Capitulo 15. Placer

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“Caminar nunca fue una opción”. Kyungsoo  Do


Anochecer.


—Estando contigo, me olvidé que tengo que asistir al instituto —voltea su rostro y le regala una sonrisa. El alpha se queda embobado con su mirada y se siente un poco nervioso al estar a su lado. Observa las luces de la ciudad y la suave brisa hacía que mechones de su cabello se movieran lentamente—. Me gusta estar aquí, me relaja —cierra sus ojos y respira profundamente.

Jongin  agacha su mirada y observa la pequeña mano del omega sobre la silla de madera que ambos compartían. Mueve despacio sus dedos y trata de acercarse, pero se detiene cuando escucha su risa.

—¿Qué haces? —pregunta Kyungsoo  haciéndose el inocente, pero sabía los trucos que estaba haciendo el alpha y le parecía tierno.

—Na-nada —tartamudea y aleja rápidamente su mano.


—¿Quién eres en realidad? —la pregunta lo descoloca. Lo mira directo a sus ojos y siente como los latidos de su corazón empiezan a retumbar en su cabeza.


—¿Por qué lo dices? —inquiere Jongin  con incertidumbre. Sus palabras lo sorprenden y un miedo indescriptible emerge en su ser. Hay mentiras que son necesarias, pero que solo duran un tiempo limitado, y la suya, se encontraba en un reloj de arena que se había volteado; cada grano que caía, era como si una daga se acercara a su pecho.

—Me pregunto cuántas mentiras me habrás dicho —su tono relajado le daba escalofríos —no soy tonto Jongin , que no hable y me comporte de una manera diferente solo para saber tus acciones, me permite cuestionar sobre ciertas cosas.

—Kyungsoo …

—Relájate, hasta ahora nos estamos conociendo, cada quien oculta sus cosas, y yo también lo hago, pero ¿Por qué no me dijiste que mataste al director?

Juraba que se trataba de algo más, sin embargo, si aquello sucediera, no sabía ni que hacer en ese momento, nunca imagino que caería ante sus juegos y lo colocarían como el enemigo de Kyungsoo . Cada pieza que movía se convertía en un paso hacia el abismo, no obstante ¿Hasta dónde terminaría? Si los hilos de ambos estaban conectados con los de un innombrable hombre, no había escapatoria, si no hasta que el juego finalizara y alguien cayera.

—Eres gracioso —escucha su risa, y sus pensamientos se dispersan. Era lo más hermoso que podía oír en su vida.

—¿Quieres que sea sincero? —voltea su torso y coloca la palma de su mano enfrente del rostro del omega.

Kyungsoo  lo observa y detalla las cicatrices que tenía, un sentimiento nauseabundo lo embarga y pequeños fragmentos vienen a su cabeza. Los segundos transcurren y la mirada del alpha cambia a una totalmente desconocida para él.

—Mi verdadero yo, es el que tienes en frente. Un alpha que te respeta y te da tu lugar, te protege y te cuida, pero sobre todo, que te atesora en su alma como lo más sagrado que tiene, pero cuando ve a alguien tratando de hacerte daño, se convierte en un monstruo, en un alpha que no valora la vida de nadie y que mata a sangre fría sin importar el que —se detiene y se fija en su precioso sonrojo.


—Kyungsoo  —susurra en un tono suave —no esperes menos de nadie, porque te lo mereces todo, y yo, quiero darte todo, incluso de mí.


Siempre velaría por su bienestar, era una promesa que le hizo a ella. Sabía que una vez que diera el primer paso, no había retroceso, pero lo anhelaba tanto, que hizo lo posible para contenerse, pero termino accediendo antes los deseos más profundos de su alma.

Kyungsoo  levanta su mano y la roza con la suya lentamente. Un sentimiento en su interior estaba a punto de desatarse.


—Vivo y mato por ti, omega —entrelaza sus manos y se acerca a su rostro —jamás lo olvides —susurra y siente su respiración agitada.

—Espero que te responsabilices de lo que estoy sintiendo justo ahora —confiesa Kyungsoo  avergonzado y cierra sus ojos cuando siente el roce de sus labios sobre los suyos. El alpha detalla su rostro y sonríe complacido, se veía bastante tierno, y le sorprendía. Nunca se imaginó ver esta faceta de él, pero por alguna razón, quería molestarlo.

—¿Qué? ¿Acaso esperas que te bese? —murmura divertido y a los segundos, siente un horrible dolor en su pierna cuando el omega lo pellizca—. Pídemelo… pídeme que te bese, porque sé que no he sido el único en desearlo, Kyungsoo  ¿Crees que no lo noto? Sé que observas mi boca con ganas de probarla.

—¡Bésame ya, idiota!


Jongin  sonríe victorioso y toma ambas manos del omega, acaricia cada uno de sus dorsos con devoción y sin dejar de mirarlo, deposita un corto beso, pero en su frente. Era una venganza por las veces que lo había provocado y el omega solo se burlaba a la lejanía.

—¡Jongin ! —chilla molesto, pero el tono rojizo de sus mejillas no se iba —¡Eres un infantil!


—Haré el ridículo con tal de que te quedes conmigo —rodea la mesa y observa a su omega con el entrecejo arrugado. Quería pasar el mayor con tiempo con el omega ¿Acaso pedía mucho? Tal vez sí, pero todos estos años sin él, han sido mortificantes.

—¿Qué edad tienes? ¿Nueve? —pregunta con fastidio y trata de acercarse.


—¿Cuántos crees que tengo? —se relame los labios y ladea su rostro.


Ese pequeño omega que a duras penas llegaba a la altura de su pecho, lo volvía loco. Cada sutil movimiento, cada mirada o toque que le daba, le producía un sinfín de emociones que le hacían erizar hasta el alma.

—Confórmate con saber que no me gustan los de mi edad, así que debes estar por esos añitos —murmura el omega con una sonrisa juguetona mientras recuerda las palabras de su abuela. Jongin  era un vino exclusivo, y él estaba dispuesto a beberlo hasta la última gota.


—¿No te gustan los de tu edad? —pregunta cauteloso y mira como Kyungsoo  se sienta sobre la mesa.


—Depende… —susurra el omega y observa como Jongin  no pierde la oportunidad y se posiciona entre el espacio de sus piernas. Tenerlo tan de cerca lo ponía nervioso, pero es que simplemente era él, ese maldito alpha le ponía el corazón acelerado sin la necesidad de su tacto, solo con su presencia, podía hacerlo emocionar.

