Extra 2

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Edward inmovilizo el cuerpo de su novio "No te muevas, Draco. Tengo que concentrarme en controlarme, así que no me tientes más, no quiero ver tu cadáver en la cama al día siguiente. Sobre todo, porque te acabo de proponer matrimonio" dijo en voz baja y ronca. Por dios, la apariencia de su prometido era espectacular en este mismo instante, Draco parecía un ángel, un ángel maravillosamente hermoso e inocente, sus labios rosados entreabiertos y esos hermosos ojos grises suplicantes. Pero sabía perfectamente que solo era de apariencia, en la realidad, Draco era el mismo demonio en persona. Ya que, a pesar de la advertencia, igual se movió provocando un roce, y haciendo que su miembro se parara, provocándole una espantosa incomodidad en su bóxer "Si te arrepientes..." su voz salió ronca y baja

"No" la voz del rubio fue más rápida que su pensamiento. Aunque sabía que era un riesgo, sólo sería por una noche y quería correr ese riesgo. "No tengas miedo" susurro suavemente.

"Como no tenerlo" Edward lo miro "No te das cuenta en qué clase de bestia podría convertirme en este momento. Ya es bastante malo estar tan cerca de ti..."

"No tengo miedo" aclaro, sonriéndole suavemente. "Tienes miedo de ti mismo porque ya te considerabas una bestia sin alma, ¿verdad?"

Edward asintió "Porque es verdad"

Draco resopló. "Tú tienes alma porque sabes diferenciar entre el bien y el mal, pero aun así si no lo tuvieras aún querría estar contigo"

"¿Estás seguro de que estás de acuerdo con esto?" Edward susurró. "Te das cuenta de que, si empiezo, no podré parar"

Draco asintió, "Lo sé".

Edward no tuvo segundos pensamientos cuando su pareja le dio el permiso y sin pensarlo tomo sus labios, sabía que su beso reflejaba amor. Hasta que no lo hizo. Porque cuanto más besaba a Draco, cada emoción que había sentido y tuvo que empujar hacia abajo en los rincones de sí mismo toda su vida, se derramó de él en su beso. La pasión, la necesidad, el deseo puro que siempre había albergado hacia su novio hizo que sus inseguridades y su actitud recias desaparecieran. Edward quería a Draco. Y los sonidos que producía la persona bajo de él con su boca solo lo incitaron porque esos sonidos significaban que él también lo quería.

Rompió el sello de sus bocas y se quitó la camisa en una velocidad sobrehumana y arrojándola al suelo. Draco hizo lo mismo, pero más lento. Edward saboreo el torso de su novio con la vista y sin pensarlo se quitó los pantalones y el boxer y de la misma manera fueron arrojados a un lado cuando saltó de la cama. Edward escuchó a su novio maldecir cuando fijo su mirada en su miembro. Él solo lo jalo de la pierna y le susurro en los labios "¿Estás seguro?"

"Si"

Y con esa respuesta Edward le arranco los pantalones y el bóxer. Draco hizo aparecer una botella de lubricante. Él la agarro y se acostó encima de su prometido, siseó como si se hubiera quemado cuando su piel desnuda se encontró con la de Draco ya no obstaculizada por su ropa. Edward hundió su lengua más allá de los labios de su amado, que se abrieron en un gemido lamiendo su boca. El beso vaciló cuando su novio soltó su nombre.

"Te ves precioso" le dijo mientras se levantó para flotar sobre el rubio, su mano plantó los brazos de su prometido firmemente en el colchón y movió sus caderas hacia abajo. Observó cómo los párpados de Draco se abrían y cerraban mientras sus labios se abrían dejando escapar otro bonito gemido. Edward se inclinó pasando su boca por la oreja del rubio

"Dime" habló con voz ronca al oído de su futuro esposo "Dime que quieres"

Draco gimió cuando le chupó el lóbulo de la oreja con la boca

"Yo. Yo quiero. Joder. Edward..." gimió entre cada palabra que salía de su boca.

Edward soltó su oreja y dejó que sus labios bajaran por la mandíbula hasta la barbilla y luego subieran hasta la boca, asegurándose de que Draco pudiera sentir el calor de su aliento mientras hablaba con una confianza.

Mi nuevo MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora