Capitulo 19. Incertidumbre

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La tenue luz del lugar acompañado del calor que empezaba a sentir, hace que lentamente abra sus ojos, parpadea varias veces y baja su vista hacia el brazo tatuado del alpha que rodeaba su cintura. Sinceramente no recordaba en qué momento había llegado al apartamento, desde que lo anudó, dejo de percibir cualquier realidad que no fuera la que yacía sobre esas manos que lo apresaban, sus embriagantes feromonas fueron el declive, para sucumbirse ante la tentación de un hombre que guardaba el oscuro deseo de verlo quebrado en llanto mientras no podía dejar de aclamar su nombre.



Su mirada violeta divaga por el suelo y reconoce el cofre negro que estaba abierto, de inmediato pasa saliva y aprieta las sabanas, lo que contenía aquello, lo pone tenso y al momento de querer voltearse, suelta un gemido involuntario que de inmediato fue callado por su mano, sus ojos se abren sorprendentemente y sus mejillas se colocan de un rojo vivo cuando se da cuenta que tiene el pene del alpha adentro suyo.



¿Había dormido con eso en serio? Al parecer si, y la vergüenza que sentía justo en ese instante al rememorar sus palabras, fueron peor, porque el mismo lo había pedido como una plegaria “Déjalo adentro, no lo saques” aunque para el alpha fue una clara amenaza mientras enterraba sus uñas en su espalda.



—Jongin… —susurra apenado y mueve su mano para despertarlo, su fuerte agarre le impedía levantarse y al notar que él ni se inmutaba, lo pellizca con fuerza, pero no fue buena idea, porque el alpha se acomoda y lo mete más al fondo.



Se fija en el brazo que pasaba por su cuello y no puede evitar sentirse atraído por las venas que se le remarcaban, el capricho por querer que lo ahorcara mientras veía como se resaltaban aún más, era otro de los múltiples pases que se había ganado para ir al infierno.



Extiende su mano y con la yema de su dedo índice, se desliza sobre una de ellas hasta llegar a su muñeca, aprieta sus labios para ocultar su sonrisa traviesa y cierra sus ojos cuando su pene se pone erecto. El contacto de su pecho contra su espalda no ayuda, y eso lo pone en una situación donde sus caderas solo querían chocar contra las de él.



—¿Qué haces? —la gruesa voz del alpha lo asusta y coloca su corazón a mil. Al retirar su mano, observa como Jongin abre su palma en espera de entrelazarla con la suya, pero lo medita por varios segundos.



—Te lo he dicho varias veces, no tengo afán, Kyungsoo  —besa con devoción su cuello y escucha un gemido por parte de él. Sin saber el motivo, arruga el entrecejo y al querer moverse, se da cuenta de cierto pequeñísimo detalle.



—¿Ibas a abusar de tu pobre alpha dormido? —su tono burlón no fue pasado por alto y siente como muerde su brazo. Ya se imaginaba sus tiernos dientes plasmados en su piel.



—Primero, no es abuso, segundo, no eres mi alpha, y tercero, sácalo ya —chilla con lo último y escucha su fuerte suspiro de molestia.



—Primero, sería abuso porque estaba durmiendo, segundo, lo seré algún día, y tercero, no —besa su mejilla feliz y al momento en que el omega voltea su rostro, se queda embelesado con aquellos ojos que parecían la examinación de un gato que te miraba mal.



—¡Repítelo! —amenaza cortante el omega.



Jongin ya conocía ese genio tan encantador que poseía su mariposa, hacía que se derritiera ante sus palabras, si no fuera consciente de su grado de masoquismo, huiría. En su proceder y tomando la mejor opción posible, retira su miembro lentamente y escucha el alivio de su boca, por otro lado, tenía que hacerse cargo, no lo había limpiado anoche porque se quedó dormido con él sobre las tres de la mañana, y observando el reloj en la pared, era bastante tarde.



—Así me gustan, obedientes —dice victorioso.



El alpha sonríe regocijado y observa como su omega se sienta, echa un bostezo y estira sus brazos, sus ojos quedan fijos en su esbelta espalda y muerde con ganas su labio inferior al ver sus marcas, se sentía de alguna forma poderoso, porque no cualquier alpha podía estar en su posición.



—Me duele el maldito cuerpo, y todo es por tu culpa —chilla frustrado y toca sus hombros.