—¿De qué? —interroga Jongin  con cautela y levanta el mentón del omega, sonríe contra sus labios y fija su mirada en esas gemas violeta que lo observaban con atención al hacer cualquier movimiento.

—Si son omegas, prefiero que sean menores, y si son betas, pueden ser ambos —con el pasar del tiempo la mirada de Kyungsoo  se convertía en una trampa para el alpha y cuando él lo nota, deja la palma de su mano sobre el muslo del omega y lo aprieta ligeramente, quería hacerle sentir como estaba ahora y era malditamente enloquecido por querer probar su piel.

—¿Y alphas?

—Solo tú —le sonríe coqueto y se fija en como coloca su dedo índice sobre su pectoral y empieza hacer pequeños círculos.


Jongin  al escucharlo, es como si le hubieran enviado un mensaje a su no tan pequeño amigo que estaba escondido entre sus pantalones; las ganas por follárselo lo estaban dejando sin escapatoria, pero ahora solo quería saborear, aunque sea un poco de su piel y sin pensarlo, se acerca a su cuello, su lengua se deleita con su sabor y termina dejando un beso bastante húmedo donde luego sopla y siente como la mano del omega se posa sobre la suya.

—¿Te gusta? —susurra Jongin  cerca del oído del omega y Kyungsoo  le cuesta respirar, el hormigueo en su abdomen no desaparece y siente que va a pedir algo de lo cual no se iba a arrepentir, pero justo ahora, solo quería ser sincero con él y cuando asiente ante la pregunta del alpha, Jongin  solo se aleja y deja un beso sobre su cabellera rizada. El alpha por su parte, no quería apresurar nada con él, pero es que el omega tampoco ayudaba y lo colocaba en una apretada situación donde su autocontrol estaba a segundos de desaparecer.

—Será mejor que nos detengamos —sugiere el alpha extendiendo su mano y escucha un chasqueo por parte del omega, al parecer lo que había dicho no le gustó para nada, y cuando Kyungsoo  se baja de la mesa en completo silencio solo fue una advertencia ¿Acaso quería seguir jugando?

—¡Esta me la pagas! —la toma y se baja de la mesa en silencio.

Kyungsoo  camina hacia la puerta de cristal y antes de abrirla, siente el fuerte agarre del alpha en su cintura que lo detiene por completo. Su corazón empieza a latir aceleradamente cuando su mano se mete dentro del buzo y empieza acariciar su abdomen, hasta subir a uno de sus pezones, y tocarlos.


—Mis intenciones no son nada buenas cuando te tengo así —lo aprisiona y puede sentir su miembro bastante duro sobre su espalda baja.


—¿Quién dijo que las quiero? —responde y suelta un jadeo involuntario cuando pellizca su pezón.


—Cuida tus palabras, Kyungsoo  —baja su mano y abre la puerta de cristal, deja que pase él primero y lo sigue.


Las luces se encienden y la figura de la mujer es visible, Larissa los observa y siente el ambiente un poco incómodo ¿Qué había pasado para que Kyungsoo  saliera un tanto enojado? De pronto Jongin  dijo algo que el omega no quería escuchar y por eso la decepción en la mirada de Kyungsoo  era bastante notoria.

—Prepara el dormitorio de Kyungsoo , por favor. Mañana empieza sus clases —demanda serio.

El omega al escucharlo sintió algo de tristeza y desilusión ¿Qué estaba esperando del alpha? Tal vez sus palabras y acciones iban en diferente camino, era como un tire y jala, sin embargo, el sentimiento agridulce que sentía en ese momento le provocaba a veces pegarse contra la pared.


—Bueno, ya es tarde —murmura Larissa arreglando su vestido y se acerca al alpha—. En tu oficina hay una llamada en espera por parte de Soohyuk  ¿Vas a ir? —pregunta en un tono bajo y observa de re ojo al omega. Jongin  toma la mano de Kyungsoo  y le da un corto beso sobre su dorso. Sus ojos violeta lo miran sorprendido y le sonríe.

—Puedes ir con ella a tu dormitorio, o si quieres, espérame… —la última palabra la pide como una súplica y Kyungsoo  no le responde con alguna palabra, solo asiente con una expresión seria, y prefiere dejarlo así.

Kyungsoo  observa como el alpha le da la espalda y se pierde entre la oscuridad de la sala. Si se ponía a pensar, las cosas estaban fluyendo de una manera en la que no podía negar su magnetismo con ese hombre, pero ¿Qué era lo que su corazón deseaba? El cambio tan brusco que Jongin  hizo en él, lo ha puesto en duda. No estaba seguro en quedarse a su lado, pero estaba cayendo rápidamente.

—No quieres irte, pero tampoco quedarte —dice Larissa al ver al omega pensativo y la verdad es que si tenía razón—. Nuestra manera de pensar siempre cambiará por una acción, recuérdalo.

El destino le había dado una tremenda bofetada y de frente. Prácticamente se estaba burlando en su cara.


—Lo esperaré aquí —responde decidido y Larissa se despide. Al quedar solo en el lugar, mira hacia la terraza y vagos recuerdos llegan a su mente. Hoy había sido como una montaña rusa llena de emociones, en donde su corazón estaba a punto de salirse de su pecho; mete sus manos dentro de los bolsillos de la pantaloneta y camina hacia la derecha, el penthouse de Jongin  era bastante extravagante y tenía diferentes espacios recreativos que le sorprendía, sin duda alguna, el alpha tenía demasiado dinero de sobra.

Las pequeñas mesas decorativas que había en el pasillo, tenían un precioso florero que, llenaban de vida el lugar, sin embargo, los cuadros de pintura fueron los que más le llamaron la atención. Se acerca a una de ellas y coloca sus dedos sobre el marco, lo detalla y siente un escalofrío cuando observa la mariposa de color negra volando sobre un lago en medio de la oscuridad, era casi igual al grabado que tenía en su arma.

El misterio de ese hombre rondaba en su cabeza…


Sin divagar más, continua su camino y llega hasta el fondo, divisa otra puerta de cristal y la curiosidad por saber que había allá, le ganan. Toca la barra de metal y al empujar, se le corta la respiración al instante. El silencio del lugar se convertía en un cómplice, donde los recuerdos vivían en un viejo cofre olvidado en algún recóndito de su alma.

Envuelve su mano en un puño y se queda fijamente mirando la piscina que tenía en frente. La rabia y la desolación que sintió en ese momento, se convirtió en el impulso para escapar de ese lugar, porque de haber aguantado, hubiera preferido acabar con su vida.

