Capitulo 12. Perdición

76 5 0
                                    

Podval. Subterráneo, sala 10 de ejecución.

Jongin se recuesta en la mesa y arremanga su camisa, sus gruesas venas se remarcan y observa al hombre que estaba sentado en la silla.

-¿Por cuánto tiempo más piensas que puedes protegerlo? -pregunta el alpha con la sangre escurriendo por sus labios. Jongin le había arrancado de manera brutal cuatro dientes al haber ofendido el nombre del omega. Desde su conocimiento, los alphas de la familia Lebedev han tomado como pareja a omegas de ojos violeta, como simples trofeos para obtener más poder del que tenían, pero al ver su mirada enfurecida, se dio cuenta de que había un fuerte lazo por parte del alpha, un sentimiento que mostraba protección hacia el omega.

Jongin toma una cuchilla y empieza a pasarla por sus dedos, la pregunta del hombre hace que sonría mientras ve el reflejo de sus ojos negros en el arma ¿Por cuánto tiempo? Solo cuando Kyungsoo llegó al hogar de Bom ha pudo mover las fichas a su favor y borrar cualquier rastro del omega, su trabajo fue tan eficaz, que ni sus enemigos por más gente que movieran, nunca dieron con el rastro a pesar de que ofrecían millones de dólares para que les trajeran el cuerpo inerte del omega.

-Lo van a matar, Jongin -susurra con dolor al pasarse la lengua por su labio inferior y sentir el sabor de su propia sangre. El alpha estaba en una situación peligrosa, el consejo no quería que Jongin tomara el control del triángulo negro, porque sus intenciones según los rumores, era destruir la organización, así que las familias que no estaban aliadas con el alpha, se negaban a perder su posición, por eso mismo han tratado de matar a Kyungsoo, porque él era el único omega de ojos violeta que existía en el mundo.

-La hipocresía es uno de los mayores recursos que tiene cualquier persona para establecer relaciones interpersonales- deja de observar la cuchilla y fija su mirada en el hombre que agonizaba en silencio a través de una sonrisa que le provocaba desfigurársela-. Ahora ¿Crees que no sé lo que el consejo hará? Hace ocho años que no asisto a una reunión, y estoy seguro de que estarán felices de verme después de tanto tiempo -asegura y puede notar como las facciones del hombre se endurecen, su sola presencia incomodaba a los demás por el poder que sostenía en sus manos, y eso le enardecía.

-¿Qué crees que harán las restantes familias del triángulo negro? -pregunta, y el alpha voltea a mirarlo -matarán a tu omega, Jongin, no van a dejar que tomes el control.

Estaba en una disputa por el poder y el tiempo corría en su contra, los jefes de las familias estaban más que atentos por conocer la noticia de quien sería el omega que ocuparía la posición del Vorya en la mafia rusa; era la presentación que muchos esperaban, y Jongin no podía negar la emoción de ver a Kyungsoo en tal posición.

-Necesitas un heredero para posicionarte ¡Y tú no lo tienes, ni lo tendrás! -exclama el hombre tratando de zafarse de los grilletes.

-El triángulo negro, será mío -se acerca, y con la punta de la cuchilla, alza su mentón lentamente.

-Lástima que tu padre no pudo matarte en ese entonces… -murmura el hombre con arrogancia y al momento, siente un líquido cálido recorriendo toda la extensión de su garganta. Jongin había enterrado la punta de la cuchilla en su cuello sin llegar a tocar la vena de la yugular, el miedo sucumbe en su ser al sentir como su cuerpo le envía señales de auxilio, pero debió mantener la boca cerrada si aún quería seguir respirando, porque provocar a Jongin nombrando a su padre, era lo más nefasto; todos en el triángulo negro sabían la rivalidad entre ellos, pero tras su desaparición, no sabe sí ese hombre está muerto o vivo.

Soohyuk ingresa a la sala y observa la mirada del alpha en el piso, la sangre mancha por completo su camisa blanca y puede sonreír al ver como su cuerpo empieza a temblar, él era un miembro de la CIA, pero también trabajaba para los consejeros, como él, había varios que eran mensajeros infiltrados, y Junmyeon  tuvo la suerte de atraparlo justo antes de tomar un vuelo comercial

-Junmyeon  inicio otra investigación, su equipo está trabajando en ello, pero Aurel encontró algo que estaba fuera de nuestros planes -suspira con pesadez Soo y mira directo hacia los ojos de Jongin -. Kyungsoo está en contacto con un investigador del estado. No me ha dado más detalles, pero esto simplemente me dejo asombrado ¿Qué estará buscando él?

El hombre a pesar del dolor, sonríe al ver la expresión de preocupación en la mirada de Smert, ya era hora de que supieran la siguiente jugada, si tenían en contra al próximo Vorya de la mafia rusa, Jongin estaría más que perdido, porque esa era su debilidad, un precioso omega de ojos violeta.

-Vas a caer, Lebedev.

-Tráiganla, y díganle a Junmyeon  que venga ahora mismo -ordena Jongin mirando a Soohyuk y él asiente. En sus pensamientos, temía lo peor, Kyungsoo no era fiable con cualquier alpha y él solo era un aparecido en su vida, la confianza era un punto clave para tener una buena relación con el omega, pero como iban las cosas, aquello, parecía esfumarse, las mentiras y todo lo que le ha ocurrido en la vida a Kyungsoo, han sido completamente manipulables.

-¿No vas a torturarme? -se ríe el hombre en sus últimas, los minutos estaban siendo eternos, pero al menos había completado su última misión, y era recolectar información sobre el omega. Su vista se volvió un poco borrosa y escucha el sonido de varias pisadas, lo único que lo mantenía en tranquilidad, es que su familia estaba a salvo, pero el destino suele ser bastante cruel cuando detalla el tatuaje de una serpiente.

Y en ese instante, cuando observa a su omega embarazada entrando, su alma se le quiebra en pedazos.

Junmyeon  agarra con fuerza el brazo de la mujer y la empuja a un lado del hombre, la omega llorando toca el cuello ensangrentado de su esposo y observa con enojo a Jongin, su mano se posa en su vientre y reprime sus ganas de gritarle. Estaba delante de un alpha despiadado, una mente maestra que ha llevado a la cúspide a su familia, un nombre que es mencionado con sigilo para no caer atrapado en su mira, Smert era el peor hombre con que te pudieras cruzar, porque detrás de esa sonrisa y esos ojos gentiles, se encontraba un alma oscura, una mente enfermiza que era capaz de devorarte.

-¡Déjala ir! -grita y siente la mano de su esposa tocar sus hombros temerosa.

-¿Pensabas que podías cruzar la frontera a Polonia? Ese es mi territorio -murmura Junmyeon  y sus ojos azules se oscurecen al ver la sangre del hombre.

Jongin niega con la cabeza y saca su arma, quita el seguro y observa la barriguita de la omega.

-No quisiste por las buenas, ahora te puedes ir a la mierda -comenta Soohyuk y se recuesta contra la pared, saca su mechera y enciende un cigarro.

-E-está bien… te lo diré, pero déjala -dice con sus ojos llenos de lágrimas al sentir el miedo a través de la marca de su omega. Su esposa estaba a solo dos meses de dar a luz, su precioso bebé que estaba creciendo, lamentablemente tal vez ni pueda sobrevivir.

-Me lo hubieras dejado a mí -habla Junmyeon  y estira su cuello.

-Ponte de frente a tu querido esposo -ordena Jongin de mal humor y la mujer de cabellera castaña mira a su amado y siente un escalofrío horrible. El hombre la observa en silencio y asiente-. Para ser parte de la CIA, no debiste bajar la guardia ¿Acaso creías que tu omega estaría a salvo?

-¿Qué hiciste…? -pregunta en un lloriqueo la omega al ver que ya nada la podía salvar. Desde un principio cuando conoció a su alpha, supo de los riesgos, pero jamás se llegó a imaginar que estaría en Podval, en una de las peores salas de tortura ante un jefe de la mafia. Su corta vida se vio reflejada en los ojos de Smert, una triste historia que quedaría sepultada.

-Perdóname… -le susurra el hombre a su esposa y observa como el sonido de un disparo se hace presente. Su omega había recibido una bala en su hombro y el grito en respuesta a su dolor, hace que su mente se desmorone, se le quiebre al saber que no podría protegerla.

-¿¡En dónde putas estabas, el día en que llegue al bar!? -interroga furioso Jongin y al ver que el hombre no decía nada, le dispara sin piedad en la pierna de la omega. hoy no tenía la paciencia para nada, y el remordimiento ni lo conocía, no le importaba la sangre que se debería derramar si eso significaría que podría proteger a Kyungsoo.

-H-hay norteamericanos dentro de la organización… pero no sé sus identificaciones, vienen de otro departamento, yo estaba a las afuera de la ciudad, porque me informaron de que tu omega estaría allá.

Jongin abre sus ojos sorprendido y mira a Soohyuk. Nadie, además de ellos, sabía de qué Kyungsoo iría a Podval, absolutamente nadie, entonces ¿Cómo lo supieron?

El alpha de inmediato le pide a Junmyeon  que haga una limpieza, cualquier sospecha se llevara a juicio, no podía permitir que, a estas alturas, tenga unos malditos infiltrados, esperando como hienas hambrientas el momento para atacar, debía de evitar cualquier riesgo que le impida poder seguir hacia unos de sus objetivos.

Jongin lo mira directo a sus ojos, apunta y dispara en la cabeza de la mujer.

Para Soohyuk, era una situación lamentable, pero si no la mataba él, de seguro la CIA o los propios consejeros, lo asesinarían por haber revelado información, continúa escuchando los abrumadores gritos del hombre y sin reparo alguno, Jongin le propina otros cuatro tiros en la barriguita de la omega, luego deja el arma en la mesa y ordena que se retire junto con Junmyeon  y que cierren los conductos de aire, luego toma un pequeño control y oprime un botón de color verde; los grilletes del hombre se abren y observa cómo se abalanza hacia su omega.

Jongin con tranquilidad toma su celular y marca al número de Kyungsoo. Extrañaba tenerlo a su alrededor, escuchar su risa o incluso, hasta sus groserías.

Deja que sus feromonas fluyan mientras espera el tono de llamada, y cierra por un momento sus ojos, respira profundamente y cuando lo escucha, su corazón empieza a latir con fuerza, ese omega era su completa adoración,

-Pastillas de viagra no vendo ¿Qué se te ofrece imbécil?

Al instante en que lo escucha, Jongin abre de nuevo sus ojos y sonríe de frente al hombre quien sostenía la punta de un cuchillo a milímetros de su ojo, sus manos tiemblan y no entiende por qué sus manos no le respondían, no podía moverse, estaba paralizado y cuando se da cuenta del porqué, queda consternado ¿Cómo se le había ocurrido tan solo el pensar que podía matar a Smert, un alpha de categoría especial?