—¿Y mis buenos días? —se recuesta contra el espaldar y le regala una preciosa sonrisa angelical a su omega quien lo miraba con odio y desprecio. Kyungsoo  le muestra su dedo de en medio y ladea su rostro, no iba a negar que esa preciosura de omega era un manipulador hábil en toda su naturaleza, pero quien no estaría de rodillas solo por tener un segundo de su atención—. Que hermoso dedo ¿Me lo vas a regalar?



—¡Hasta te lo puedes meter por el culo!



¿Cómo no amarlo?



—Que agresivo —sabía que estaba firmando su sentencia de muerte, pero era inevitable no hacerlo, ver a Kyungsoo  arisco le daba ternura. Rápidamente se levanta y pasa su brazo por debajo de sus muslos y el otro en su espalda, lo carga y en su mente hace la cuenta regresiva antes de escuchar uno de sus halagos.



—¡Bájame, imbécil! —patalea como un niño pequeño y Jongin besa su cabellera alborotada.



—Tienes mi semen escurriendo de tu culo, así que voy a limpiarte primero —expresa con tanta naturalidad que hizo que el omega se colocara completamente rojo y tapara su rostro con las manos.



—¡No lo digas de esa manera! —reprocha Kyungsoo  avergonzado.



—Está bien —ingresan a la habitación del baño y camina hacia la bañera —Tienes mi lechita en tu pancita ¿Mejor? —se ríe de sí mismo y siente el dolor de su pezón ser retorcido por sus pequeños dedos.



—¡Haré como si no hubiera escuchado eso!



Jongin deja a Kyungsoo  dentro de la bañera y se dirige hacia una de las repisas, se coloca un bóxer y de regreso, se sienta en el borde, observa de nuevo su espalda y sujeta su cabellera rizada, luego hace que voltee su rostro y lo mire directo a los ojos.



—Ponte en cuatro.



Kyungsoo  reniega por varios segundos hasta que lo hace y el alpha sonríe, luego lo empuja hacia el frente y antes de que la nariz del omega impactara contra la superficie sólida, Jongin lo agarra del cuello y apresa sus muñecas detrás de su espalda baja. Sus ojos se encienden en el instante en que ve a Kyungsoo  en la posición que le pidió, sus curvas que te podían matar con solo un toque, le hacían salivar, su enorme culo se empina y se fija como a propósito abre un poco más sus piernas para dejar ver su entrada y de esta, sus fluidos que se deslizaban entre sus muslos.



—Eres malditamente hermoso, Kyungsoo  —susurra a milímetros de su oído y muerde su lóbulo.



—Jongin…



—Hasta que termine, no podrás bajar tus manos —al no escuchar ni una sola palabra por parte del omega, suelta el agarre de sus muñecas, y sin desconectar la mirada de aquellas gemas violetas, posiciona su mano sobre su espalda y con la yema de sus dedos se desliza por su suave piel, Kyungsoo  se curvea aún más y aprieta uno de sus glúteos, sus ojos viajan hasta el tatuaje y queda hipnotizado por varios segundos, aquella mariposa, era en sí, su esencia. Su dedo de en medio roza su ano de arriba hacia abajo y nuevamente enlaza su mirada con la de él, introduce solo uno, y su omega suelta un quejido.



—¿Te duele? —pregunta en un tono amable y se fija en sus labios entre abiertos, estaban rojizos, listos para ser devorados.



—Un poco —se sincera Kyungsoo  y él continúa sacando los restos de su líquido. Jongin mete el segundo y al tocar cierta parte, el omega se estremece—. Mis piernas no van a aguantar… —susurra acompañado de un gemido y el alpha se fija como estas empiezan a temblar, continua con su labor y después de un momento, saca sus dedos, el omega se desploma, y su rostro de medio lado descansa sobre su muslo. Acaricia sus desordenados rizos y sonríe complacido, a pesar de que dejara ver ese lado tan dócil, que hasta pareciera imposible para el ojo público, no le quitaba su ya conocido encanto.



—Luego te aplicaré un ungüento —besa su mejilla y observa como su mariposa se reincorpora —¿Quieres que te ayude a bañarte? —pregunta y el omega niega con la cabeza y solo agradece.



Al salir, recoge las prendas del omega y algunas suyas que estaban en el piso regadas, sus ojos se enfocan en el cofre negro y sonríe con una pizca de maldad, su mente no deja de recrear las escenas de anoche y no puede aguantar sus ganas por tenerlo abajo mientras le imploraba con su llanto.



—Jongin —la voz de Larissa lo desconcentra y alza su mirada. —En unos minutos voy a traer el desayuno, ya van a ser casi las cuatro.