Solo cuando salió de ahí, supo todo el daño y el mal que le hicieron, iniciando porque le obligaron a tener su primer celo, cuando su cuerpo ni siquiera estaba preparado para ello. Los golpes y los constantes gritos, terminaron por volverlo loco, y en una súplica porque se detuvieran, lo que escuchó, fue una simple risa burlona.

Recordó cuando llegó al hogar de Bom ha, asustado y sin poder decir una palabra, termino escribiendo en una hoja, y mostrándolo con sus ojos llenos de lágrimas, que tenían que huir, su abuela no lo dudo, y se fueron de ahí sin dejar rastro, y hasta el día de hoy, no sabía nada de ellos.

Agacha su mirada y al dar un paso hacia atrás, choca contra alguien. Las fuertes manos que abrazaban su abdomen, lo dejan atónito, pero cuando sabe quién es, se queda quieto y solo se deja llevar por su cálida compañía.

—Disculpa la demora —dice Jongin  en un tono bajo y deposita un beso en su adorable cabellera rizada, el alpha lo abraza con más fuerza y Kyungsoo  con su presencia se siente relajado.

—No pasa nada…

—¿Por qué te quedaste?


Si tuviera alguna respuesta que pudiera describirla con palabras, lo haría, pero el corazón se expresa en un lenguaje totalmente diferente.

—Solo quería quedarme…

—Me refiero aquí ¿No tienes miedo? —pregunta con suspicacia Jongin  y deja de abrazarlo, acaricia su cuello y hace que levante su quijada y lo mire con sus ojos violeta.

—A lo que le temes, no es a algo físico, es algo que está dentro de ti, en tu mente… —responde sin ningún tipo de expresión exaltada.

—Hay maneras de cambiar eso —deja de sostener la quijada del omega y toma su muñeca.

—Como si pudieras borrar un recuerdo —Kyungsoo  queda de frente y tiene que alzar su vista para poder mirarlo, era una lástima que no había algún mueble en el cual sentarse.

—¿Quieres que te enseñe? —su voz le eriza los vellos de su piel, y tiene que parpadear varias veces para respirar de manera controlada.

—¿Qué cosa?

El alpha toma su mano y lo guía hacia una cama balinesa, enseguida reacciona y su cara enrojecida es una acertada respuesta de lo que su mente alcanzaba a imaginar.


—No te haré nada —susurra cerca de su oído —nada que tú no quieras…

Kyungsoo  observa al alpha alejarse y al momento, toma una maceta la cual tenía una flor de color violeta, lo mira directo a los ojos y se acomoda a su lado; Jongin  se la entrega y queda intrigado ¿Por qué se lo daba? No entendía, y su mente estaba peor, porque pensaba en cosas sucias y el alpha dándole una bella flor.

—¿Quieres ponerle un nombre?

—¿A qué viene todo esto? —se le escapa una pequeña risa y el alpha sonríe al saber que estaba cumpliendo su objetivo, y era hacerlo sentir bien.

—Un nombre —pide con amabilidad Jongin . Kyungsoo  queda perplejo y niega con la cabeza, relame sus labios e inconscientemente voltea su rostro hacia la piscina, el alpha coloca la palma de su mano en su mejilla y hace que lo mire.

—La flor está en frente de ti, no allá —desliza sus dedos por su tersa piel hasta llegar a su cuello, y se queda pensativo.


—Jongin … —susurra y siente como su pulgar se mueve de arriba hacia abajo en una corta caricia.

—Concéntrate —demanda en un tono agudo y se levanta. Se recuesta contra las almohadas y separa sus piernas, palmea dos veces sobre las sábanas blancas y Kyungsoo  alza su mirada y entre abre sus labios.

—Siéntate aquí —ordena y Kyungsoo  se queda inmóvil por varios segundos ¿Qué era esa atmosfera? Es como si su voz estuviera hechizada. Cualquier palabra que saliera de aquella boca, él estaba dispuesto a cumplirla ¿Y quién no lo haría? Si su cautivadora mirada lo monopolizaba por completo, porque justo ahí, se dio cuenta de que lo único que tenía en su mente, era él.

En completo silencio Kyungsoo  se acomoda entre sus piernas y deja la flor sobre sus muslos, luego percibe como la mano del alpha se pasea por su brazo y acaricia su dorso; un cosquilleo golpea en su vientre y siente como poco a poco su miembro se colocaba duro.

—¿Ya pensaste en el nombre? —pregunta a milímetros de su oído y eso hace que coloque su espalda en una posición recta.

—Es-estoy en ello —responde nervioso y de nuevo mira la flor.


—¿Ya lo tienes? —saca su lengua y deja un corto camino húmedo por su cuello. Su mano deja de acariciar su dorso y lentamente se posa sobre su pierna y va subiendo con anhelo hasta llegar a donde quería, hace una ligera presión sobre su miembro duro y escucha un jadeo por parte del omega.

—Yo solo te pedí un nombre, no que te excitaras —comenta en un tono burlesco y aprieta su cuello repentinamente —dime ¿Qué estás pensando?


El omega cierra sus ojos por varios segundos y agarra la muñeca del alpha, ladea su rostro y siente la respiración pesada de él cerca de su boca, Jongin  le pregunta si está bien, y claro que lo estaba, pero no exactamente de la forma en que se lo imaginaba, el alpha alteraba su entorno.

—Estás imaginando otras cosas ¿No es así?

Si, pero no se lo iba a decir.

El alpha lo observa fijamente a los ojos y después se posa sobre sus labios, los segundos pasan y cuando alza su mirada de nuevo, siente su corazón a punto de salirse, sus pupilas dilatadas le quebraron por completo el aliento.

—¿Ya tienes el nombre? —susurra y Kyungsoo  quiere que se lo trague la tierra.


Lo había deseado… estaba imaginando esas manos tocando cada rincón de su cuerpo y su lengua haciendo estragos en su culo.

—Ah… Po-pofi —fue lo único que pudo decir ante la intimidante mirada del alpha.


Jongin  sonríe y le quita la flor, la deja a un lado, y a los segundos, lo empuja contra la cama. El pecho del omega queda sobre las suaves sabanas y sus manos aprisionadas detrás de su espalda.

Kyungsoo  termina con la mente en blanco por unos segundos, pero cuando se da cuenta que esta inmovilizado, trata de liberarse, sin embargo, al sentir el duro miembro del alpha restregarse contra su culo, supo que había perdido.


Jongin  se inclina sobre su cuerpo y soporta su peso con una sola mano. Muerde el lóbulo de su oreja y besa su cuello en repetidas ocasiones con el único fin de escuchar sus jadeos.

—Kyungsoo … —susurra sensualmente —Pofi es un nombre muy feo.