-¿Ya llegaste? -pregunta Jongin sonriente y observa las pupilas del hombre dilatarse, las venas de sus ojos empiezan a reventarse y trata de gritar, pero su voz no salía. Mientras el alpha lo observa, solo puede pensar en Kyungsoo, ojalá le llegue a gustar el lugar al que lo invito, un campo de entrenamiento para que se divierta un rato.

-Estoy a minutos de ingresar al lugar, así que, gracias por invitarme, Jongin… -el alpha sonríe y se fija en la expresión de desespero que tenía el hombre al darse cuenta de lo que estaba viviendo.

Sus feromonas poseen una sustancia anormal, que puede activar de manera consciente. Son letales para quienes están a su alrededor y lo respiran, capaz de matarlos, funciona como un potente veneno de serpiente que entra al sistema y lo destruye en contados segundos.

Sin embargo, a través de los años ha sido complicado controlarlo, puesto que solo puede estabilizarlo con el lazo de su pareja, así que ha tenido que recurrir a medicamentos para tratarlo.

-¿Vendrás esta noche? -pregunta Jongin y cruza los dedos para que Kyungsoo acepte. Por otro lado, el hombre cae al suelo y empieza a retorcerse de dolor, su tono de piel comienza a cambiar y su sangre se desborda por su boca. Era la peor muerte que alguien podía recibir.

-¿Qué me vas a dar? -dice coqueto y el alpha le podía hacer una lista con sus deseos, pero justo ahora, su mente solo pensaba en una única respuesta “pene”

-Lo que tú quieras, te lo complaceré. Tú solo abre esa linda boquita.

-Pensaré en algo grande -murmura coqueto y el alpha ya se lo imaginaba con esos ojitos brillando y su sonrisa traviesa, ya no podía aguantar las ganas, se lo quería follar, pero solo cuando él se lo pidiera, se lo rogara, y justo ahí, lo devoraría por completo.

-El que te espera tiene un buen tamaño -muerde su labio inferior y escucha su risa.

-Hasta no tenerlo adentro, no lo juzgare.

-Entonces prepárate, porque ni podrás pararte al día siguiente.

-¿Para esa cosita? No, gracias.

-Kyungsoo, yo puedo hacerte venir con solo mi lengua.

Jongin escucha como Kyungsoo empieza a toser y termina maldiciéndolo, ya era tan normal, que sus groserías, parecían un halago.

Es un precioso omega.

Al terminar la llamada, observa el cuerpo inerte del hombre y espera unos minutos hasta que el aire esté limpio de sus feromonas, su cabeza empieza a doler y siente una punzada dolorosa. Las secuelas que le produjo el accidente son irreversibles, y aunque no atenten contra su vida, tenía que estar en constante observación por si se detectaba alguna anomalía.

El recuerdo de las palabras de su¡madre fueron un gran aliento para poder recuperarse, y a pesar de que tuvo que hacer su vida desde cero, su único objetivo ha sido siempre Kyungsoo, mantenerlo protegido, porque por nada del mundo, dejaría que aquellos ojos violeta se apagaran, daría hasta su alma, para poder preservar su sonrisa.

Y para ello, debía de encontrar otra manera de obtener el control del triángulo negro. No iba a obligarlo a querer una marca y mucho menos un bebé.

Su madre lo había criado muy bien, y la elección de hacer aquello, únicamente le correspondía al omega, nadie más podía decidir por encima de él.


Campo de entrenamiento.

Al cabo de finalizar la llamada con el alpha, Kyungsoo no para de sonreír, le encantaban sus conversaciones porque Jongin caía con cualquier comentario que rebajara "su humildad" Y aunque estaba más que claro que ese tamaño no era pequeño, tal vez solo quería preparar su mente para cualquier atentado. No estaba seguro de cuando, pero la curiosidad le estaba matando, hacía ya un par de semanas que no follaba, pero jamás había dejado que alguien se la metiera, pero con el alpha, era la maldita excepción, quería sentirse sometido sobre esas gruesas manos que remarcaban unas poderosas venas.

-Espero que cuando te la meta, estés sonriendo como ahora y no llorando como me lo imagino -murmura el beta y a Kyungsoo se le borra la sonrisa, pero coloca su mirada picara. Si esperaba llorar, que sea por un pene adentro, y no por estupideces sin valor; que sus lágrimas sean por una buena follada y no por una decepción amorosa.

-Cuando me la meta, pensaré que es la tuya, Hunni -murmura coqueto y aprieta uno de los pectorales del beta, su sonrisa aparece de nuevo y Sehun coloca la palma de su mano abierta en el rostro de Kyungsoo y lo aleja -Pero, con tristeza, tengo que decir que de la Jongin es más grande que la tuya, y yo soy demasiado avaricioso en esta vida como para quedarme con algo de menos centímetros -saca su lengua y lame sensual uno de los dedos del beta, enseguida Sehun aleja su mano y se limpia la saliva con su pantalón.

Kyungsoo se agacha y acaricia a Meokmul por debajo de las orejas, acomoda su pañoleta y sus ganas de molestar al beta, no disminuyen, así que fija su mirada violeta en el rostro de su amigo y va bajando lentamente por su torso; hoy llevaba una chaqueta y por debajo una camiseta licrada, donde cada músculo tonificado, se podía apreciar, cada trazo se veía ardiente, y era una lástima que todo eso lo esté aprovechando esa omega, pero no había nada que hacer con esos horribles gustos de él. Su sonrisa continua y cuando se queda viendo la cremallera del pantalón del beta, se muerde su mejilla interior cuando Sehun se da cuenta de lo que estaba haciendo y se acerca a dos pasos para luego agarrar con fuerza su cabellera rizada.

