Capitulo 32. Abismo continuo

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Él era un cielo gris, una corriente de viento capaz de convertirse en un remolino y destruir todo a su paso. Él era la hoja que viajaba y daba aviso de la posible tragedia, él era todo, el antes y el después de una tormenta.











Junmyeon  observa el helicóptero hasta que lo pierde de vista, echa un largo y fuerte suspiro. Acaricia su frente con suma frustración y le viene el recuerdo de repente del rostro de Sehun, de inmediato llama a Taeyang con la esperanza de una respuesta positiva, porque si algo le había pasado al beta, podría irse ahora mismo a Podval y clavarse un maldito cuchillo en el pecho porque morir en manos de Kyungsoo , jamás.



—Aurel me está guiando por las cámaras, él se encuentra en la tercera planta de una de las habitaciones del fondo —comenta Taeyang en un tono apurado. Junmyeon  cierra por un segundo sus ojos y toma una bocanada de aire ¿Qué estaba haciendo con Sehun? Su cabeza le ha dejado de funcionar al parecer.



—Yo iré. Encárgate de lo demás —termina la llamada y camina de inmediato hacia allá. Luego habrá momento para preocuparse por la conversación con Jongin , pero de algo si estaba seguro, y es que no saldría ileso después de hablar con él y sería la burla de Kyungsoo  durante toda su puta vida.



En su trayecto no puede evitar olvidar los ojos lagrimosos del beta, la curiosidad por entender por qué sus manos trataron de consolarlo sólo hicieron que el sentimiento creciera bajo un nombre incógnito que esperaba poder saber pronto, debido a que justo ahora no tenía una respuesta de que era lo que estaba haciendo con este “jueguito” de atraer a Sehun.



Nunca se había metido con un chico, y menos con betas, los consideraba insípidos, el balance neutro, el término medio que lo denominaba “normal” sin nada que destacar, pero porque malditamente ahora tenía su cabeza concentrada en ese beta que apenas tenía la mayoría de edad, porque si, con saber la edad de Sehun entendía un poco por qué Kyungsoo  odiaba verlo cerca de él.



El omega podía detectar su instinto de “caza” y esa presa, era justo su amigo, no había una línea que le impidiera no poder acercarse, es más, sentía que todos los caminos lo estaban conduciendo hacia Sehun, pero la pregunta que más rondaba en su cabeza ¿A dónde terminaban esos caminos? ¿En dónde mierdas depararía si seguía actuando de esa forma?



Al ingresar a la casa, saca su arma y apunta hacia abajo mientras se encamina a las escaleras en forma de espiral. El silencio del lugar demanda a que agudice su oído ante cualquier novedad hasta que llega a la segunda planta; el pasillo se encontraba a oscuras, y al caminar hacia el fondo continúa por las escaleras hasta que llega al tercer nivel y escucha el sonido de algo romperse.



—¿Sehun? —alza la voz y no escucha nada como respuesta. De inmediato ingresa a una habitación del costado derecho y se da cuenta de que estaba vacía o eso creía. Su corazón empieza acelerarse y tiene que detenerse por un momento para asimilar lo que estaba sintiendo cuando observa la cortina moviéndose al compás del viento, sus ojos detallan la figura de Sehun sentado sobre el balcón y por alguna razón se siente en medio de una tempestad.


Junmyeon  guarda el arma en su blazer y camina a paso lento para no asustar al beta, sin embargo, entre más se acercaba, una atmósfera pesada lo rodeaba. La sensación que transmitía el beta lo deja curioso, el hormigueo en su cuerpo lo altera, su cabeza deja de pensar en lo acontecido y se concentra solamente en Sehun cuando lo único que los separa es una fina tela translúcida.


Su mano tiembla cuando toca la cortina y la retira de inmediato al percibir aquella extraña sensación, no obstante, espera varios segundos y de nuevo toma el impulso para acercarse al beta y cuando por fin lo hace, lo primero que observa son las vendas de ambos brazos rasgadas, la sangre seca y sus ojos que lo observaban sin ningún tipo de expresión mientras exhalaba el humo de su cigarro.



—¿Por qué no te quedaste con Taeyang? —pregunta en un tono tosco, sin embargo, Sehun no emite ni un solo sonido, solo se queda en silencio mientras vuelve a colocar su cigarro entre sus labios y dejarse deleitar por la sensación—. Responde.



Sehun tenía un nudo en su garganta, su cuerpo estaba conteniendo todo lo que su mente quería hacer, y era explotar, estaba a punto de estallar bajo las influencias de sus emociones, la sensibilidad que persistía era capaz de dañar a quien sea.



Junmyeon  en vista de que no recibió una respuesta, se acerca al beta y le arrebata el cigarro, sus ojos lo miran con furia y lo bota por el balcón, pero en esa acción, no se percató del movimiento de Sehun cuando le estampa un puño en su cara, el ardor en su mejilla se vuelve intenso.



—¡Lárgate! —grita Sehun eufórico mientras mantiene envuelta su mano en un puño, su respiración se vuelve errática, la fuerza con la que su corazón late lo descontrola al seguir viendo a Junmyeon —. ¡Déjame en paz, maldita sea! —la necesidad de apaciguar su furia se convierte en el deseo de golpear por segunda vez al alpha, pero terminó arrinconado de frente contra la pared mientras él sostenía con rabia sus muñecas detrás de su espalda.



Junmyeon  sujeta su nuca con enojo y deja las marcas de sus dedos en aquella piel que deseaba probar, si no fuera porque es él, ya lo hubiera matado con ganas, pero su mente le puso un límite a sus acciones depravadas, pero ¿Cómo se atrevía a golpearlo? Su sangre hervía por devolverle el puño, pero no lo haría.



—Junmyeon … —su voz tiembla y no es capaz de controlar nada, absolutamente nada, su cuerpo no responde, su mente empieza agrietarse a medida en que los segundos transcurren y no puede controlar sus lágrimas, las ganas de llorar, la sensación de vacío en su pecho y las voces que emergen en su cabeza lo descompensan.



El alpha de nuevo escucha su llanto y de inmediato lo suelta. El beta cae al suelo, abraza sus piernas y termina quebrado con sus manos temblando, con la ansiedad a flor de piel mientras se consumía con sus propias emociones que parecían una ola gigantesca que lo envolvía.


—Kyungsoo … —suplica por su amigo en un tono desgarrador—. Haz que se callen, no quiero oír más sus voces… —Sehun estaba fuera de sí, sus uñas empiezan a rasguñar sus brazos hasta que de nuevo sangran, la sensación le carcomía, solo deseaba dejar de sentir, no quería estar tan colapsado viéndose como un miserable enfermo.



Junmyeon  se agacha al instante y sujeta ambas muñecas de Sehun para que no se siguiera lastimando.



El alpha llamaba su nombre una y otra vez, pero él no lo escuchaba, es como si estuviera en otro mundo, era como si no existiera en ese momento y su cabeza estaba entrando en desespero al ver que Sehun no reaccionaba a nada. Su llanto solo incrementa y sentía como su corazón empezaba a descontrolarse con cada latido, ver a Sehun en ese estado le hacía recordar viejas heridas…



Sehun estaba sumergido entre sus devastadores pensamientos, la bruma en la que se encontraba era como una pared que lo aislaba, donde solo él podía verse en su propio reflejo, sin embargo, la frialdad de esas manos que sujetaban sus muñecas le hizo por un momento alzar la vista y encontrarse de frente con esos ojos azules electrizantes.



Junmyeon  había atravesado esa pared, su presencia acapara su atención y es como si por un instante las voces en su cabeza se hubieran silenciado, ahora su mente era un vasto mar silencioso, sereno y apaciguado después de una tormenta, pero también caótico y sublime cuando su respiración se siente tan cerca.