—¡Suéltame! —exclama furioso el omega, al darse cuenta de que Jongin  lo estaba haciendo pagar por las veces que había jugado de “manera sucia” —¡Jongin ! —chilla histérico cuando el alpha sujeta con más fuerza sus muñecas y agarra su cabellera, Kyungsoo  queda estático y quiere pegarse una bofetada por querer gustarle esto.

—Cuando tú lo inicias, te diviertes y me dejas con una horrible erección, pero cuando yo lo hago te enojas ¿Crees que es justo? —pregunta y Kyungsoo  trata de liberarse de nuevo.


—Exacto ¡Porque lo hago yo! —chasquea su lengua y de nuevo siente el miembro del alpha contra su culo ¿Cómo quería que ignorara aquello? Si prácticamente le estaba rogando por entrar y sin percatarse, Jongin  hace que levante su rostro y quede con la vista fija hacia la piscina.

—No es borrar un recuerdo, es hacer que tengas otro más intenso —dice cerca de su oído y mueve sus caderas para hacer más presión.


El choque de emociones que estaba sintiendo en ese momento era indescriptible. Las diferentes sensaciones que lo estaban embargando podían hacerlo delirar, pero la que más predominaba, era la de él, la presencia de ese alpha amortiguaba cualquier otro recuerdo.

—¿Quieres que dejemos de jugar? —pregunta lascivo el alpha y Kyungsoo  con su respiración entrecortada, cierra sus ojos y muerde su labio con rabia al saber que estaba bastante excitado y podía sentir su ropa interior totalmente húmeda.

—¡Tú solo te estás burlando de mí! —aclara y suelta un gemido cuando siente la mano del alpha colarse por su pantaloneta. Su tacto sobre su piel, quemaba, pero no había peor pecado, que cometerlo una y otra vez.

—Tu muy bien lo sabes… —sus dedos se adentran en el bóxer y envuelve con su palma su miembro erecto —afuera puedes hacer todo lo que quieras, incluso insultarme, pero aquí… justo aquí cuando te tengo debajo de mí, me obedeces —sentencia.

—Cuando te dije que era capaz de hacerte correr con mi lengua, no era mentira, y sé que tú quieres ver tu semen escurriendo de mi boca ¿O me equivoco? —besa de nuevo su cuello y empieza a mover su mano de arriba hacia abajo. La humedad que provenía de su glande no era nada en comparación con lo que se imaginaba que podía estar en su ano.


—Kyungsoo … —de nuevo susurra —¿Estás seguro de que me obedecerás ante cualquier orden que ejerza sobre ti? —Jongin  se endereza y jala al omega, su delgada espalda choca fuertemente contra su pecho y escucha sus quejidos.


La pregunta lo deja a la deriva, pero su deseo por probarlo, le bastaba para entregarle su cuerpo… para dejar que haga lo que quiera, porque él era un lienzo en blanco y Jongin , el pintor que trazaría cada línea sobre su tersa piel blanquecina.

—Hazlo…


El alpha en un sutil movimiento, deja a Kyungsoo  acostado sobre la cama y se coloca encima de él. El brillo incesante de sus ojos era capaz de dejarlo cegado y estaba más que dispuesto a ceder ante ese omega, su Vorya…


Kyungsoo  entre abre sus labios y observa su boca, lo había deseado desde hace rato y ahora, no perdería su oportunidad. Lo abraza por el cuello y lo atrae, sus miradas quedan impregnadas en sus almas y un cúmulo de emociones estaba a punto de explotar en sus interiores.

Jongin  juraba que podía escuchar el palpitar de su corazón. Sus delicados brazos rodean su cuello y cuando siente su aliento a milímetros de su boca, cierra sus ojos y deja que sus cálidos labios lo prueben, era la mejor sensación que podía sentir.

Su lengua se adentra en la de él y eso simplemente lo enciende, el deseo por poseerlo cada vez aumentaba, y su pene estaba suplicando por su liberación. Su mano se cuela dentro del buzo y va subiendo lentamente, el calor de su cuerpo lo estaba llamando para juntarse con el de él, sin embargo, no podía actuar como un animal, quería que Kyungsoo  lo disfrutara de principio a fin, pero sin perder la chispa.

—Tenemos toda la noche… —murmura en un tono gentil y le quita el buzo por completo.


Se fija en como el omega ladea su rostro y evita el contacto visual cuando contempla su piel con sus ojos llenos de lujuria, y es que simplemente no podía… no podía dejar de mirar esa obra de arte que reposaba sobre su cama.


Las yemas de sus dedos se ubican sobre su vientre y hacen varios círculos alrededor de su ombligo. Se percata de las pequeñas cicatrices que tenía, y se imaginaba que eran producto de las peleas en las que frecuentaba, y es que Kyungsoo , era un inminente peligro. El ligero movimiento hace que levante su mirada y se encuentra de nuevo con sus preciosos ojos y detalla su boca tapada por el dorso de su mano. Continúa con su camino hasta llegar a su pecho y aprieta uno de sus pezones rosados, escucha un quejido por parte de él, y queda encantado ante tal magnífica pieza, pero deseaba oír una del cual, lo hiciera retumbar en sus aposentos.

Como un depredador a punto de cazar a su presa, saca su lengua y delinea toda la extensión de la aréola, abre su boca y mete su pezón, lo chupa lentamente y al instante, lo muerde con fervor, Kyungsoo  se queja, pero después suelta otro gemido cuando lo lame.

—Haré que llores de placer —sentencia y de nuevo se acerca a su boca para devorarlo.

Sus manos no dejan de tocar su piel la cual empezaba a aumentar de temperatura con el pasar de los segundos, y es que era inevitable no querer profanar cada rincón de su cuerpo, no desear sus gemidos cerca de sus oídos o no anhelar sus pequeñas manos tratando de aferrarse. Sus labios continúan moviéndose y cuando aparta su lengua, un hilo de saliva se corta y se fija en sus preciosos ojos totalmente aguados. Su dedo pulgar se pasa sobre su parpado inferior y observa como una gota se desprende.

—Y eso que no te hecho nada Kyungsoo … nada de lo que mi mente se ha fantaseado contigo —se reincorpora y se quita sensualmente su camiseta delante del omega.


En la cabeza de Kyungsoo , todo iba en cámara lenta cuando él se quita la prenda y sus ojos lo recorren de abajo hacia arriba, empezando por su atractiva ingle que se le marcaba, y ni que decir de sus tonificados abdominales que parecían una chocolatina en la cual su lengua debía ser la ganadora y debutar en aquella atractiva alfombra roja. Sin embargo, la calentura de su cuerpo estaba desbordada cuando ve los trabajados oblicuos que estaban a su costado, nunca había deseado tocar tal parte, pero ahora, sus manos picaban por trazar con las yemas de sus dedos cada centímetro de su piel y marcarlo como suyo.