—Bien, gracias, y trae un poco de helado —guarda el cofre bajo llave y sale de la habitación.


De nuevo en el baño, una batalla por desenredar su cabello rizado se desata, pero la gana, el peine queda con rastros de su victoria, y lo bota en la caneca que estaba a un lado suyo. La ligera inclinación que hace hacia el lavado, provoca un chillido de dolor y se maldice porque su boca tenía la culpa, provocaba al alpha y su cuerpo recibía las consecuencias, pero de alguna manera, no podía detenerse. Se mira en el espejo y detalla su piel totalmente marcada por el alpha, si esto era así, el celo lo iba a dejar inválido y la silla de ruedas que dejó en el basurero, se cruza por su mente junto con la risa burlona de su abuela.



Da media vuelta y camina hacia la ducha, acerca su brazo y observa el hilo transparente, su sonrisa se vuelve lúgubre, y el pensamiento de que una vez saliera, querrán matarlo, su cabeza de seguro ya tenía precio y la de Sehun  peligraba aún más, todos sabían que él era su debilidad, sin embargo, estaba acostumbrado a este mundo, que ni siquiera se alarmaba cuando alguien le apuntaba. Los pequeños grupos emergentes que salían, le estaban dando problemas, alphas jóvenes con aires de grandeza por querer pisotear a un omega, solo para demostrar su poderío, le hacían gracia, por eso su comportamiento tan mezquino, siendo el líder de la propia capital, lo han rebajado a un miserable objeto, un trofeo del cual todos participan para ver quien se lo lleva y se considera el próximo.



El agua se desliza por su rostro y la calidez con la que impacta en su piel, se asemeja a una especie de orgasmo, la sensación de relajación que sentía justo en ese momento, le da un respiro a su mente que estaba saturada por distintas cosas. Toma un jabón y empieza a pasearlo por todo su cuerpo, mientras se sintiera rico, el cansancio y el dolor eran mental, y las quejas, una dedicatoria. Los minutos transcurren y al finalizar se coloca una bata, toma otra pequeña para sus rizos y estira su cuello, la voz del alpha lo sorprende, y al ver que no se callaba, abre la puerta. Lo primero que ven sus ojos, son sus grandes pectorales, de los cuales podía detallar gotas de agua que se deslizaban por toda la mitad y deambulaban por sus abdominales que estaban cubiertos por algunos tatuajes, no supo en qué momento perdió la noción del tiempo, pero cuando siente el tacto del alpha en su espalda baja acercándolo a su cuerpo, lo deja sin aliento.



—¿Asustado? —pregunta con sus ojos juguetones.



—Al parecer el ego se te ha subido bastante en estos días ¿No es así? Señor Lebedev —susurra Kyungsoo  lo último y puede sentir como de nuevo sus feromonas salían a flote.



—Estamos en un juego ¿No? —Jongin sujeta su mentón con delicadeza y acaricia con su dedo pulgar su labio inferior.



—Lo estamos… —Kyungsoo  entre abre su boca y el alpha lo introduce, el omega lo lame desde la punta hasta la base, y después deja a la vista su lengua.



—¿Cuál será tu siguiente jugada? —pregunta Jongin tratando de intimidarlo y lo acorrala contra la pared, su torso desnudo era un potente distractor que no lo dejaba pensar claramente, pero no iba a dejarse vencer por tal tentación.



—Solo uno de los dos, dejará de respirar… —responde Kyungsoo  dejándose por sus caricias y el alpha se inclina y lo sujeta de ambos glúteos, el omega lo abraza por el cuello y su rostro queda a la par con el suyo, sus ojos inmersos en esa oscuridad provocativa, lo hacían errar, el deseo y el magnetismo que poseía ese hombre era mortal, solo bastaba una dosis, para caer en lo profundo de ese abismo.



—Te lo cumpliré… —su boca queda a una corta distancia y no es capaz de alejarlo, lo atrae y su calidez, lo impacta. Su lengua juega con la suya, y siente como el alpha empieza a caminar, sus gruesos labios eran un manjar exquisito que necesitaba complacer.



—Lo más probable es que caigamos los dos… —suelta un jadeo y su espalda choca contra la cama, Jongin se coloca encima y lo observa detenidamente, su mano toca su pecho y va subiendo por su cuello, acaricia su mejilla con dulzura y siente como su corazón empieza a palpitar de la emoción.



—Solo hasta el final —su sonrisa le transmite alivio, pero por alguna razón, se sentía como si fuera un espejismo. El alpha deposita un beso en su frente, y luego sobre sus labios.