—Sehun —murmura en un tono suave mientras su mirada contrasta con la suya—, ¿Ahora si me escuchas? —susurra a centímetros de su boca y no sabe qué hacer cuando su aliento se siente tan acogedor.



El alpha baja su mirada lentamente y se relame los labios al ver los de Sehun, la extraña sensación de hormigueo se convierte en una atracción peligrosa, en un sentimiento desconocido que le embarga el pecho cuando el beta entreabre sus labios y sus ganas por devorar esa boca no se hicieron esperar.



—¿Qué haces…? —dice con miedo Sehun cuando Junmyeon  roza sus labios contra los suyos. Sus ojos que aún tenían lágrimas detallan como él levanta la mirada y de nuevo lo observa. Junmyeon  era un cazador y él, él era su miserable presa.



El alpha traga duramente saliva y se aleja del beta, se coloca de pie y retrocede varios pasos, desvía su mirada y observa el cielo oscuro. La pregunta de Sehun ni siquiera podía ser respondida, no ahora, no cuando estaba a punto de hacer algo de lo que posiblemente se vaya a arrepentir.



Al menos el llanto de Sehun se había detenido, el temblor de su cuerpo desapareció repentinamente y eso le hizo sentir ¿Feliz? Tal vez no sea exacta la palabra, pero si el sentimiento que le daba a entender, sin embargo, era tan complicado volver a sentir aquello, porque lo había olvidado tras la pérdida de su omega.



Junmyeon  vuelve a entrar a la habitación y se encuentra de frente con Taeyang, el alpha tenía una mirada constipada, sus ojos reflejan miedo cuando extiende su mano para entregarle algo. Junmyeon  alza una de sus cejas en signo de interrogación, sin embargo, la expresión de su rostro se desmorona cuando Taeyang deja colgar una cadena sobre su dedo índice, aquel dije en forma de cruz fue el que le regaló a Bela en su último cumpleaños y enterrado junto con ella, entonces ¿Qué hacía eso aquí?



—Lo encontré en la habitación donde le habían disparado a Kyungsoo … —la confesión lo deja helado. Su respiración se vuelve mecánica, pareciera que su cuerpo no respondiera ante lo mencionado, la sensación se convierte en un escalofrío que hace que su cuerpo se paralice, sus músculos se tensionan y su mente empieza a enviar señales para reanimarlo.



¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué clase de juego sucio era este?



Junmyeon  extiende su mano temblorosa y Taeyang suelta la cadena sobre su mano, sus ojos azules se humedecen por un instante al ver la cruz y es inevitable no recordar la vez en que abrió aquella caja y vio cómo su mundo se había derrumbado cuando observo su cabeza cortada y parte de las extremidades de Bela alrededor.



—Revisa las cámaras —su tono de voz se quiebra al final, sin embargo, la situación no se prestaba para verse débil frente a sus sentimientos. Guarda la cadena y mira por última vez el balcón—. Envía a tres hombres para que revisen el perímetro del cementerio.



Taeyang no sabía ni por dónde empezar, la situación se había puesto delicada. La irresponsabilidad de Junmyeon  sería castigada por Jongin  junto con los demás hombres que conformaban la mafia, pero si pensaba que hasta ahí llegaría, no. Algo le decía que aquel sujeto que atentó contra Kyungsoo  se le hacía familiar, como si un muerto hubiera vuelto a la vida y de ser así, Junmyeon  sería sentenciado a su primer juicio y eso representaba estar al borde de la muerte.



El alpha temía por la vida de Junmyeon , porque una cosa era Jongin  Lebedev, pero otra muy diferente era Smert.



En un plazo máximo de tres días darían el respectivo anuncio, si se llega a dar el juicio contra Junmyeon , harían una reunión extraordinaria con los altos mandos de la mafia, y el único que podría tener una luz de esperanza era Hoshi. El omega portaba el tatuaje que le permitía voz y voto dentro de las decisiones, sin embargo, no podría ser suficiente, aún no estaba posicionado el Vorya para poder abogar por Junmyeon.



El alpha se voltea y observa a Sehun con el rostro sumergido en la desolación, sus ojos levemente hinchados y sus mejillas rojas, su camisa desordenada y parte de sus brazos manchados con sangre. Las vendas dejaban a la vista las múltiples cicatrices y se queda callado, por respeto deja de mirar ahí y le sonríe a Sehun cuando él alza su mirada.



—Vamos, te llevaré a casa —se acerca al beta y le coloca su gabán al ver que tenía un poco de frío. Sehun no dice nada y se acomoda el abrigo, su mente estaba tan cansada que no le daba el esfuerzo para hablar, solo asiente y sale detrás del alpha.



Sehun observa decenas de hombres movilizándose en distintas direcciones, el fuego había sido controlado y las personas evacuadas, no obstante, cuando llega al primer piso, detalla a Junmyeon  a las afueras hablando con una omega, por un momento no la reconoce, pero a medida en que se acerca a la salida se da cuenta de que era Amelia, ella lo abraza, pero para su sorpresa, cuando Junmyeon  lo mira, esquiva el beso de la omega delante suyo.



¿Ahora si lo esquivaba?



—¡Pero yo quiero estar contigo, Junmyeon ! —implora la omega quien no pierde tiempo y abraza al alpha, pero él no le corresponde, sus manos permanecen quietas y eso provoca enojo en Amelia.



—Es por tu seguridad, es peligroso, mejor vete a tu casa y hablamos mañana —fue lo último que dijo Junmyeon  antes de alejarse de la omega. Sehun detalla cómo los ojos de la omega miran con desprecio la espalda del alpha y murmura algo en voz baja que no logró escuchar.



—¡Taeyang! —exclama Amelia enfurecida y de inmediato él se acerca cuando lo llama—. Exijo que también me lleven a la isla, es importante que yo le haga compañía a Junmyeon .



Sehun mira el suelo y se queda escuchando ¿Isla? ¿De qué mierdas hablan?



—Con todo el respeto que usted se merece, la isla es para miembros importantes de la mafia, y el círculo de seguridad correspondiente, sin embargo, en su caso señorita, al no poseer el contrato con Junmyeon , me temo que no puede ser posible su solicitud.



El beta escucha como la mano de Amelia impacta contra el rostro de Taeyang.



—¡Eres un maldito irrespetuoso! Sabes perfectamente cuánto tiempo llevo con Junmyeon , ¿Crees que soy cualquier aparecida? Yo soy su pareja oficial y él muy pronto me dará el contrato de la mafia, lo mínimo sería una invitación —chasquea con rabia su lengua y desvía su mirada hacia el beta que se veía como un puto miserable ¿Quién era él?



Amelia lo analiza de abajo hacia arriba y le da asco, parecía un perro sin hogar.



A lo lejos, Junmyeon  llama a Taeyang para que se apurara junto con Sehun, sin embargo, eso no le gustó para nada a la omega quien vio como el beta iba detrás de él, enseguida sujeta su brazo y lo detiene.



—¿Y tú para dónde vas? —le dice a Sehun—. Mi alpha llamó a Tae, no a ti —le muestra una sonrisa fingida y Sehun mira a Taeyang pidiéndole auxilio al no saber qué decir.



—Él es el mejor amigo de Kyungsoo , suéltalo —al instante Amelia lo deja libre y se disculpa por sonar grosera.



Ambos se van bajo la mirada de la omega quien se queda intrigada por la presencia del beta ¿Acaso él tenía algún tipo de relación con Junmyeon ? Por supuesto no romántica porque el alpha no caía en tan bajos gustos, pero solo le dio curiosidad ¿Será por trabajo?



—Sehun, si ella se acerca, tú aléjate —más como una sugerencia, era como una advertencia—. A Junmyeon  le gusta bastante la toxicidad, es un desgraciado.



Al llegar al jardín principal se encuentra con una fila de camionetas negras, a Sehun le late el corazón cuando Junmyeon  lo mira con aquellos ojos que parecían querer devorarlo.