-¿Qué estás haciendo? Deja de mirar ahí -dice Sehun refiriéndose a su miembro. El descaro de Kyungsoo era tanto, que ni siquiera alzó su mirada a pesar de que tenía varios de sus rizos enredados en sus dedos, él seguía ahí de frente “analizando” De seguro estaba comparándolo con el de Jongin o imaginándose alguna sucia escena de sexo.

-Ahí no dice “prohibido mirar” -suelta una risa burlona Kyungsoo y de inmediato Sehun lo empuja y termina en el suelo. Meokmul se pasea sobre el pecho del omega y luego se lame una pata. Kyungsoo escucha la risa de Sehun y su corazón se siente aliviado; esto solo lo hacía con el beta para a veces molestarlo y a él incomodaba en lo absoluto.

Sehun extiende su mirada y ayuda a su amigo a levantarse, sacude su buzo con unas cuantas palmaditas y arregla algunos de sus rizos mientras este repartía besos al felino quien estaba a gusto en los brazos del omega. Ya faltaban pocos días para ingresar al instituto, sus cortas vacaciones gracias a Kyungsoo, estaban por culminar, y para no desaprovechar tal ocasión, su amigo le comentó que Jongin lo invito a un campo de entrenamiento, algo para nada normal, pero el alpha estaba metido en este mundo y Kyungsoo andaba por las mismas, así que no podía criticar a ninguno de los dos.

-¡Hosh! -la voz chillona de Kyungsoo le hace pegar un brinco, y enseguida voltea su mirada y observa ni más ni menos que un Bugatti Veyron de color lila, acompañado de dos camionetas negras. El omega de cabellera blanca sale de su auto deportivo luciendo un bonito pantalón del mismo color del Bugatti y un crop top que deja lucir su piercing en el ombligo; la belleza y las excentricidades del omega, estaban a otro nivel.

Hoshi, con un peluche de conejo en mano, corre de brazos abiertos hacia Kyungsoo y el omega lo carga al momento en que lo tiene de frente, sus ojos se achinan de la felicidad al poder ver de nuevo a Kyungsoo y a Sehun. Tal era su nerviosismo que le pidió ayuda a Soohyuk para que le aconsejara que vestir, quería lucir casual, pero viendo como ellos estaban vestidos, resulto ser todo lo contrario.

Kyungsoo lo suelta y lo deja en una silla, Hoshi guarda sus gafas de sol en su lujosa cartera y saluda al beta con un fuerte abrazo, coloca al señor Rocky a un lado, y arregla su diminuta corbata, el peluche lucía elegante y como el dueño, tampoco repetía ropa, todos los días se vestía con atuendos nuevos.

-Recuerden que sus alphas me tienen que dar dinero por cuidarlos -comenta el beta en un suspiro al observar a los dos omegas. Hoy sería un largo día, porque mantenerlos con vida era un completo reto. Sehun nunca en su vida se vio como un niñero, y ahora hacia su mejor papel a pesar de que no le gustaba tener tal responsabilidad, pero eran sus amigos, amaba a Kyungsoo y a Hoshi lo empezaba a querer.

-Y también Junmyeon  te tiene que dar -habla el peliblanco y se levanta.

Kyungsoo entiende el doble sentido de sus palabras, mientras que el beta ni siquiera lo llega a considerar. El omega se le revuelca el estómago al imaginarse a la porquería de basura de Junmyeon  con Sehun, simplemente no, aquello era una abominación del mundo, preferiría tener mierda de gato en la cara, que ver a esos dos juntos.

Hoshi pone de frente a su amado peluche y espera que sea bien recibido, Kyungsoo se presenta y Sehun toma la patita para saludarlo. El omega se siente un poco avergonzado, pero Rocky ha estado desde que tiene memoria, incluso cuando ingreso a Podval, él era su consejero en las noches mientras trataba de poder llevar su vida en ese mundo, y a pesar de las críticas de ciertas personas que lo veían salir con el peluche, prefirió dejarlo en casa, pero llego a cuestionarse sobre algunas cosas, si las personas llevaban objetos de valor sentimental en su cartera o bolso, pues él también estaba en su derecho de hacer lo que quiera y justo así, es que decidió traerlo.

-¡Si! Ahora estas en el trío de pasivas -choca las palmas con Kyungsoo y se burlan.

Sehun por su parte se queda estático ¿trío? ¿Pasivas?

-Lo siento, verdad que tú eres activo -se tapa su boca con la palma de su mano y se ríe por dentro.

-¿Por qué se les olvida que tengo novia? ¿Acaso saben algo que yo no? -enfatiza en lo último, pero ninguno de los dos omegas responden algo. Hoshi saluda a Meokmul y enseguida deja que lo cargue, el omega le muestra su peluche y las patas del felino tratan de atraparlo. Hoy esperaba que Bom ha no pegara un grito al cielo cuando supiera que Kyungsoo se llevó al gato sin su permiso.

A los segúndos, Insung aparece y los saluda.

-Los acompañaré por ahora, aunque si te molesta, me retiro y pondré a un beta -sugiere con amabilidad el alpha y fija su mirada en los ojos violeta del omega. Hoy se veía bastante lindo, sus facciones se veían relajadas, así que deduce que ha pasado unos buenos momentos con Jongin. Que envidia.