Pero la lista solo seguía aumentando cuando detalla sus grandes pectorales que lucían como dos perfectas almohadas en la cual no sabía si su pene podría restregarse en la mitad, o mejor que su lengua siga siendo la estrella para poder saborearlo como un apetitoso helado en medio de un verano fogoso.


Definitivamente se había perdido entre sus pensamientos cuando la risa burlona del alpha lo sorprende y se queda sin aliento.


—Recuerdo que me dijiste que aún era un producto en exhibición ¿No quieres degustar un poco? —le guiña el ojo y muerde su labio inferior.


Kyungsoo  parpadea varias veces y traga saliva, es que no solo era eso, los malditos tatuajes que cubrían casi la totalidad de su piel, lo dejaban sediento. La primera vez que vio su brazo descubierto, se preguntó hasta donde finalizaba el tribal que tenía desde el dorso de su mano derecha, pero ahora que lo detalla, termina justo en sus pectorales.

Las formas y tamaños que tenía cada particular de color negro, le hacían picar la curiosidad, pero por el momento, la única indagación que quería matar, era con su lengua.

Sin esperar más, se aproxima de manera sigilosa, coloca ambas manos sobre los gruesos muslos del alpha y se acerca a su abdomen, da pequeños besos y con su lengua deja un camino lleno de saliva por todos sus abdominales. La verdad, jamás pensó que se podría sentir rico, y justo ahora, estaba deleitándose con el culo palpitándole.

—Al parecer tienes bastante hambre —dice el alpha y toma su quijada, Kyungsoo  le sonríe seductor, lame su pezón, y sin dejar de mirarlo, lo muerde con fuerza. Escucha un gemido por parte de Jongin  y siente un hormigueo intenso en su vientre.


—¿Qué me vas a dar de comer? —pregunta travieso.

Jongin  en un reflejo rápido, toma su cabellera rizada y hace que su rostro quede de frente a su abultado miembro que se escondía dentro de su pantalón de tela.


—Tu amigo está muy ansioso… —susurra Kyungsoo  atónito al saber que pronto tendría “aquello”, profanando hasta sus entrañas.

—En la vida solo necesitarás dos amigos, mi humildad y yo —responde y al momento en que su omega se iba a reír, lo empuja de nuevo a la cama, y le quita la pantaloneta junto con el bóxer.


—¿No te vas a reír ahora? —alza una de sus cejas creído y el omega queda en completo silencio. Kyungsoo  entra en pánico cuando es consiente que está totalmente vulnerable ante el alpha, podía sentir la intensa mirada de Jongin  sobre su cuerpo.

—¿Tienes miedo? —se posiciona entre el medio de las piernas del omega, y acaricia su piel con devoción, Kyungsoo  niega con su cabeza y sus mejillas se ruborizan cuando observa al alpha agacharse y empezar a besar con delicadeza sus muslos internos—. ¿Seguro? —sonríe travieso y muerde su piel cuando Kyungsoo  se tapa la boca.

El omega se retuerce y su pecho empieza a subir y bajar irregularmente, cuando la lengua del alpha roza su ano y empieza a hacer un recorrido por toda la extensión de su pene y se detiene en su glande, hace círculos y al momento, termina metiéndoselo todo en la boca


—Jongin … —deja salir un gemido agudo y muerde su labio inferior al sentir como sus pezones son estimulados. El alpha se aleja a pocos centímetros de su pene y en un tono serio le ordena retirar su mano de su boca, él no quería que sus gemidos fueran callados.

Sus ojos llorosos le provocaban follárselo mal, malditamente mal, y lo haría. Lloraría con su pene adentro, y no solo ahí, su boca también probaría lo que es tener a un alpha con la libido alta.

—Ven aquí —demanda y cambia de posición.


Kyungsoo  se recuesta en su pecho y abre un poco sus piernas, la fría mano del alpha se desliza por su muslo y se posa sobre su glande. Todo lo que estaba sintiendo, le hacía temblar, pero lo estaba disfrutando tanto que su mente termino influencia por las caricias del alpha.

—Desde aquí puedo ver como las sabanas están mojadas —susurra cerca de su oído y con la palma de su mano, tapa la vista del omega y ladea su rostro.


Huele sus embriagantes feromonas y lame su cuello, lo muerde ligeramente y suelta un quejido cuando escucha un jadeo ahogado por parte de él. Su dedo índice se desliza por toda la extensión y se detiene en los pliegues de su ano, hace pequeños círculos y al momento de alejarlo, observa el hilo de lubricante que se desprendía, lo lleva a su boca y toma la quijada del omega, saca su lengua y lame sus labios. Las pupilas de sus ojos violeta estaban dilatadas y llenas de placer, a punto de ser consumidas por las incesantes llamas de fuego que cubrían su cuerpo.

Jongin  de nuevo coloca su mano por todo su pecho, llega al abdomen y aprieta su pene al momento en que dos de sus dedos empiezan a ejercer presión lentamente sobre su ano.

—Mira como entran —dice y muerde el lóbulo de su oreja —tu culo está ansioso porque te folle.

Kyungsoo  estaba impactado, sus ojos no podían despegarse de los dedos del alpha que desaparecían a los segundos dentro de su culo.

—Estás muy apretado… —los mete por completo y las piernas del omega se cierran al instante.

—S-se siente raro —expresa nervioso Kyungsoo  y el alpha besa su mejilla.

—Lo siento, pero primero tengo que aflojarte, es imposible entrar así —comienza a sacar y a meter lentamente sus dedos. El lubricante continúa escurriéndose junto con la liberación masiva de feromonas.


El omega muerde su labio y observa como el alpha toma su mano y la lleva hasta donde está su entrada.

—Te haré explorar cada parte de tu cuerpo —susurra y hace un chupetón en su cuello. Jongin  coloca la palma de su mano sobre su dorso y hace que lentamente se introduzca su dedo de en medio.

—Siéntelo… —cierra sus ojos y deja que su voz se vuelva una droga —mira cómo te contraes, siente lo caliente y húmedo que estas…


Kyungsoo  deja caer suavemente su cabeza en el hombro de Jongin  y empieza a respirar pesadamente cuando los dedos del alpha junto con el suyo, empiezan abrirse dentro de su culo.