—Entra —le habla a Sehun en un tono agresivo y el beta reza porque Taeyang también ingrese, pero al ver que Junmyeon  se sube a la camioneta y cierra la puerta le pone los vellos erizados.



—Encárgate de lo demás —le ordena a Taeyang quien asiente—. Yo gestionaré la otra parte. Aquí ya todo terminó —sube el vidrio y a los segundos la camioneta se pone en marcha. Sehun se corre hacia el otro extremo de los asientos y se siente incómodo al ver que Junmyeon  no le quitaba la mirada ¿Ahora que más quería? ¿Dinero?



Las luces se apagan y es peor para Sehun quien teme por cerrar sus ojos.



—Quítate ese gabán —murmura Junmyeon  enojado, pero el beta no le hace caso hasta que le grita—¡Que te lo quites ahora!



Sehun toma una bocanada de aire y se quita la prenda, se la tira con la misma rabia en que le gritó y observa como Junmyeon  baja el vidrio y lanza el gabán de Taeyang a la autopista ¿Por qué mierdas lo hizo? Es que era un maldito, un infeliz alpha, no había otra palabra para expresarlo.



Junmyeon  enciende la calefacción por medio de una pequeña pantalla táctil a su lado y permanece en silencio, sin embargo, Sehun no le aguanta su actitud arrogante y estúpida que a veces tenía.



—¡Vete a la mierda, Junmyeon ! —explota de nuevo y el conductor pasa saliva y prefiere subir el vidrio para darles privacidad.



—Ya estoy allí, gracias.



—¡No voy a seguir más contigo! Haz que detengan la camioneta, prefiero caminar hasta mi casa o quedarme con Taeyang —lo último hace que Junmyeon  le coloque atención—, pero no quiero respirar el mismo aire que tú, eres un asco de persona.



—Si tanto lo deseas, ve y lánzate de la camioneta, pero yo no recibo órdenes tuyas.



—¿¡Por qué te empeñas!? —aprieta sus labios y se contiene de golpearlo de nuevo—. Yo nunca quise acostarme contigo, pero la necesidad es algo que está fuera de nuestro control, sin embargo, no sé qué tienes en la cabeza para aprovecharte de eso y tomarme fotos. Dime ¿Para qué lo hiciste?



—¿No puedo guardar un buen recuerdo?



Sehun abre sus ojos sorprendido y niega lentamente ¿Buen recuerdo? Lo habían jodidamente drogado, de todo el tiempo que estuvo bajo la influencia de esas feromonas implantadas sólo tiene vagos recuerdos, él se aprovechó de la situación, entregándose a sus instintos que hasta lo mordió.



—Tienes a Amelia, eres un descarado.



—¿Y?



—¿Y? —Sehun estaba que no podía más—, ¿Qué mierdas te pasa? Deberías guardarle fidelidad a tu novia.



—Amelia solo es una aventura, pero en cambio tú si tienes novia y si de fidelidad hablamos, en primer lugar, me hubieras apartado cuando te bese en la carrera de autos ¿O lo vas a negar?



Sehun sintió como si le hubieran echado un baldazo de agua fría, como aquel recuerdo se desnuda en su mente y le deja rememorar esa escena que se volvió un fuego candente, una emoción que ardía hasta el cielo, pero que fue apagada tras solo unos segundos.



Junmyeon  no lo dejaba de sorprender, y justo esa noche en que lo besó, no supo con qué motivo lo hizo, pero lo noqueo con un arma y luego lo dejó tirado en el asiento del piloto inconsciente y después de varios minutos despertó y lo primero que vio fue el rostro preocupado de Kyungsoo .



Junmyeon  lo había acorralado.



—No, no lo voy a negar…



Junmyeon  sonríe al escuchar su respuesta y se queda observando el paisaje oscuro. La verdad, ni él sabía cómo es que había terminado en esa situación, pero no es que haya planeado todo eso, de por sí, asistía a esas carreras hace algún tiempo y había visto a Sehun, no obstante, no sabía que él era amigo de Kyungsoo .



Por eso cuando Jongin  arribó a Moscú, se había abierto el telón de lo que ocultaba el alpha y mientras iba investigando se dio cuenta de que aquel corredor tenía conexión directa con el omega y cuando lo vio la primera vez en el centro comercial no le pudo quitar la mirada.



Conocía a Sehun desde antes por medio de las carreras, por ello su interés en él, pero ¿Qué quería a cambio? No lo sabía hasta ahora, pero de lo que sí estaba seguro, es que no se quería alejar.



Por su parte, el beta juega con sus dedos, era una manera de mantener su ansiedad controlada al sentir que muy probablemente vaya a perder el control, sin embargo, agradeció el silencio del alpha, porque no sabía cómo enfrentarlo. Han sucedido varias cosas con él y ni forma de contárselo a Kyungsoo , no sabría a quién mataría primero si a Junmyeon  o a él por ocultarle, se suponía que eran mejores amigos y se contaban todo, pero esto, simplemente no.



No aún…



Su mente estaba tan concentrada en el alpha que había olvidado el rostro de ese hombre que había aparecido. Sus manos empiezan a temblar ligeramente y las guarda entre sus piernas mientras que Junmyeon  lo observa de reojo.



Esto era otra cosa que ocultaba de Kyungsoo , y sinceramente ya no quería ser una carga para él, suficientes problemas tenían como para tener que lidiar con los de alguien más. Si Kyungsoo  estaba en el mundo de las pandillas fue por su culpa, y es algo que hasta ahora no se perdonaba, porque las cosas que ha hecho el omega por protegerlo han sido invaluables.



Al llegar al centro de Moscú, Sehun siente cansancio, el peso sobre sus hombros se vuelve sofocante y en gran parte era por los antidepresivos. Recientemente tuvieron que cambiarlos por la principal razón de que estaba teniendo efectos negativos en su corazón, el último electrocardiograma detectó que su intervalo QT era prolongado y provocaba arritmias, lo cual era un trastorno del ritmo cardiaco, por lo que decidieron suspenderlo y darle otro tratamiento con menos efecto.



—Déjame en el parque —susurra Sehun indiferente y Junmyeon  voltea su rostro y observa las manchas de sangre en su camisa blanca ¿Pensaba que lo dejaría botado en un lugar tan ruin como ese?



—¿Y a dónde irás después de eso? ¿A tu casa? —en realidad no cree que vaya a su hogar, de ser así, le hubiera dicho que lo dejara en su casa, por lo que supone que eso no estaba en sus planes y menos que sus padres lo vieran con esa apariencia.



—Iré donde mi novia.



A Junmyeon  no le agrado, pero ni un poco.



—Muy bien —dice de mala gana y enseguida saca su celular y le escribe al guardaespaldas que siga con la ruta hasta el penthouse.



Sehun ya se estaba preparando para el cortante frío de la noche, pero mira con enojo a Junmyeon  al ver que habían pasado por el parque y el conductor ni siquiera se detuvo como lo había solicitado.



—Tal vez se le olvidó, apenas lleguemos a nuestro destino te devuelvo.



—¡Estás loco! Dile que se detenga.



Junmyeon  quita el seguro de la puerta mientras iba en movimiento y luego le sonríe.



—Adelante, bájate.



Era un maldito, un demonio con esos ojos azules que eran capaces de comerte de un solo bocado.



Sehun empieza a estresarse, pero busca su última gota de paciencia y no le responde nada, solo se queda viendo a través de la ventana los faroles amarillos que iluminaban la avenida y trata de drenar todo tipo de emoción que estaba conteniendo, aunque no era bueno en ello, debía hacerlo a pesar de que Junmyeon  lo estaba arrinconando de la peor manera.



Al llegar al parqueadero del majestuoso edificio, Junmyeon  se baja y deja la puerta abierta para que Sehun hiciera lo mismo, pero el beta se queda en su asiento esperando. El alpha mira su reloj dándole a entender que se estaba demorando, pero él solo se queda ahí observándolo.