-No, prefiero que tú estés con nosotros -responde Kyungsoo de buen humor y Insung queda algo pensativo con la mirada de Hoshi, la desconfianza que trasmitía era palpable, él analizaba cada expresión como si trataran de averiguar algo, pero no entendía a que se debía aquello, solo estaba haciendo su trabajo.

Kyungsoo coloca su brazo alrededor de la cintura de Hoshi y solicita que traigan las armas para empezar a divertirse un rato, el alpha asiente y les da la espalda en completo silencio con una sonrisa bastante presuntuosa. Por su parte, los chicos caminan hacia el lugar a cielo abierto donde estaban los implementos para hacer los entrenamientos de disparo. El omega le pregunta a Hoshi si sabe disparar a lo que él responde que no, porque para ello tenía a sus guardaespaldas que protegerían su vida, sin embargo, a Kyungsoo no le gusto para nada escucharlo.

-Un omega no tiene por qué depender de nadie, ni siquiera de su alpha -responde serio.

Kyungsoo observa como Hoshi aprieta más al señor Rocky, y entiende un poco su postura, él tenía un alpha fuerte y con el dinero suficiente que le permitía darse casi todos los lujos soñados por un “mortal”, Soohyuk trataba a Hoshi como alguien de la realeza, lo que quisiera el omega, era ejecutado por otras manos en cuestión de segundos y estaba bien, porque después de todo lo que tuvo que vivir, era un precio justo, una recompensa, pero en su dulce sueño, si Soohyuk le sucediera algo malo, sería peor, porque dependía demasiado de él y se notaba, pero sabía que detrás de esos hilos, quien manejaba esa relación a su antojo, era Hoshi.

- Hosh, si tú quieres, yo te enseño, será divertido -murmura Kyungsoo animándolo y puede ver un brillo inigualable en los ojos cafés del omega. Hasta ahora, solo se dio cuenta de que Hoshi tenía su iris más oscuro que los de Sehun, pero de igual forma se veían preciosos en él.

-Bien, pero después iremos a los columpios y pasaremos por los toboganes -pide y ambos chicos se quedan sorprendidos.

-¿Me explicas? -murmura Kyungsoo sin entender ¿Acaso irían a un parque? Se supone que es un lugar para entrenamientos, pero teniendo en cuenta sus palabras, al parecer no, estaba ahí mismo. Hoshi les comenta que cuando acompañaba a su alpha, terminaba aburrido, así que le pidió que hiciera un espacio para poder ir a jugar, un parquecito con columpios y resbaladizas con diferentes formas para pasar el rato. Para Soohyuk, solo era otra petición de su amada flor, pero para Irisa y su círculo de personas, era algo absurdo e infantil, así que el omega recibió reprochables comentarios.

Como siempre lo hacían los demás…

A Kyungsoo le gusta la idea, y aunque ya fueran mayores, montarse en un columpio no es un delito, pero para Sehun, era otro asunto, así que Sehun le pide que los empuje a ambos cuando ya estén en el lugar y que, solo por eso, le daría el doble de lo que los alphas le llegaran a pagar, así que no era una mala idea.

Los minutos transcurren y varios hombres ingresan al lugar, dejan algunas armas con sus cartuchos y Hoshi se siente atemorizados al ver a tantos hombres. Insung observa con disimulo a Kyungsoo y se relame los labios, luego toma la iniciativa y se acerca con una sonrisa amable.

-¿Sabes cómo utilizarlas? -pregunta Insung y deja las armas sobre la mesa.

El omega no le responde con palabras, sino que toma un arma, le quita el seguro y le apunta directo a un blanco con forma de cuerpo humano que estaba a una distancia de diez metros, aprieta el gatillo y le da en todo el centro del pecho, el alpha se impresiona por la puntería y lo felicita por tan perfecto tiro, luego se retira y ordena que los demás hombres se vayan del lugar.

-No me gusta casi disparar -comenta Hoshi y deja al señor Rocky en manos de Sehun. El beta acaricia el conejo y se da cuenta de que tiene vendas en su patita izquierda, justo como las de él. Corre la manga un poco y lee un mensaje.

“No te rindas, Huni”

Respira profundamente y observa su brazo. Tal vez hay posibilidades de seguir adelante…

Sehun alza su vista y observa como el omega toma una arma sencilla y le quita el seguro, se la entrega a Hoshi, y este la observa, su mirada le parecía cómica, porque era como si tratara de recordar cómo usarla.

-Tu esposo por lo menos te debió enseñar a como disparar.

-Si, pero yo nunca le he disparado a alguien, me produce mucho miedo -sostiene el arma con sus manos y apunta hacia la figura de una persona. Kyungsoo se posiciona atrás suyo y posa su mano en su delgada cintura, la sensación de su tacto lo pone nervioso y no puede evitar sonreír cuando siente un ligero apretón.

-No solo es disparar, también tienes que sentirlo… -susurra coqueto Kyungsoo en su oído y acaricia su brazo lentamente con la yema de sus dedos, luego sujeta su muñeca y siente que su corazón se acelera de manera sorprendente.

-No me hables de esa forma que me excito.

-No te preocupes, yo te puedo ayudar, tú solo dime… -le responde Kyungsoo y se muerde su labio inferior.

Hoshi voltea su rostro y queda a centímetros de sus labios.

