sillón junto a Iris, apretujadas.

Zak miró a ambas chicas, sentadas en el sillón mientras hablaban entre murmuros. Últimamente Iris estaba muy distante con él, entendía que lo de sus padres, la mudanza y los problemas que tenía con sus hermanos, la estaba afectando negativamente ¿Pero por qué lo estaba pagando con él? Con los demás estaba de maravilla, siempre hacía las pijamadas con las chicas y se iba con Kiet a veces al centro comercial a comprar nuevos videojuegos o iba a su casa para probarlos.

Sin embargo, las únicas veces que se veían era cuando estaban los cinco hace tiempo que no quedaban a solas y cuando él se lo pedía. Ella se ponía roja y le decía que tenía que hacer algo o estaba ocupada.

—¿Queréis más galletas, chicos?—les ofreció la abuela de Kiet a los demás con una gran sonrisa.

—Sí, muchas gracias.

—¡Me rindo! ¡Otra vez me han matado!—se quejó Fenzy.

—Fenzy, ven, te acogemos en el maravilloso mundo de la lectura—Iris golpeó un hueco libre que había en el sillón. La menor entornó los ojos.

—Ni loca toco un libro.

—Me ofendes—Cloe soltó una carcajada.

—Prueba, abajo, izquierda, patada—le aconsejó la abuela de Kiet, susurrandole al oído. Ella presionó los botones del control seguidamente, haciendo caso a las recomendaciones de la anciana.

Fenzy sonrió abiertamente, agradeciéndole por ello—. Tío, tu abuela es una pasada.

—Sí—concordó Zak—. Y además te mima un montón.

—Bueno—Kiet se encogió de hombros—. Es lo que hacen las abuelas ¿no?

—No todas—razonó Cloe, los tres posaron sus miradas en ambas chicas que estaban sentadas en el sillón—. Ella se desvive por ti, fíjate.

𝐒𝐮𝐩𝐞𝐫𝐡𝐞𝐫𝐨𝐞𝐬 || 𝖣𝖾𝗌𝖺𝖿𝗂𝗈 𝖢𝗁𝖺𝗆𝗉𝗂𝗈𝗇 𝖲𝖾𝗇𝖽𝗈𝗄𝖺𝗂Où les histoires vivent. Découvrez maintenant