—Quiero ir al parque, deseo estar solo, al menos respeta un poco mi espacio ¿Sí? —de nuevo el sentimiento lo agita y tiene el nudo en su garganta amenazándolo. Sehun era altamente sensible, el malestar que una persona normal podía sentir frente a una situación podría colocarse a una escala de grado uno, pero para Sehun ese grado era cinco, así era su afectación en cuanto a la sensibilidad frente a problemas o escenarios, que para algunos puede no ser para tanto, sin embargo, para el beta sucedía, al contrario.



Sehun no sabía cómo regular sus emociones, no sabía cómo calmar esas alteraciones y terminaba recurriendo a comportamientos autodestructivos como cortarse, drogarse y entre otros solo con el fin de calmar su mente y la ansiedad que lo consumían día tras día.



—Junmyeon , estoy en mí límite, no puedo seguir más aquí… —era un ruego, era una súplica al ver que estaba teniendo de nuevo alteraciones, sentía esa necesidad desbordante, ese desespero de huir a un lugar en el cual poder liberarse y dejar de sentir que se estaba ahogando.



—Eres mi responsabilidad y si algo te pasa, tu amigo me arrancará la cabeza —Junmyeon  había observado su comportamiento que no era para nada normal, si lo dejaba solo, algo podía cometer contra sí mismo, así que no, no se podría arriesgar, además, de seguro vieron a Sehun junto con Kyungsoo  y Hoshi, por lo que podían utilizarlo para alguna artimaña.



—Solo eres un maldito aprovechado, eso es lo que eres. Tú no quieres ayudar a nadie, solo lo haces cuando a ti te beneficia.



Y no mentía, estaba en lo correcto, pero por esta vez, en serio quería ayudarlo, empezando por curar sus brazos. Nadie que estuviera bien podría hacerse daño así mismo a tal punto de sacarse sangre.



—Hagamos algo —lo medita por varios segundos y continua—. No puedes ir de esa manera a la casa de tu novia ¿No? Al menos toma un baño y cámbiate, no le des un susto a ella con esa sangre en tu camisa, además, si vas así de alterado, sería más problemático, por lo tanto, tómate tu tiempo y cuando te sientas mejor te puedes ir. Te doy mi palabra, Sehun.



El beta siente su sinceridad y en cierta manera, tenía razón, estaba totalmente desaliñado, con la sangre seca en su camisa blanca y la verdad no quería que Sasha lo viera así, lo que menos deseaba era preocuparla por lo que veía su proposición como aceptable.



Sehun se baja de la camioneta y Junmyeon  cierra la puerta, escucha como le da órdenes al hombre y de inmediato va detrás del alpha hasta el ascensor, al ingresar no es capaz de alzar su mirada y se concentra en el piso, era lo más interesante que podía ver en el momento.



Al llegar al piso correspondiente, avanzan hacia un pasillo que tenía puertas de seguridad y dos hombres en guardia a cada lado, Junmyeon  digita la clave y por último deja su dedo índice sobre el lector hasta que la luz verde aparece y le da paso para poder continuar.



Sehun sigue detrás de él hasta que observa cómo él se detiene y hace el mismo proceso, el alpha lo deja entrar primero y las luces del magnífico penthouse se encienden, el gran candelabro los recibe y Sehun se cohíbe de dar un paso más en el hogar de Junmyeon , sentía un poco de pena al ver que él se le queda observando y termina agachando su mirada.



—Primero curemos las heridas de tu brazo —el alpha se acerca, toma con delicadeza su mano, y lo lleva hasta una de las habitaciones de la segunda planta. Su tacto se vuelve cálido y se da cuenta cómo a través de su presencia puede sentir como sus emociones empezaban a calmarse.



Sehun solo podía pensar que era tan ilógico, pero en medio de ese silencio, su mente estaba tranquila.



—Solo las limpiaré con agua, no necesito nada más —expresa Sehun un poco incómodo cuando Junmyeon  se detiene y baja su mirada hacia su antebrazo el cual estaba infestado de horribles cicatrices. Enseguida se suelta de su agarre y trata de ocultarlo.



Por algo utilizaba vendas, odiaba que alguien se le quedara viendo sus brazos, incluso con Kyungsoo  se sentía de esa manera. Tenía vergüenza de que el omega tocara sus brazos o le pusiera las vendas.



Sehun al momento de ingresar a la habitación se encuentra con la cama destendida, ropa regada, algunas armas en el escritorio y fajos de dinero que parecían montañas, cuchillos con sangre de dudosa procedencia y una caja de condones que decía ”Natural XL”



—Siéntate donde quieras.



El beta mira las opciones y se queda corto, el sofá tenía una caja negra, y sabiendo el significado de eso, preferiría creer que era una caja repleta de galletas de mantequilla, su segunda opción era el escritorio, no obstante, estaba ocupado y la verdad no se atrevía a estar cerca de un cuchillo, por último, el piso podría ser una buena elección, pero se vería aún más miserable, así que opta por la cama.



Se sienta en la orilla y se queda observando una bella lámpara de mármol, el grabado que tenía le parecía peculiar y al tratar de tocarla, pega un salto cuando sus ojos de nuevo se impregnan en ese enigmático azul. El alpha tenía en sus manos una botella transparente junto con un paquete de algodón ¿Acaso lo iba a curar?



Sehun se iba a levantar, pero Junmyeon  coloca su gran mano sobre su hombro y lo hace sentar, él sujeta su muñeca y al momento en que iba a quitar la venda de su otro brazo, intenta zafarse, pero el alpha no se lo permite, solo con su mirada fue más que suficiente para detenerse y quedarse quieto mientras él continuaba con su labor.



Solo uno de sus brazos tenía el vendaje, el otro lo había perdido en algún lado, por lo que, solo tenía que curarlo y se marcharía de ahí, porque justo ahora, estaba sintiendo una atmósfera diferente, solo ellos dos, bajo una tenue luz, era una combinación nefasta donde se podían camuflar ciertas emociones, ciertos deseos…



Junmyeon  coloca suero fisiológico sobre un trozo de algodón y empieza a limpiar su antebrazo, la delicadez con lo que lo hace, le sorprende, su piel cuando rozaba con la suya le hacía sentir escalofríos, una sensación extraña se coloca en su pecho y tiene que pasar saliva cuando sus ojos se habían perdido en aquel tatuaje de serpiente y para su desgracia Junmyeon  se había dado cuenta.



—¿Te gusta? —pregunta el alpha en un tono tan bajo que, si no lo estuviera observando, diría que su boca estaba cerca del lóbulo de su oreja—, ¿Tienes miedo? —su interrogante lo deja dudoso y trata de concentrarse en el algodón que ya estaba manchado.



—¿De qué? —expresa nervioso y eso lo nota Junmyeon  quien deja sus manos quietas por un momento y después prueba por deslizar su dedo índice sobre su piel hasta que llega a la palma de su mano y hace pequeños círculos provocando un cosquilleo placentero.



—De mí —dice el alpha quien en tan solo segundos se acerca de manera peligrosa a Sehun—. Puedo ver el miedo a través de tus ojos, pero lo que más me sorprende es que no escapas.



El beta se sentía sofocado al tenerlo a escasos centímetros de su rostro, podía escuchar su respiración, sentir su aliento, y su mano sobre su muslo que ascendía lentamente.



—No hay manera de escapar cuando te tienen arrinconado —confiesa Sehun con el corazón a punto de enloquecer cuando Junmyeon  empieza a jugar de manera sucia. Él lo endulzaba, lo manipulaba a su antojo y para empeorar, no hacía nada para detenerlo, ¿Por qué? Aquella pregunta llegó tan tarde para cuando sus labios inician un exquisito roce que le entregaban una mortal invitación.



Sehun aprieta las piernas al sentir como la lengua del alpha pide discretamente permiso para entrar y con los nervios rebozando cada parte de su cuerpo le concede la petición.