-Dispara -el omega se pone de nuevo en su posición y con la ayuda de Kyungsoo, aprieta el gatillo y escucha el sonido del arma. Sus ojos se sorprenden cuando observa que le dio en la cabeza y no era de esperar menos, Kyungsoo había recibido entrenamiento por un ex militar, así que tenía conocimientos sólidos que ponía en práctica.

Sehun, deja al señor Rocky sentado a un lado de Meokmul y toma un rifle corto y se dirige a la parte de al fondo, donde la distancia era de treinta metros.

-¿Saben utilizar cualquier arma? -murmura Hoshi al observar al beta quitarse la chaqueta y deja ver los tonificados músculos de su brazo.

-No te culpo, Hosh -habla Kyungsoo al darse cuenta de que el omega no le quitaba la mirada a Sehun -. Yo también quisiera que me ahorcara con esos brazos -le sonríe pícaro a Sehun y el beta solo se ríe de sus ocurrencias.

-Cuando quieras jugar, hazlo con nosotros -el peliblanco saca su lengua y la desliza sobre sus dientes superiores.

-Ustedes tienen alphas, respeten -alega el beta quien, en su inocencia, alza la punta de la camiseta para limpiar algo en el fusil y deja a relucir parte de sus abdominales que fueron devorados por los ojos de los omegas.

-Que tengamos alphas, no nos impide nada… además, ellos no lo sabrán -dice Hoshi muerto de la risa por dentro al ver la mirada aterrada del beta, solo estaban jugando…

-Si, es verdad, será un secreto entre nosotros tres -habla Kyungsoo y le manda un beso con sus dedos.

Sehun observa el punto rojo a través de la mira y se concentra en disparar, deja de respirar por varios segundos y aprieta el gatillo. Entre tanto, Hoshi toma un binocular y levanta una de sus cejas al ver que le había dado en el punto.

Tres chicos mentalmente inestables, son un poco más estables cuando conviven juntos.

-Ya tengo sed -chilla Hosh y Sehun pregunta si hay dispensadoras de bebidas, a lo que el omega responde que, si hay, pero tiene que ir por la puerta de al fondo a mano izquierda. El beta asiente, pero antes de dar un paso, los mira a ambos y los juzga a través de esas sonrisas angelicales; el miedo de que hicieran algo estúpido sacaba a relucir su lado paternal.

-Solo tardaré unos segundos, así que, por favor, no vayan a hacer algo malo -fija su mirada más que todo en Kyungsoo, porque conocía su grado de estupidez, él tenía unas ideas sacadas del alcantarillado que le preocupaban, pero al menos ahí estaba él, para controlarlo.

El beta los deja solos, y Hoshi observa su reloj, aún podía hacer cosas antes de que Junmyeon  llegara y les arruinara la diversión, así que toma su cartera, y saca una fruta, se la muestra al omega y él enseguida prepara un arma.

-Oye, traje una manzana, la colocare en mi cabeza y tu disparas.

-¡Hecho! -dice Kyungsoo emocionado mientras le quita el seguro a su arma y observa a lo lejos como el omega se posiciona al frente de un blanco y coloca la manzana en su cabeza.

-Por cierto, nunca dejes que alguien sin experiencia haga esto -alza su voz para que lo escuche y Hoshi le muestra su pulgar en alto. Hoy era un día para experimentar emociones y quizás un paseíto al cielo, pero al menos no estaría solo, Hoshi era como su tuerca suelta, y le tomó bastante cariño.

-¿Y tú tienes experiencia? -grita el peliblanco.

-¡Nop!

-¡Okey!

Por su parte, cuando Sehun sale con las bebidas en sus brazos, las deja caer en el momento en que escucha el disparo y el chillido de Hoshi. No sabe en qué estaba pensando en dejarlos solos y peor, sin algún alpha que los vigilara.

-¿¡Pero qué mierda les pasa!? -grita enojado Sehun y ambos omegas voltean a mirarlo por un segundo y después lo ignoran como si nada. Hoshi empieza a silbar y se acerca a Kyungsoo para acariciar al gato-. No los puedo dejar ni un minuto a solas porque ya están haciendo locuras.

-Pero no pasó nada, es más, le di a la manzana -comenta Kyungsoo y Hoshi toma la fruta para que el beta certificara sus palabras. Solo estaban jugando, nada más.

-Sí, es verdad, yo solo grite porque se me partió una uña, mira -le muestra su dedo y Sehun respira exhausto.

Hoshi toma a Meokmul y el gato se siente cómodo en sus brazos, Kyungsoo se coloca algo celoso, pero lo deja pasar por solo ser él. Su gran pelaje le hace estornudar, pero, aun así, no deja sostenerlo.

-Por cierto ¿Desde cuándo haces esto? -pregunta Hoshi interesado y observa cómo Kyungsoo acomoda su piercing mientras le comenta que llegó al hogar de su abuela cuando tenía catorce años, en ese tiempo tuvo ciertas situaciones donde el peligro era inminente, un omega débil, era presa de un alpha sediento por ser obedecido, así que tomó la decisión de iniciar con clases de defensa y algunas artes marciales que como resultado, pudo mezclar ciertos movimientos a la hora de enfrentarse a un alpha.

-A veces me preguntaba por qué cuando un alpha salía de noche o en la madrugada, llegaba bien, pero cuando lo hacía un omega, le podía suceder algo malo. Mi abuela me decía que no saliera tan tarde, que había muchos peligros, y sí que lo había, porque cuando inicie en este mundo, no sabía cómo empuñar un arma o como defenderme. Solo cuando lo tienes de frente, es cuando tu instinto de supervivencia se activa y haces cosas de las cuales hasta tú mismo te asombras.