—Dejé tu ropa en el sofá, cámbiate —se levanta y sus ojos quedan fijos en su gran espalda, el tatuaje que abarcaba casi toda la extensión de su piel, le impresiona, parecía como un símbolo, un emblema que portaba para transmitir poder—. Hoshi llegará en unos minutos —su mirada de nuevo lo observa, pero con una expresión seria que a los segundos se suaviza cuando se sienta en la cama y cruza una de sus piernas. Cuando el alpha sale de la habitación, de inmediato se coloca de pie y se fija en la bolsa, la abre y es inevitable no sonreír cuando saca una sudadera de color negra, él sabía perfectamente que le gustaba la vestimenta ancha y agradecía que supiera escoger su estilo. En la otra estaba la ropa interior, una camisilla y no podía faltar unas zapatillas, realmente su mente le gritaba que vendiera eso y se hiciera una fortuna, cada par que el alpha le compraba, le alcanzaba para mantenerse unos buenos meses.



Al terminar de arreglarse, peina y da forma a sus rizos con sus dedos, se acerca al espejo y nota algo raro en su rostro, le hacía falta el piercing de su nariz junto con el de sus orejas, así que de pronto pasaría a la tienda y se compraría nuevas joyas, ya que siempre terminaba perdiéndolas en algún lugar y le daba pereza buscarlas en el suelo como un tonto. Camina hacia la puerta y al abrirla, se encuentra a Larissa en una videollamada, sus ojos se quedan fijos en la pantalla y de rapidez ve a una mujer de cabello cobrizo con la mirada asombrada.



—¿Vas a recibir a Hoshi en el helipuerto del edificio? —dice ella y guarda el celular. La pregunta de la omega lo desconcierta y ladea su rostro tratando de entender a lo que se refería.



—¿Caprichos? —definitivamente no era un chiste, después de todo, era Hoshi, lo que hiciera él, era fuera de lo común, ya que no estaba acostumbrado a sus excentricidades.



—Lo que quiera el omega, su alpha se lo cumple —se ríe y camina delante de él —Jongin ya está esperándolos, así que te guiaré.



Se dirigen por el pasillo del fondo y Larissa coloca su dedo índice en el lector, la puerta se abre y se queda observando las paredes con algunas pinturas rústicas, y de nuevo, había una mariposa, aquella corazonada empezaba a doler, y el porqué, era lo que más le interesaba descubrir. Al ingresar al ascensor, da un paso hacia adelante y cuando voltea al frente, las puertas se cierran y ella se despide, los segundos transcurren y al llegar, ve a varios hombres yendo de un lado para otro, el ambiente se sentía pesado y al ver la razón, se queda analizándolo, era Jongin dando órdenes a diestra y siniestra en un tono de voz estresado. A lo lejos observa el helicóptero a punto de llegar y toca el vidrio con la yema de sus dedos concentrado, detalla el momento en cómo se posiciona encima de la pista y aterriza de manera lenta.



—¿Cómo has estado? —voltea su rostro y observa a Insung con una sonrisa mientras contemplaba su descenso.



—¿Bien y tú? —las hélices empiezan a disminuir su velocidad y ve a Jongin hablando con alguien por llamada.



—Hay mucho trabajo, el tercer nivel está en alerta, y como ves ahora, estamos un poco apurados —saca su mano de su bolsillo y le ofrece un chocolate. —Para que tengas buenas energías —lo toma y sus ojos se enfrascan en una parte de su cuello. Desvía su mirada y se aleja en el momento en que ve a Jongin acercarse con su ceño fruncido.



El alpha posa su mano detrás de su espalda y lo invita a pasar a la plataforma, el frío de la tarde se hace presente y se fija en un beta abriendo la puerta del helicóptero, el primero en bajarse es un hombre, seguido de Soohyuk, quien tenía en sus brazos a su omega dormido. El guardaespaldas se acerca y le coloca una manta tejida, Hoshi se mueve y al abrir sus ojitos, le da una señal a Kyungsoo  de que se acercara.



—Dámelo —más que una solicitud, parecía una exigencia al querer al omega en sus brazos. Soohyuk sin protestar, le entrega a su esposo y le acomoda de nuevo la manta.



—No pesas nada, Hosh —expresa Kyungsoo  sonriente y observa cómo le da un beso en su cabellera blanca. Enarca su ceja y sonríe al ver las uñas pintadas del alpha, nunca pensó verlo con un diseño rosa, pero con tal de complacerlo, era capaz de hacer lo que sea. Jongin le pide que ingrese de nuevo y que luego regresarían.