Su racionalidad lo había abandonado, lo dejó a la deriva al lado de un depredador con la sed rebosante, con la carencia de sentido común, pero con el estigma a flor de piel cuando cada uno de sus sentidos se enciende con el paso de su áspera mano que se cuela por la camisa y hace un ligero apretón en su cintura provocando que soltara un jadeo que fue devorado por el alpha.



La sensación de ahogo se vuelve intensa, pero su boca no se quería alejar, no deseaba que esos labios se desvanecieran, no quería sentir el hormigueo de su ausencia o aquella soledad proclamada, al contrario, anhelaba permanecer así, vivo, candente de emociones que colocaban su cabeza en modo frenético, que hacía que su corazón enloqueciera, que su alma vibraba y solo… solo por un beso.



No había espacio en ninguno de los dos para detenerse por un momento y preguntar qué estaban haciendo, solo fluían a través de la corriente de excitación que empezó a sucumbir entre el contacto de sus pieles.



La necesidad por acariciar ese placer finalizó con el toque de sus labios, la respiración errática de ambos iba sincronizada, y Sehun tenía miedo de abrir sus ojos y caer rendido ante esa oscuridad.



—Junmyeon … —su quijada tiembla—. No podemos seguir, esto no puede continuar —cuando finalmente se encuentra con ese azul, siente como de nuevo es atrapado por su boca, otra vez había caído, pero ¿Por qué se sentía tan bien? Tan placentero y adictivo.



—Repítelo hasta que te lo creas —sus lenguas vuelven a encontrarse y la sensación solo se multiplica con el paso del tiempo, como cada segundo resultó ser una probada de vino que terminó embriagándolo bajo el calor de ese alpha.



Junmyeon  estaba empeñado por escucharlo gemir, por volver a tener esa boca ocupada mientras sentía su interior apretado. Quería que estuviera consciente ¿Sometido? Sí, pero con cada uno de sus sentidos enfocados al momento de follarlo, al instante en que el orgasmo llegue a su cúspide, en sus besos y en cada marca que deje en su piel.



En su mente solo existía Sehun, ni siquiera Amelia, ni su difunta omega eran tan fuertes para romper esa atmósfera. El beta era más que suficiente para sacarlo de su realidad y eso le gustaba, malditamente le gustaba.



Delinea el labio inferior de Sehun con su lengua y luego va bajando por su garganta dejando un camino húmedo hasta que se detiene y sonríe a más no poder cuando escucha como Sehun suelta un jadeo en el instante en que su mano ejerce un poco de presión en su miembro que ahora se encontraba erecto.



—Estás duro —susurra el alpha a centímetros de su oído, su voz lo endulza y lo sumerge en aquella oscuridad que terminó aceptando. Era una locura, pero cuando la mano de Junmyeon  desapunta su pantalón y toca su pene sobre la tela de su ropa interior, juró que podía estallar de la vergüenza al querer rogarle que le quitara esa prenda, deseaba que su mano tocara sin pudor su miembro mientras sus labios fueran devorados por ese cazador.



Por su parte, Junmyeon  quería una posición más cómoda para Sehun y no espera para preguntarle cuando lo sujeta de sus muslos y termina acostándolo sobre la cama con sus piernas a cada lado de sus caderas. La perfecta vista de Sehun tratando de controlar su respiración y haciendo el tonto intento de cubrir su rostro por la vergüenza solo provocan que quiera molestarlo aún más.



—¿En serio quieres ver a tu novia así? —pregunta con una malicia al observar como Sehun ladea su rostro, no quería por nada del mundo verlo a los ojos, y eso era demasiado divertido, sin embargo, sus manos no se quedarían ahí, llegaría hasta el final.



Junmyeon  acaricia con tortura su miembro y se inclina sobre el abdomen del beta, sus dientes apresan el resorte del bóxer y lentamente lo va bajando hasta que su pene golpea su mejilla y detalla de cerca como las gotas de preseminal se deslizan por su glande, su sonrisa se ensancha cuando empapa su dedo pulgar del líquido y lo esparce sobre los labios de Sehun.



El beta no deja de sorprenderse al sentir como su cuerpo reacciona al tacto del alpha, como se acopla en sus manos, como su piel se eriza cuando percibe su solo aliento. Estaba perdido, sinceramente se negaba a verlo justo ahora, pero cuando siente su dedo sobre sus labios fue como si alguien lo estuviera llamando y de inmediato voltea y se encuentra de frente con su rostro, su mirada fugaz buscaba algo en sus ojos, pero ¿Qué era?



—Déjame probarte… de nuevo —susurra el alpha quien baja su vista hacia la boca del beta y suavemente desliza su lengua sobre su labio inferior y saborea lo salino de su preseminal, pero no sería el único en degustar por lo que no demora en introducir su lengua en aquella boca tentadora y vuelve a poseerlo.



Sehun al sentir el toque salado no es capaz de contenerse y se deja llevar por completo de Junmyeon  cuando su mano sujeta su pene y empieza a hacer un ligero movimiento de arriba hacia abajo, sus dedos lo envuelven tan bien que comienza a tener cortos temblores en sus piernas.



El cosquilleo en su abdomen bajo toma más presencia cuando el alpha ataca su cuello desprevenido y empieza a besarlo al tanto que acariciaba su pecho por debajo de la camisa y siente que pronto el orgasmo llegaría al punto más alto.



Sehun ni siquiera sabía que sus pezones eran uno de sus puntos más sensibles.



Junmyeon  se estaba sumergiendo en la locura cuando escucha el desespero del beta, como se muerde su labio y trata de no dejar salir ningún gemido, pero cuando aprieta la base de su pene escucha la gloria personificada y no puede detenerse. Verlo jadeando con sus ojos llorosos, con esa expresión que pareciera que lo estuviera torturando, pero no, no de esa manera, aunque quisiera… lo matan.



¿Qué si quería más? Si, malditamente quería más de ese beta, podría ser contraproducente para ambos, pero la necesidad, ese deseo que ambos compartían no podía ser simplemente ignorado.



El beta trata de frenar la mano del alpha que con más desespero lo masturbaba, pero fue imposible, su fuerza no la podía igualar con la suya, y con la respiración errática, termina cediendo ante el placer mientras era ahogado por la boca del alpha quien no le dio tregua al momento en que se corrió con delirio, todo su semen queda esparcido por su camisa y parte de su pecho y cuello.



—¿Quieres más? Te juro que te daré todo, Sehun.





Al día siguiente.



Hora: 16:00



Después de hacer aquello con Sehun, no durmió, simplemente dejó al beta descansar cubriéndolo con dos mantas y se dirigió a su oficina donde ahora estaba actualmente.



El trabajo se lo exigía y más con lo de anoche, así que no podía cerrar los ojos y dormir, había muchas cosas por hacer y revisar para que cuando tenga la reunión con Jongin  y Soohyuk  de un reporte perfecto y detallado.



Ahora se encontraba en una reunión virtual con todo su equipo Pogrom, Taeyang, Benedick, Aurel, Ibrahim y Mikael prestaban atención a sus indicaciones.



—Los cargamentos de armas arribaron a Estados Unidos en las horas de la mañana —expresa Mikael quien acariciaba un gato montés—. También se dio el intercambio de droga con los carteles de centro América.



—Aurel —murmura Junmyeon  hacia la gran pantalla de al frente—, ¿Qué ha sucedido con la cámara que no identificó la grabación? —el omega se acomoda sus gafas tímidamente y niega con la cabeza esperando sus gritos y un regaño severo, pero para su sorpresa, no lo escucha, y la pregunta emerge ¿Qué sucedió anoche para que estuviera de buen humor?