Hoshi se queda pensativo y asiente ante su comentario, por ese y otros motivos, no le gustaba estar con muchos guardaespaldas; la última vez lo arrinconaron dentro de la camioneta y le quitaron los pantalones, en aquel momento, su cuerpo no le respondía, estaba paralizado del miedo y más cuando vio como le rompieron el brazo al señor Rocky y de paso su camisa, si no hubiera llegado su esposo, la historia hubiera sido otra.

-¿Tienes muchas cicatrices de tus peleas? -pregunta Hoshi y Kyungsoo se da la vuelta, sube su buzo y el omega toca con la yema de sus dedos su precioso tatuaje, era una bonita mariposa, era justo como la descripción que le había dado Jongin hace un tiempo; el alpha en sus noches de alcohol, con una bonita sonrisa, decía que haría cuadros de mariposas, no quería olvidar su existencia si en algún momento su mente quedara vacía, quería tocar con sus manos, lo que en un futuro tal vez podría tener. Una mariposa de ojos violeta.

Aleteaba sus alas cerca de un fuego inminente, sin saber que podría ser consumido por las fuertes llamas.

Aquel tatuaje representaba para Kyungsoo Libertad, una palabra que había quedado encerrada como un bello pájaro dentro de su jaula, el tatuaje cubría un horrible recuerdo, una voz marcada en su alma al momento de que Eduard, su tío, intentara en medio de su celo, violarlo, aquella cicatriz fue hecha con un cuchillo al tratar de escapar de sus garras; tiempo después cuando ya estaba en el hogar de Bom ha y cumplió su mayoría de edad, no dudo en hacerse aquella mariposa, como un símbolo de resiliencia, pero no olvido.

Kyungsoo le pide a Hoshi que muestre su tatuaje más preciado y el omega con una sonrisa radiante les da la espalda y se sube un poco más el crop top, la flor de loto cubría casi la totalidad de su piel en esa parte. Era un tatuaje minimalista hecho por una omega hindú cuando fueron por primera vez a un viaje juntos, en aquel tiempo no hablaba mucho, pero Soohyuk dejó todo su pasado para solo concentrarse en él.

-Mi esposo me dice que soy como esa flor. Crece lento, pero siempre buscando su propia luz.

Entre tanto, Sehun se alegra por ambos chicos, pero se mantiene cohibido al mostrar alguno de sus tatuajes, realmente no había uno que lo hiciera llenar, simplemente tenía tatuajes que cubrían al igual que Kyungsoo, cicatrices, viejos recuerdos que paseaban por su mente.

- Kyungsoo, te admiro mucho -dice Hoshi tomando al señor Rocky-. Espero que sigamos juntos… -desvía su mirada hacía Sehun para que entendiera que su mensaje también era para él.

-Gracias, pero a la mayoría les caigo mal.

-¡Que se vayan a la mierda! -expresa Hoshi levantando las patitas de Rocky.

-Por dos.

Kyungsoo toma un arma y apunta a varios objetivos, Sehun le sigue y Hoshi no se queda atrás. Luego continuaron con arcos, dardos, y bombas explosivas, aunque esta vez Insung los tuvo que acompañar, por si ellos hacían alguna tontería y terminaban lesionados.

-¿Qué he hecho para merecer esto? -dice exasperado el beta, al perder el control de los dos omegas, ya no lo escuchaban, solo hacían lo que querían y volvían con sus caras largas para reprocharle que no los dejaba hacer nada. Sehun en un intento para no terminar con su paciencia, toma un respiro y sujeta una botella de agua, pero casi se termina ahogando cuando se percata de la presencia de cierto alpha.

Cinco hombres iban detrás de Junmyeon .


-¿Qué hace ese imbécil aquí? -pregunta Kyungsoo de mal humor. El destino sabrá por qué no le agrada ese hombre, es que ni siquiera soportaba respirar su mismo aire, sus personalidades juntas echaban chispas.

-Tiene una caja negra… -susurra.

Hoshi sabía lo que sucedería, incluyendo la muerte de esa omega embarazada, pero eran temas delicados donde prefería no interceder, Jongin no era un santo, solo era bueno para su omega, y si eso significaba matar una vida inocente, no le importaría en lo absoluto. Estaba en una mafia, y debía ser consciente que situaciones como estas, se vivían día a día.

-Vámonos al parque -sugiere Kyungsoo para evitar cualquier encuentro con ese hombre.

Los chicos se van de primero y Sehun por un momento conecta su mirada con los ojos azules del alpha.


Vibras que se sienten…


-¡Oigan, espérenme! -grita Sehun cuando ya no veía a los niños.

-¡El que llegue de último, se la deja meter! -responde el peliblanco y Sehun queda con un tic en su ojo.

Enseguida corre detrás de los chicos, voltea por un pasillo y al cruzar casi se cae, continua y cuando llega, observa a Kyungsoo.


-¡Tienes una piscina de pelotas! -chilla el omega y se quita el buzo, salta, y Hoshi ladea su cabeza de un lado hacia otro y sonríe tiernamente. Por fin tenía amigos, así que se los agradece-. Vamos a los columpios -habla Kyungsoo y enseguida toma a Meokmul en sus brazos, el omega se sienta en un columpio y Hoshi hace lo mismo, Sehun los empuja a cada uno y ellos gritan que más fuerte.

Escuchar sus risas, lo hacían querer llorar de la felicidad.