—Ahora con tu otra mano, toma tu pene y empieza a masturbarte —ordena y sin perder tiempo, Kyungsoo  hace lo pedido. Jongin  acaricia su pierna y observa como el omega trata de meter otro dedo mientras su mano empieza a bajar y a subir lentamente por todo su miembro del cual escurría bastante preseminal.

—¿Se siente bien? —besa de nuevo su cuello y escucha sus suspiros.

—Si...

—Bien, ahora saca tus dedos —demanda y el omega niega con la cabeza, le estaba empezando a gustar la sensación que provocaba.


—Kyungsoo  —su tono de voz autoritario le eriza los vellos. No había de otra, estaba a su completa merced, así que retira sus dedos con cuidado y al observarlos, termina con su cara encendida de un bello color rojizo.

—Están totalmente empapados —toma su muñeca y la acerca —mira cómo se escurre ¿No quieres probarte?


La tentación estaba en frente, y la perdición, atrás suyo.


Era increíble la diversidad de emociones y sentimientos que estaba experimentando en cada segundo. Jongin  sabía muy bien como alejar aquellos malos pensamientos y solo ser él, el centro de atención y, en definitiva, lo estaba logrando. Kyungsoo  saca su lengua y le da una probada a su propio lubricante, era una combinación salada con un toque dulce, y para ser sincero, le gustaba, lo hacía sentir sucio, pero de un modo que lo excitaba.

El alpha toma su quijada y lo besa de improvisto, sus fluidos se mezclan y escucha un jadeo por parte de él, sus dedos empiezan a moverse con más fuerza dentro de su culo y termina gimiendo en un tono alto.

—¿No quieres algo más grande? —aprieta su cuello y prácticamente lo deja sin respirar.


¿Querer? No, no lo quería, lo deseaba, lo pedía a gritos.


—Ven, siéntate —ordena y pasa su lengua por sus dientes superiores. El alpha deja de apretarlo y lo aleja, se acuesta por completo en la cama y lo mira con sus ojos llenos de excitación. Kyungsoo  en su inocencia, no entendía a lo que se refería, solo lo mira expectante y después de varios segundos, queda atónito cuando junta los cables en su cabeza y comprendía lo que quería el alpha.

—Te correrás con mi lengua adentro de ese rico culo —sonríe perverso y lo jala de la muñeca.


Con la vergüenza hasta los cielos, termina sentándose sobre el rostro del alpha y colocando sus dos manos un poco más debajo de sus pectorales para sostenerse, sin embargo, los planes de Jongin  no eran tan simples.

—Espero que tengas buena resistencia en esas piernas —comenta y muerde con fuerza su glúteo dejando la marca de sus dientes. Kyungsoo  chilla por el dolor y muerde su labio inferior para tratar de contenerse.

—Coloca tus manos en tu culo y déjame verlo —ordena y el omega con sus manos temblando hace lo pedido.


Los pliegues de su ano estaban totalmente cubiertos por aquel liquido transparente que no dejaba de salir, y su lengua, solo pedía una sola cosa, así que rápidamente lo lame y hace varios círculos, escucha sus jadeos y puede ver como su columna se curva cuando la introduce y empieza a moverla en su interior. Cierra sus ojos y empieza a chupar su culo con demencia.


Coloca las palmas de su mano sobre cada uno de los dorsos de su omega y los aprieta, las feromonas comenzaban a hacer un peligro para él, porque una vez que estuviera adentro, perdería los estribos de su ser.

—Jongin … espera —pide en clemencia y sus lágrimas empiezan a derramarse cuando siente su orgasmo a punto de salir. Su lengua sigue haciendo desastres en su culo, se movía de una manera que lo colocaba al punto de querer perderse entre esa oscuridad que le brindaba el alpha bajo su dominio.

—Vas a disfrutarlo tanto, que hasta me lo pedirás de rodillas —sentencia y continúa succionando su culo. Sus manos se deslizan por sus piernas y deja la marca de sus dedos presionando contra su piel. Su cuerpo quedaría con rastros de su primera noche, donde dejaría en claro, que Kyungsoo , era suyo, de su propiedad, y más nadie tendría el derecho de tocarlo, incluso de sentir sus feromonas, solo él, solo sus manos podrían sucumbir ante tal placer, donde albergaba sus más obscenos deseos.

La visión borrosa del omega le hace dar de cuenta que su orgasmo estaba pronto por culminar. Las palabras del alpha cuelan entre la delgada línea de raciocinio que tenía y la que ya estaba perdida en un mar sepultado de emociones indecentes. Sin más, termina volteándose y sujetando su pene, mientras que la otra apretaba el cuello del alpha y veía como su semen se derramaba en su boca y pequeñas gotas se deslizaban por sus labios.

Su respiración fatigada lo termina derribando sobre el cuerpo del alpha y tiene que esperar varios segundos hasta dejar de sentir la sensación de ahogo.

—Tengo sueño… —dice sin pensarlo y Jongin  por dentro se ríe.


—Es una lástima —lame los residuos de su semen y al instante, deja al omega sobre las sabanas.

El alpha se quita su pantalón junto con el boxer, y deja su gran pene a la vista de él, sus ojos se abren impresionado y observa su tímida mirada mezclada con nerviosismo.


Las gruesas venas que se marcaban en su miembro, lo hacían salivar, la verdad no supo en qué momento actuó por inercia y termino con su boca a milímetros de su glande, las gotas de preseminal del alpha le daban una clara respuesta de que estaba a punto de enloquecer.


—Chúpalo —ordena autoritario.

Kyungsoo  conecta su mirada con los ojos del alpha y deja de respirar por varios segundos, si así era teniendo “sexo normal” no se llegaba a imaginar cuando compartiera un ciclo de celo con él, se desconocería por completo.


Jongin  agarra su cabellera e inclina su rostro, la lengua del omega se asoma y empieza a lamer la punta, agarra la base del pene con una mano y empieza desaparecer dentro de su boca. Aunque no pudiera ni con la mitad, al menos se la podía enterrar por completo en su culo.

Observa el cuerpo del omega y queda fascinado con el tatuaje que estaba en su espalda baja, era una mariposa, su mariposa… la que tanto había cuidado, Jongin  coloca de nuevo a Kyungsoo  en la cama y se posiciona en el medio de sus piernas, sus ojos violeta seguían dilatados por la excitación, así que aprovecha y sujeta su pene, lo posiciona en su entrada, y va ingresando poco a poco en su culo.

Cuando el omega siente la intromisión de su miembro, respira profundamente y cierra sus ojos, no iba a negar que no sentía dolor, pero era normal, el alpha no tenía cualquier juguete ahí y a pesar de que trato de aflojarlo, su gran tamaño era evidente.