—Las cámaras de la casa donde Kyungsoo  y Hoshi estaban en el momento del incidente fueron destruidas—explica el omega—. Sin embargo, estoy tratando de recopilarlas en el sistema, he llevado toda la noche sin descansar, además, han intentado hackear el sistema, y han tratado de averiguar la ubicación de la isla, por lo que tuve que bloquear todos los celulares, tanto de los jefes como de sus parejas, y todo el personal de seguridad, solo deje tres teléfonos requeridos para la comunicación externa.



—Ibrahim, dame tu reporte —ordena y el alpha enciende su cámara y Junmyeon  quería matarlo al ver que el alpha estaba tomando una bebida de coco mientras estaba acostado en una hamaca cerca al mar— ¡Ibrahim! —pega el grito y el hombre riega su bebida en toda su camisa playera.



—Tengo permiso de Hoshi —dice rápidamente al punto que casi ni se le pudo entender por miedo a la mirada de Junmyeon , pero si el omega le otorgaba un descanso, el alpha no podía hacer nada—. Maneje quince horas seguidas. El vuelo fue perfecto y se atendió las heridas del omega, su condición es estable hasta el momento.



—¡Maldito suertudo! —maldice Taeyang en su idioma natal— ¡Ojalá un tiburón te coma!



—¿Qué dijo? —pregunta Ibrahim volviéndose a acostar en la hamaca.



—Que descanses mucho, te lo mereces —dice Aurel con algo de pena ante la atenta mirada de Junmyeon .



—Muchas gracias, Tae, descansaré hoy también.



—¡Hijo de puta!



—Taeyang, tu informe —pide mientras recibe algunos archivos que le envía Aurel. Y al momento en que el coreano enciende la pantalla, es inevitable no mirar lo que estaba detrás de él.



—Salas de la uno a la nueve, llenas. Cuerpos masacrados, veinte. Recopilación de información aún en proceso, y… —se detiene por un segundo y sujeta la cabeza degollada de una mujer—. Encontré veneno en la cocina, ésta omega fue llevada a la sala tres de ejecución para sacarle información, sin embargo, resultó ser una aliada del FBI, no sé cómo mierdas esa maldita agencia supo de esto.



Junmyeon  queda pasmado, era consciente que, encabezaba el primer lugar de la lista de fugitivos, sin embargo, no sabía que le estaban pisando los talones de manera tan desesperada, pero era lo más obvio, se ha quedado en un solo lugar y eso para ellos era una buena noticia.



Soohyuk  era la imagen de todas las empresas que se tenían con Jongin , no obstante, las cientos de demandas no han logrado llevarlo a un tribunal, su perfil bajo ha ayudado, pero al parecer se han estado moviendo como ratas últimamente para lograr su objetivo, sin embargo, Junmyeon  sabía que alguien estaba dando información y la pregunta del millón ¿Quién putas lo estaba haciendo?



—Desde que mataste al anterior director del FBI —comenta Benedick—. La agencia se ha movido y a su cargo tienen ahora a un hombre que, partiendo desde mi experiencia, no hay que subestimarlo.



—No tenía conocimiento de que habían cambiado a ese inepto —expresa Junmyeon  de mal humor—. Pero sea quien sea, le cortaré la garganta.



—Lo importante es que no relacionen a Soohyuk  con la mafia. Muchos saben que Smert es el jefe, pero muy pocos conocen su rostro, esa es nuestra ventaja —interfiere Aurel acomodando sus gafas y se queda observando a Junmyeon  meticulosamente.



—Muy bien, ¿Algo más? —observa su celular y no puede evitar colocar un mal gesto cuando lee un mensaje de Amelia.



“Quiero verte”



Ella a veces no comprendía su trabajo y pensaba que estaría libre para cuando abriera la boca, aunque lastimosamente iba como un perro detrás de la omega solo con el fin de follársela.



—El hombre que le disparó a Kyungsoo  lo estamos rastreando, estoy tratando de identificarlo, así que para cuando lo tenga confirmado, daré un aviso y principalmente se le informará a Jongin … —Aurel tenía miedo tras el descubrimiento de esa persona, pero esperaba que no fuera su corazonada o Junmyeon  podía ir a un juicio donde podría perder su cabeza.



—Señor —dice Benedick en voz alta—. Es una suposición mía, pero el hombre que atacó a Kyungsoo  posiblemente esté relacionado con usted. En la noche se enviaron a tres hombres del círculo de seguridad y encontraron destrozada la tumba de Bela.



Junmyeon  iba de mal en peor.



Recordó el collar que le entregó Taeyang y de nuevo ese sentimiento de amargura se apropia de su corazón ¿Quién había sido? La persona debió ser alguien cercano y ese malestar en su cuerpo al pensar que tenía el enemigo respirando en su mismo lugar, provoca un enojo indescriptible.



El alpha continuaba con su reunión sin imaginarse que Amelia estaba llegando a la puerta de su penthouse, forrada con un diminuto vestido rojo y con mal genio salpicando a su paso.



En la entrada del pasillo, la omega digita la contraseña y coloca su dedo en el lector, segundos después le permite el acceso y continua bajo la mirada de los guardias. Su juguetona sonrisa aparece cuando está al frente de la puerta y hace el mismo procedimiento; al ingresar al ostentoso lugar donde mayormente residía el alpha, se le escapa una risilla maldadosa cuando sube por las escaleras y se imagina con encontrarse a Junmyeon  durmiendo.



Amelia arregla su escote profundo para resaltar aún más su busto y cuando iba a pronunciar el nombre de Junmyeon , algo en su cabeza hace cortocircuito cuando observa a un chico sobre esas sábanas. El temblor de su mano se vuelve difícil de controlar al instante en que reconoce el rostro de ese beta ¿Por qué mierdas estaba en aquella cama? Cuando ni siquiera Junmyeon  le permitía a ella dormir ahí.



Desde que empezó una relación de privilegios con el alpha, soñaba con amanecer en esa habitación, con despertar en sus brazos y poder disfrutar de su intimidad con mayor profundidad, pero ahora, justo en ese instante, la rabia que sentía hacía que su corazón enloquecería bajo un fuego abismal ante los malditos celos al observar el rostro relajado de ese beta.



Lo odiaba.



Sabía que a Junmyeon  no le gustaban los betas y menos si era un chico, entonces ¿Por qué él estaba ahí? ¿Qué relación tenían esos dos?



Amelia al momento de dar el siguiente paso, siente como su muñeca es apresada, la fuerza con la que la agarra Junmyeon  hace que suelte un quejido de dolor. Sus ojos azules la miraban con furia y sin decir una sola palabra es arrastrada fuera de la habitación.



—¿¡Qué mierdas haces aquí!? —exclama Junmyeon  furioso, quien de inmediato la lleva a la oficina para hablar. No quería que Sehun despertara y escuchara las estupideces que podía decir.



—¿Así me recibes? ¿Qué te pasó anoche? —se suelta de su agarre y tira su cartera hacia el sofá—. Te dije que te quería ver, te fuiste sin más y me dejaste sola, Junmyeon , por si fuera poco, vine a verte y me encuentro con ese chico en tu cama, cuando a mí ni siquiera me dejas entrar a tu habitación ¡Explícame!



—No tengo porqué darte explicaciones, pero tú sí ¿Cómo mierda entraste?



—Ah, ¿No lo recuerdas? Me diste tu contraseña cuando estabas borracho —dice con una sonrisa que provoca que las venas de sus manos resaltarán con fuerza al envolverlas en un puño tras su comentario.



Una vez que ella se fuera, cambiaría su contraseña.



—¿Y con qué derecho vienes aquí? —acaricia su frente con suma frustración—. Sabes todo el puto trabajo que tengo gracias al incidente de anoche —respira hondo y ella se acerca en silencio, sus atrayentes ojos que parecían a los de un felino, lo distraen por un momento y luego lo ataca cuando desliza sensualmente las dos tiras de su vestido rojo y deja a la vista sus hermosos senos, sus pezones de un color rosa claro, lo tientan a cometer injurias y tiene que tragar dolorosamente saliva.