-¡Hunni, tómanos fotos! -dice Hoshi y el beta se hace de frente y empieza a grabarlos mientras ellos hacían muecas raras.

En la mañana, Kyungsoo lo llevo a una tienda y le compro un nuevo celular. Aunque le pidió el motivo del porqué lo hizo, su única respuesta siguió siendo la misma, unos duendes con penes de plástico, habían secuestrado su celular.





Podval.


Después de una tarde divertida, los tres chicos llegaron al bar, pero antes, dejaron a Meokmul en su hogar. El primero en bajarse es Kyungsoo, seguido de Sehun y Hoshi, así mismo, las cuatro camionetas que los acompañaban; al ingresar al lugar, se dirigen hacia el ascensor, el omega marca el piso quinto, y segundos después las puertas se abren, caminan por un amplio pasillo, y voltean hacia la izquierda, Hoshi detalla con una sonrisa la puerta marrón y da dos golpes.

-¡Hosh! -la voz femenina retumba en sus oídos. La mujer abre la puerta por completo y se abalanza contra el omega. Habían pasado varios días, donde el omega no las había visitado, ya que, por lo general, se pasaba seguido por las habitaciones antes de dar los espectáculos de baile en el club.

-Les presento a mis amigos -dice Hoshi con orgullo, y ambos chicos se saludan con las dos omegas. Las chicas quedaron encantadas, sin embargo, Ari observa a Hoshi con nostalgia, la morena se acerca y extiende sus brazos. Desde que conoció a Hoshi en Podval, le ha admirado su fortaleza.

-¿Quieres escuchar su corazón? -la morena lo observa enternecida, y ambos chicos quedan perdidos. El omega se acerca y ladea su rostro, coloca su oreja en la mitad del pecho de Ari, cierra los ojos y la abraza.

-El corazón que late dentro del cuerpo de Ari, es el de mi hermano fallecido.


El día del atentado, Woozi lo protegió, pero se llevó gran parte de los disparos, al llegar al hospital más cercano, su hermano fue directamente a la sala de cirugía, para esa tarde se quedó solo, y sentado al lado de una señora, quien estaba rezando con un collar entre sus manos, ella le había comentado que su hija iba a morir, su corazón no aguantaría y horas más tarde el doctor sale y dice la pésima noticia de que su hermano había muerto; Hoshi observó a la señora y ella lo abrazó, de inmediato hablo con el doctor y dio los permisos para que sus órganos que no se hubieran afectado, fueran donados, y entre esos, su corazón que después de varios estudios fue dado a Ari.

Hoshi se aleja lentamente y escucha el último latido, pequeñas acciones, pueden cambiar la vida de alguien más. Solo hay que tener la valentía de afrontar los obstáculos para convertirlos en posibles metas.

-Están bellísimos, gracias, tú siempre vienes y nos traes algo -expresa Katerina emocionada al recibir los obsequios de Hoshi y no espera en colocárselos y lucirlos delante del omega. Luego de unos minutos, todos conversaban tranquilamente, las chicas les cuentan anécdotas divertidas y se sorprende de lo tranquilo que se encontraba Hoshi. Estar en el mismo lugar donde vendías tu cuerpo, podría resultar algo desagradable, pero para el omega, no era de esa forma.

Kyungsoo saca su celular y revisa si hay algún mensaje del alpha, pero por alguna razón, se desilusiona cuando no observa nada, Hoshi nota aquello en su mirada y le dice que vaya a su oficina, el omega lo piensa por varios segundos, hasta que se levanta y se despide de todos, le da una última mirada a Sehun y camina por un pasillo acompañado por dos alphas de confianza de Hoshi.

-El jefe aún se encuentra descansando, si quiere puede seguir, o de lo contrario le brindaremos una suite -explica y el omega niega con la cabeza, mientras suben por unas escaleras y observa dos puertas negras.

Al ingresar, observa la tenue luz que alumbraba el lugar, cierra la puerta y se fija en el alpha quien dormía en el sofá. Se acerca silenciosamente y coloca su rodilla derecha cómo soporte en el mueble. Su mirada viaja desde su cuello hasta su pecho y detalla un arma que sobresale del bolsillo de su blazer.

La saca lentamente y se sorprende al ver el grabado de una mariposa, delinea con la yema de sus dedos el contorno y siente como sus vellos se erizan. Su respiración se entrecorta y su corazón se acelera, era una sensación indescriptible, como si lo alertaran de una posible tormenta.

Entre abre sus labios y de nuevo observa al alpha, coloca la punta del arma en su frente y sus ojos negros lo contemplan.

-¿Ibas a matarme? -acaricia la mejilla del omega, y siente como su corazón se emociona al tenerlo de frente. Lo había extrañado tanto que hasta en sus sueños no paraba de buscarlo.

El omega desapunta el primer botón de su camisa negra y con su lengua recorre parte de su cuello, deja marcas rojizas y continua hasta el lóbulo de su oreja, lo muerde y escucha por parte del alpha, un gemido, uno del cual lo vuelve loco.


Sus manos hormiguean por querer tocar ese cuerpo, por desear su piel contra la suya, sentir los latidos de su corazón y escuchar sus jadeos mientras un sentimiento de posesividad se mezcla entre sus entrañas y explota en el momento en que sus miradas se encuentran.

-Me encantaría verte rogar porque te folle -susurra el omega a milímetros de su boca, mientras sus ojos se dilatan junto con los de él.


Omega pandillero [ADAPTACIÓN] KAISOO Where stories live. Discover now