—Kyungsoo , relájate —pide el alpha y el omega no sabe ni cómo responderle ¿Cómo quería que se relajara cuando el tamaño de su miembro era descomunal? Kyungsoo  cierra sus ojos y deja que pequeñas lágrimas se derramen por sus mejillas, Jongin  se da cuenta de ello, y sin sacar su pene, se acerca al omega, le da un beso en su frente, luego en la punta de la nariz y finaliza en su boca.

—Lo haré despacio —susurra y el omega abre sus ojos.

El alpha hace más presión y va entrando el restante de su miembro mientras escucha los quejidos por parte de él. Era inevitable, pero haría que ese dolor se convirtiera en solo placer de su disfrute.

Kyungsoo  abre su boca y se encuentra con la cálida lengua del alpha jugando con la suya, de alguna u otra forma, lo calmaba, incluso sus manos no dejaban de acariciarlo para tratar de persuadirlo.

—¡Si hubiera sabido esto, te habría cortado el pene! —chilla cuando se siente completamente lleno.


Jongin  sonríe y se aleja del omega, observa su vientre y detalla cómo su miembro podía incluso notarse por debajo de su piel. Coloca la palma de su mano y hace presión en el área que da como resultado unos sensuales gemidos por parte de él.

—¡No hagas eso! —jadea y toma la muñeca del alpha con fuerza. Jongin  sonríe y sabe la mentira que Kyungsoo  había dicho cuando expresó que tenía sueño, así que termina sosteniendo sus piernas y saca su pene hasta dejar solo la punta adentro.

Se fija en sus preciosos ojos y al momento, lo embiste de una sola estocada, que provoca un desequilibrio en su ser. Por varios segundos su vista se vuelve borrosa y escucha la dulce voz de su omega.

—¡Jongin ! —gime su nombre en alto y arquea su espalda cuando un pinchazo en su interior termina convirtiéndose en un orgasmo lleno de placer.


Lo había ansiado… lo había anhelado desde el instante en que su boca probó ese veneno en sus labios y ese olor, que te podría viciar hasta terminar hipnotizado en su mirada…

Observa sus ojos completamente llenos de lágrimas, mientras su boquita se abría con cada penetrada que daba. Sus manos apretaban con fuerza las sabanas y podía apreciar un ligero temblor.


La palma de su mano se posa sobre su abultado vientre y siente el ligero movimiento de su pene entrando y saliendo lentamente de su interior, sube hasta su pecho y se inclina para probar de nuevo sus pezones. En el lugar solo se podía escuchar sus sonoros gemidos junto con el choque de sus pieles en el momento en que llegaba a lo más profundo de su culo. No quería perder los estribos en su primera vez, pero se le estaba siendo tan difícil cuando su omega le susurraba palabras cerca de su oído, justo en el instante en que su lengua se deslizaba por la caliente piel de su cuello.

—Follame más duro… —ruega en un jadeo y siente como su interior lo aprieta.


—Ya no iras al instituto por unos días—voltea al omega y hace que se coloque en cuatro, desliza sus dedos por toda su columna y hace presión para que únicamente baje su pecho y pueda ver una imagen realmente excitante de él. Enseguida observa el tatuaje de la mariposa y termina con su lengua pegada a su piel, lo besa delicadamente y deja un camino lleno de saliva hasta llegar a su ano, el cual estaba bastante abierto, tanto así, que incluso podía apreciar su lubricante saliendo y sin pensarlo, termina chupándolo.

Su sabor se volvía más fuerte, más adictivo… sucio y demencial.

Toma su pene y con la otra sujeta ambas manos del omega y las coloca justo sobre su espalda, se fija en la punta de su glande siendo absorbido por su culo y cierra sus ojos cuando de nuevo lo penetra con más fuerza y escucha el ahogado gemido de él, seguido de sus lloriqueos cuando toca su miembro y empieza a masturbarlo al mismo ritmo.

—N-No… —jadea llorando y muerde la sabana con fuerza cuando siente que llega a lo más profundo de su interior.

—Me estás apretando con fuerza ¿Y quieres que me detenga? —sonríe y mueve más rápido su mano cuando observa los espasmos de su cuerpo.

—E-es demasiado, por favor… —chilla y trata de zafarse del agarre del alpha.


Kyungsoo  pidiendo algo de manera amable, debía de ser un chiste, pero se dio cuenta de que cuando lo acorralaba, podía mostrarse de unas maneras diferente. Jongin  deja de tocarlo y agarra su cabellera rizada, hace que se enderece, y pegue su delgada espalda contra su pecho.

—No vayas a creer que esta será nuestra última vez —susurra sensualmente en su oído y escucha sus súplicas.

El omega no podía pronunciar ninguna palabra coherente, tener el pene del alpha palpitándole en su interior le atemorizaba, realmente no supo las consecuencias de jugar con él, y ahora, estaba pagando cada una de ellas.

—Te enseñaré otras maneras de apaciguar tus pensamientos —toma su quijada y hace que observe con sus ojos llorosos, la solitaria piscina —quiero ser lo único que tengas en la cabeza cuando te fijes justo allí.

La mente de Kyungsoo  estaba inundada de sensaciones que revivían una y otra vez por medio de cada sentido que hacía vibrar a su alma.

—Soltaré tus muñecas, pero las dejarás justo ahí mientras te follo y te masturbo ¿Entendido? —su omega lentamente asiente y ladea su rostro para besarlo. Su paladar se llena de un sabor metálico producto de haberse mordido con fuerza.

—Hoy solo te haré probar la entrada a mi paraíso… —susurra lascivo y desliza ambas manos por el abdomen del omega, su palma rodea su pene y acaricia su glande, estaba bastante rojizo y, sobre todo, húmedo, lleno de preseminal.

El alpha continúa haciendo varios chupones por su cuello y coloca con sutilidad su otra mano alrededor de su garganta mientras empieza a moverse en su interior

—Estás tan caliente —expresa en un jadeo y el omega cierra sus ojos cuando siente su fuerte respiración en su oído. Jongin  escucha como su nombre es pronunciado entre gemidos que hace que lo penetre con más fuerza. Kyungsoo  abre su boca y queda con la mente en blanco, a pesar de que iban a un ritmo pausado, lo estaba matando; cada embestida que le otorgaba el alpha lo hacía perder entre la neblina del placer que se hacía más grande con el pasar del tiempo.

—T-tu mano —dice Kyungsoo  con su voz entrecorta y el alpha aprieta su garganta con más vigor al sentir como su interior lo aprisionaba.