La omega sujeta la muñeca del alpha y lo lleva hasta uno de sus senos, Junmyeon  lo acaricia en un movimiento circular y ella empieza a sentir un cosquilleo en su parte baja, pero su alegría se había esfumado en contados segundos cuando él se detiene en el instante en que se escucha una voz.



Junmyeon  no puede negar su gusto hacia los senos grandes, verlos rebotar encima suyo era una puta locura exquisita, pero simplemente, ni siquiera con tocarlos tenía alguna reacción en su pene y cuando escucha la voz de Sehun, fue un desastre para él.



—Perdón… —dice el beta al ver la hermosa espalda descubierta de la mujer, no lo iba a negar, pero era demasiado bella, parecía una muñeca de porcelana, era alta, de cabello rubio, ojos avellana verdosos que la destacaban y poseía una figura espectacular que cualquier hombre moriría por tener en sus manos y el afortunado de tenerla, era Junmyeon .



—Tranquilo —dice la omega en un tono amigable—. No pasa nada ¿Verdad, mi amor? —dirige su atención en Junmyeon  y vuelve a colocar las tiras de su vestido encima de sus hombros.



Sehun se había levantado hace algunos minutos y quería hablar con Junmyeon  de algo, sin embargo, no sabía de la visita inesperada de ella, aunque era muy curiosa la escena. Anoche el alpha lo había masturbado con deseo y ahora con esa misma mano estaba tocando sus senos.



—Solo quería avisar que me iba a ir —dice sin más y enseguida Junmyeon  se aleja de Amelia para acercarse al beta.



—No, primero come algo —el tono exigente de Junmyeon  sorprende a la omega quien le sonríe a Sehun con hipocresía y toma su cartera con algo de enojo.



—No quiero molestarlos…



—Sí, deberías comer con nosotros, yo aún no almuerzo —murmura la omega haciendo sonar sus tacones y le extiende su mano al beta a modo de presentación—. Soy Amelia, modelo y empresaria, además, soy la pareja de él.



Junmyeon  voltea sus ojos en blanco y Sehun por dentro se ríe.



—Ah… Sehun —solo podía decir su nombre, porque no tenía nada más por agregar y eso fue un plus para la omega.



El beta siente como Amelia lo agarra del brazo con bastante confianza y bajan las escaleras. No estaba para nada presentable, ya que al parecer Junmyeon  se tomó el atrevimiento de cambiarlo de ropa y colocarle nuevas vendas mientras estuvo dormido.



—Y bueno aparte de ser el amigo de Kyungsoo  ¿A qué te dedicas? —su pregunta no era para conocerlo, solo quería asegurarse de algo. Dependiendo de lo que dijera lo podía tomar como alguien inofensivo.



—Estoy en mi último año de instituto —al llegar a la primera planta la omega se aleja y busca una botella de vino que había en unos de los muebles de la parte del fondo.



—Eres un niño ¿Qué edad tienes? —le sonríe y se sienta en el sofá. Amelia cruza una de sus piernas y lo invita a que se acomode a su lado.



—Tengo 18 años —responde mirando directamente a Junmyeon  quien parecía un volcán a punto de explotar ¿Por qué sería? Se le notaba a leguas que estaba enfadado de que su “novia” estuviera ahí, pero debería ser al contrario ¿No?



—Interesante y, ¿Tienes novia? —Amelia no se había dado cuenta, pero levanta una ceja cuando inspecciona el cuello del beta y encuentra marcas de chupones.



—Sí, llevo dos años con ella y la amo mucho —le sonríe a la omega y siente como el alpha lo mira amenazante, él no tenía derecho a protestar nada.



Amelia se queda tranquila con su respuesta, sin embargo, aún tenía celos de que él había dormido en la habitación, lo cual era un tema a dialogar con Junmyeon , pero obviamente no lo podía hacer ahora, al menos ya con su interrogación ha dejado en claro quién tenía las riendas en esa relación.



Junmyeon  observa a la omega recibir una llamada y luego empieza a gritar como una loca, ella se levanta y al colgar, le dice que tiene una reunión con su padre, lo cual aplaudió en su interior y agradeció a los cielos de tal maravillosa noticia porque apenas la vio quiso que se fuera.



La omega se despide con un fogoso beso y Sehun en su mente cuenta que esta era la tercera vez en que el alpha la besaba mientras lo miraba con descaro a los ojos, y lo odiaba, porque sentía algo que no debería y eso le asustaba.



Su corta interrupción finalizó cuando la puerta se cierra y el beta siente muchos nervios al estar a solas con Junmyeon , nada más con recordar lo de anoche no puede ni siquiera hacerle frente o reprocharle su acción, porque simplemente él también fue cómplice, le dio pase directo al alpha, no obstante, sonará despreciable de su parte, pero le gustó, le encantó tener a Junmyeon  encima suyo.



—¿Qué quieres de desayuno? —le sonríe de forma juguetona y por inercia empieza a caminar en reversa cuando Junmyeon  se acerca. Su espalda choca contra la pared y no puede levantar la vista cuando lo tiene de frente—, ¿Tienes vergüenza por lo de anoche? —sujeta el mentón de Sehun y lo obliga a mirarlo.



—¡Tú deberías tener vergüenza! —golpea con fuerza su pecho y camina con enfado hacia las escaleras—. La besas en frente de mí como si yo me fuera a poner celoso, estás loco Junmyeon , deja tu maldito juego, porque yo no voy más con tus manipulaciones —se detiene a mitad de camino y voltea a mirarlo.



—Pero bien que te gustó ¿No? ¿Qué pensaría tu novia al escuchar tus gemidos? Al ver cómo te corres en las manos de un alpha.



Sehun traga saliva, el calor de sus mejillas es evidente y no puede ni siquiera refutar nada, absolutamente nada y eso era lo peor, porque tenía razón, se había dejado llevar por esas manos, por esos labios, por esa lengua que hacía estragos en el interior de su boca, que lo sofocaban, que incluso le hacían revivir en su mente la sensación de ahogo.



—Admítelo, dime que te gustó —sube las escaleras y persigue a Sehun por el pasillo.



—¡Admítelo tú primero! —contraataca y siente como el alpha lo agarra del brazo y lo acerca a su cuerpo, su mano se posa en su cintura y puede otra vez sentir su calidez. No quería caer, fue lo único que rogó Sehun, no había droga en la cual refugiarse como excusa.



—Me gustó ¿Y qué? —confiesa y observa la mirada sorprendida de Sehun—. Me encanto escuchar tus jadeos y ver como tus ojos me pedían más. Sentir como tu piel ardía por mi tacto hizo que deseara hacerte más cosas de las que posiblemente te opondrías, pero no importa, eso lo podemos hacer después —susurra lo último a pocos centímetros de su oreja.



Sehun estaba muriendo de vergüenza por las grotescas palabras del alpha, la naturalidad con la que se expresó hizo que por poco tuviera un infarto.



—Solo quiero un huevo con dos tajadas de pan —pide el beta evitando el tema, pero no se le olvida lo más importante—. Borra mis fotos.



—¿Y qué recibo a cambio?



No podía sonar más descarado en esta vida, solo Junmyeon  Volkov podía llegar a ser un maldito perro asqueroso.



—Que tal esto de aquí —baja su mano hacia el culo de Sehun y al instante siente como el beta lo golpea en el abdomen y lo deja por un segundo sin aire.



—¡Para eso está tu novia! Follatela a ella. Lo que pasó entre nosotros, olvídalo.



—No puedo olvidar, porque apenas veo esas fotos, me provocan otras cosas.



Sehun ingresa a la habitación corriendo y cierra la puerta con rabia, su rostro rojo y los latidos de su corazón bombardeando lo dejan sosegado ante el inminente interrogante del porqué no le disgustó su confesión.



El silencio de la habitación hace que su mente parezca un océano tranquilo, pero cuando la tormenta se avecina, Sehun enseguida se acuerda de Kyungsoo , de Bibi, de su novia, de sus padres, del instituto, que hoy tenía examen de matemáticas y que ya tenía cuatro fallas.



—En unos minutos traerán tu desayuno —la voz de Junmyeon  le pega tremendo susto que hasta coloca una mano en su pecho y voltea a mirarlo.



—¡Borra mis fotos!



—Solo hasta que tenga suficiente de ellas.



—¡Junmyeon !



El alpha saca su costoso celular y abre la aplicación de su galería, luego le lanza su celular al beta quien lo recibe en sus manos y empieza a mirar.



—No hay ni una sola foto aquí —dice observando las carpetas, sin embargo, no encontró nada.



—Exacto, porque ya no existen tus fotos. Las borré anoche.



Sehun se alivia y le tira de regreso su celular.



—Ni creas que te voy a dar las gracias —responde con algo de resentimiento—. Tomaré un baño y me voy a mi casa.



—¿No irás a donde tu novia? —su pregunta se escuchaba con toques de celo.



—Tengo que ir por mis medicamentos, ya que me quedaré con ella unos días.



¿Días? No, Junmyeon  no se lo iba a permitir.



—No, uno de mis hombres irá a tu casa para recoger tus medicamentos y los traerá aquí, luego tú y yo nos iremos a la oficina central, me esperas unos minutos y luego te dejaré donde tu novia, pero esperaré pacientemente al frente de su casa hasta que termines y luego nos iremos a la isla.



Sehun queda consternado con sus palabras y tiene que digerir lo que había escuchado. Aquello sonó como una orden. Era lo que le gustaba a ese hombre.



—¿En serio iremos allá? —no le parecía mala idea después de todo, pero sentía que en ese viaje sucederían cosas, muchas cosas.



Sehun se resigna y le dice a Junmyeon  que sus medicamentos estaban en una maleta negra a un lado del closet, de inmediato él le informa a uno de los guardaespaldas quien se dirige de inmediato a su casa, entre tanto, el beta pregunta por sus amigos a lo que el alpha no le da muchos detalles, ya que no ha tenido comunicación ni con Soohyuk  ni mucho menos con Jongin , pero que estaba recuperándose de la herida.



Ya se podría imaginar a Kyungsoo  peleándose con el alpha a morir y no iba a mentir, lo extrañaba bastante y también a Hosh.



Junmyeon  sale de la habitación y deja que Sehun tome un baño, su ropa ya estaba lista y su desayuno pronto llegaría, por lo que, solo tendría que esperar. Su cabeza estaba estallada de muchos problemas, y el número uno, era Jongin , no sabía qué le depararía con el alpha, pero sí podía decir que temía sobre su decisión después de que se confirmara la identidad de aquel hombre que le disparó a Kyungsoo .



El tiempo transcurre, y en su oficina los informes junto con las recopilaciones hacen su trabajo más pesado. Al momento en que Jongin  lea eso, pondrá más refuerzo en la seguridad, y tendrá que vigilar de cerca a Irisa, era una lástima, pero esa alpha era bastante traicionera, sin embargo, aún no se descartaba la idea de que hubiera puesto sus sucias manos en lo ocurrido de la fiesta.



Uno de los guardaespaldas lo interrumpe y le comenta que ya estaba todo listo para irse, de inmediato cierra su laptop y guarda su celular, sin embargo, cuando sale de su oficina se encuentra con un Sehun totalmente sombrío, sus expresiones que parecían de tristeza, lo confunden ¿Qué le había sucedido? Ahora estaba callado y con un semblante serio.



—Vámonos —le dice al beta quien ni siquiera lo mira, solo le da la espalda y baja las escaleras en silencio con su maleta colgada en el hombro ¿Acaso estaba triste porque no se quedaría con su novia o era otra cosa?



Al salir de su penthouse, toman el ascensor que los lleva al parqueadero privado, y a Junmyeon  le pica la lengua por saber qué era lo que pasaba por esa mente, así que le pregunta al beta si necesitaba algo más a lo que él no emite un solo sonido, solo lo ignora e ingresa a la camioneta, su actitud no le gustaba para nada, le producía molestia, prefería que le contestara o en tal caso que lo golpeara por muy masoquista que se escuchara.



—¿Quieres decir algo? —vuelve a preguntar y al ver de reojo, pareciera que Sehun quería llorar, su mirada denotaba una melancolía profunda, una mezcla amarga de sentimientos que no podía descifrar.



Junmyeon  en vista de no oír una respuesta, observa el cielo oscuro, y de repente, empieza a llover, las gotas empapan los vidrios y observa a la gente tratando de escapar y buscar refugio en alguna de las tiendas.



El ambiente se siente lúgubre, Sehun parecía un muerto, no reaccionaba a nada, ni siquiera cuando lo llamaba o tocaba su brazo, simplemente se quedaba mudo, con la mirada observando los ríos que transitaban por las aceras y de nuevo la pregunta lo carcome ¿Qué le había pasado?



Al llegar al edificio, Junmyeon  contempla que es un desperdicio de tiempo ingresar al parqueadero, así que le dice al conductor que parquee al frente y que espere unos minutos mientras hace su diligencia.



Sehun se da cuenta de su ausencia, y el nudo en su garganta se vuelve difícil de manejar cuando ve como el alpha se marcha con un paragua en mano y desaparece entre las puertas de vidrio. Sus manos tiemblan y recuerda los mensajes de amenaza que recibió en su celular después de que había terminado de comer, aquel hombre que pensó que era un espectro de su mente, en realidad era alguien de carne y hueso.



Su mente le lanzaba un aviso de peligro.



Su mundo tenía matices, a veces lo sentía limpio, ordenado, pero en otras ocasiones es como si se encontrara dentro de un alambrado de púas, pero prefería esa anestesia emocional a la depresión. Era molesto tener que "drogar" a su cerebro para ser feliz, sin embargo, fue lo único que pudo hacer para tratar de salvarse, para intentar de escapar de la sensación, del pensamiento de querer morir.



—Vuelvo en un momento, al jefe se le olvido una carpeta —dice el conductor quien sale rápidamente bajo la lluvia dejándolo solo…



Sehun cierra sus ojos y empieza a apretar sus dedos con fuerza, la ansiedad comienza a aumentar cuando escucha el sonido de su celular, y al observar la llamada de un número desconocido, se detiene por un momento a pensar y trata de controlar su mente diciéndole que no, pero por un instante supone que puede ser alguno de sus amigos o su novia así que contesta sin saber que esa llamada iba a ser la última.



—¿Ho-hola? —tartamudea y cuando escucha su risa, su corazón se agita al borde de un colapso. Los recuerdos eran afilados cuchillos que se insertaban en su alma matándolo lentamente.



—Volví… y esta vez sí haré que te suicides, no descansaré hasta acabar con tu vida.



Sehun cuelga la llamada con desespero y al abrir la puerta de la camioneta se siente angustiado al ver que tenía seguro, estaba preso de su mismo miedo, quería salir de ahí, el oxígeno no le bastaba, su garganta ardía. Su mente se había descontrolado y terminó perdiendo la batalla, el terror de ver sus manos temblando le nubla el sentido, su mirada borrosa y la sensación de calmar sus emociones terminan por hacer una completa locura.



El beta en su intento desesperado por tratar de calmar sus pensamientos, toma su maleta y la abre en busca de uno de sus frascos nuevos, de inmediato lo destapa y echa todas las píldoras del contenido en su mano, las mira sin pensarlo y las traga con miseria.



Por un momento su mundo se había apagado, pero el fuerte dolor en su pecho lo despierta y acaba tirado en los asientos a punto de convulsionar por una sobredosis de antidepresivos.


Omega pandillero [ADAPTACIÓN] KAISOO Where stories live. Discover now