—¿Estas por correrte? —pregunta y siente como la saliva del omega se escurre por su dorso. Kyungsoo  jamás pensó que podía llegar a experimentar un grado de excitación tan mayor, que terminaría derribando cualquier pensamiento pavoroso. Su corazón estaba a punto de salirse, porque lo escuchaba hasta en su cabeza, cada palpitar vibraba en su interior, y era gracias al alpha.

—Déjame… —suplica Kyungsoo  cuando siente el pulgar de Jongin  presionando la punta de su miembro, quería liberarse, no podía soportar más, su mente estaba en blanco y solo escuchaba el duro golpe de su pelvis contra sus glúteos.

—Ruégame —susurra y muerde el lóbulo de su oreja —si tanto lo deseas, ruégame —empieza a aumentar el ritmo de sus embestidas y Kyungsoo  pierde por completo la fuerza en sus piernas.


El alpha sostiene su cuerpo y escucha su incesante llanto, no iba a negarlo, pero le excitaba verlo de esa manera, porque sabía que también le gustaba.

—Jo-Jongin … por favor, maldita sea —gime en repetidas veces cuando el pene del alpha no le da tregua.

—Recuerda que estas serán las únicas manos que recorrerán tu cuerpo y si veo a un hijo de puta tocándote, lo mato —sentencia en un gruñido y libera su pene.


Los ojos del omega se ponen en blanco y palpa como sus extremidades se acalambran al momento en que siente como su semen sale disparado contra las sábanas blancas. Su orgasmo fue tan potente que perdió también la fuerza de sus brazos y no pudo mantenerlos detrás de su espalda como había demandado él. A su vez, Jongin  deja de presionar su cuello y abraza el cuerpo del omega con dulzura; Podía sentir como su culo lo apretaba y después lo aflojaba en cuestión de segundos.

—¿Estás bien? —pregunta al detallar como repentinamente aparece un temblor en su cuerpo. Kyungsoo  estaba entre esa delgada línea de estar consciente de su entorno y terminar con los ojos cerrados en los brazos del alpha. Se sentía sumergido en un vaivén de emociones que canalizaban hasta la minúscula célula que existía en él.

—Si… —susurra Kyungsoo  sin aliento. Jongin  saca su miembro y lo deja acostado de nuevo en la cama, con cuidado quita los rizos que, por el sudor, estaban pegados en su frente y le da un corto beso, acaricia su mejilla y después roza sus labios con los de él.

—Jongin … —baja su mirada hacia su boca y abraza al alpha por el cuello, separa sus piernas con la poca energía que le quedaba y le sonríe —córrete adentro.


—¿Estás seguro? —lo mira expectante.

—Lo quiero…

—Puede que termine anudándote —entre abre sus labios y besa al omega mientras acaricia su abdomen.


—Hazlo —pasa sus dedos por los músculos de su espalda y juega con su lengua —mientras no estemos en celo, no pasara nada… creo.


El hilo de saliva se corta y se queda embelesado con sus ojos violeta que brillaban con más intensidad. Kyungsoo  era lo único que permanecía en su cabeza, día y noche o hasta en sus sueños, siempre estaba presente, tanto en su corazón como en su alma.

—Quiero hacerlo en otra parte —sugiere Jongin  y el omega lo observa curioso sin rechistar nada. El alpha iba en serio con hacer que Kyungsoo, cuando observara una piscina, solo recordaba lo bien que fue follado en su primera vez.

Jongin  de nuevo lo besa y lo penetra sin ningún tipo de compasión, lo carga en sus brazos y hace que su culo suba y baje por toda su extensión.

—E-espera, tu pene no es que sea muy pequeño —oculta su rostro en el espacio de su cuello y termina gimiendo más duro.


—Y eso que tu querías uno de 30, pero estas llorando con el mío —se burla y siente un ardor en su espalda.


—¡Me vas a romper! —chilla y muerde el hombro del alpha mientras lo rasguña con vehemencia.


—Esa es la idea —y sin previo aviso le da una fuerte nalgada en su glúteo derecho.


Kyungsoo  grita con un sentimiento de placer mezclado con rabia y mira de mala gana al alpha.

—¡Lo haces otra vez o…!

—¿O qué? ¿Qué vas a hacer? —lo reta serio y le propina otra nalgada. Lo sujeta de sus glúteos y empieza a follárselo con más fuerza.


—No creo que estés en la mejor posición para decir algo, porque sabrás las consecuencias, así que no vuelvas a jugar conmigo de nuevo —sentencia y golpea en repetidas ocasiones su culo mientras escucha que sus gritos se convierten en dulces gemidos.


Jongin  camina hacia las escaleras que tenía la piscina y Kyungsoo  siente como su cuerpo se coloca rígido, no sabía que dentro de aquella cabeza se le pasaría follar dentro del agua, pero el alpha no estaba jugando para nada y prefiere no seguir viendo.

—No cierres los ojos —ordena y el omega lo abraza con más firmeza.


Kyungsoo  mira el agua y se queda pensativo, su mente no tenía algún tipo de recuerdo o pensamiento, solo su voz se mantenía en ese espacio, como un sólido candado que lo protegía de aquellas puertas que querían devorarlo. Jongin  sin pensarlo dos veces, lo estampa contra la pared y lo sumerge dentro del agua, lo besa y termina penetrándolo sin control.

Él estaba dispuesto a reparar cada grieta que tuviera… cada herida que albergara en su alma, con tal de que cumpla su mayor deseo.


—Kyungsoo … —lo mira directo a sus ojos y puede ver como respira agitado por su boca mientras continúa embistiéndolo.

—Más duro… —suplica con su voz quebrada.

Jongin  estaba en su límite, la excitación lo estaba abrumando, y ahora que el omega se lo pedía como en una súplica, solo hizo que agarrara con más fuerza la barra de metal con la cual se sostenía y terminara besándolo con fogosidad.


Remarca el movimiento de sus caderas y muerde su labio inferior, cierra los ojos y golpea en lo más profundo de su interior, hasta que siente el hormigueo en su vientre bajo y termina corriéndose dentro de su culo mientras su nudo se abre paso.


Kyungsoo  clava sus dientes en su hombro y aruña su espalda cuando un ineludible dolor comienza a aparecer, prácticamente lo estaba desgarrando, su pene se hinchaba en su interior y cuando llego a la cúspide, observo el agua y lentamente sus ojos empezaron a cerrarse.


—Descansa, mariposa…

Omega pandillero [ADAPTACIÓN] KAISOO Where stories live. Discover now