Kyungsoo  se concentra en el rostro adormilado del omega y da media vuelta, sale de la plataforma y se detiene en el segundo en que siente la presencia de varios alphas acompañándolo.



—Puedo ir solo —manifiesta en un tono repelente y los hombres se quedan estáticos, incluyendo a Insung. Al ingresar al ascensor, Hosh frota su rostro contra su pecho y suspira dichoso, su tierno bostezo le hace soltar una pequeña risa.



—Estas calientico —susurra somnoliento y Kyungsoo  no se puede resistir a su dulzura y termina dándole varios besos en su mejilla.



Quien los recibe de nuevo, es Larissa, la omega chilla de la emoción cuando ve a Kyungsoo  cargar a Hoshi, y al instante, lo saluda, los lleva a la otra habitación, y avisa que les traerá la comida. El omega coloca una pierna sobre la cama, y deja el cuerpo reposando sobre las sabanas, el overol de jean junto al buzo, lo hacían ver como un lindo bebe. Se sienta en el piso y coloca sus brazos cruzados al frente del rostro del omega, deja su cabeza apoyada y se ríe cuando Hoshi toca su cabellera húmeda y la desordena.



—Te extrañé —hace un puchero y achica sus ojos cafés. Su mirada se desvía a su cuello y observa su collar rosa con un aro de metal en el centro, se relame sus labios y recuerda su significado, y es que ellos no disimulaban para nada. Supone que probar cosas nuevas no está mal, mientras ambos se sientan a gusto, cualquier pecado culposo es más que bienvenido.



—Sehun  y yo también —acaricia uno de sus mechones y los enrolla en su dedo. —Han pasado cosas muy locas. —suspira y no puede contener su risa nerviosa al recordar que folló delante de un hombre que mato el alpha mientras lo tocaba.



—Pienso lo mismo —responde el omega y muerde su mejilla interior. Los deseos que se llevan al extremo en algunas ocasiones se convierten en una adicción que no tienen un fin, es un círculo vicioso que te lleva a explorar diferentes emociones.



—Kyungsoo  ¿Ya viste el regalo que te envié? —pregunta Hoshi sonrojado y él niega sorprendido. Kyungsoo  le comenta que aún no ha ido a su casa—. De seguro tienes el culo bien abierto —comenta sin ningún filtro y Kyungsoo  no puede evitar reírse de lo nervioso que se sentía al recordar lo que ha hecho con el alpha, y es que no negaba que cada vez se sentía atraído a eso.



A los castigos de Lebedev.



—Mi culo está bien, gracias.



—Ay ¿Entonces la silla de ruedas fue en vano? —chilla abrumado y enseguida Kyungsoo  se levanta y se posiciona encima del omega, empieza hacerle cosquillas, y observa el estampado de oso que tenía su buzo.



—¿Te aliaste con mi abuela? —Pregunta Kyungsoo  acercándose al rostro de Hoshi y aprisiona sus muñecas, sus ojos se sorprenden y relame su labio al ver la sonrisa nerviosa del peliblanco.



—No… —Kyungsoo  observa de nuevo el collar y lo jala del aro.



—¿Seguro? —dice a milímetros de su boca.



—¡Lo juro! —lo suelta y enseguida se acuesta a su lado, Hoshi vuelve a respirar de nuevo y toca su pecho, Kyungsoo  tenía un no sé qué, que lo hacía volar.



—¿Y de qué es el regalo? —sujeta su delicada mano y observa el diseño de sus uñas, hacían perfectamente juego con las de Soohyuk.



—Um… solo es un pequeñito detalle, nada del otro mundo —se ladea y coloca su cabeza encima del pecho del omega y se arropa. Kyungsoo  lo abraza y empieza hacerle masajes en su cabeza.



—¿Cómo van tus estudios?



—¡De la mierda! Pasé de largo anoche, así que la única oportunidad que tuve de dormir fue en el jet. Mi alpha me ayudo con mi proyecto, tenía que hacer un prototipo, y es la tercera vez que lo hago, si la profesora no me lo acepta, mi esposo irá personalmente a hablar con ella… —expresa con algo de miedo, y es que ella, no sabía a lo que se dedicaban. Él se lo advirtió, ya que no le había dicho que la alpha lo hizo reprobar a propósito dos veces, y cuando se enteró por una llamada con un compañero, quiso ir directamente allá, pero sabía que no terminaría nada bien.



—Probablemente sea su última clase… —expresa Kyungsoo  recordando lo que le había sucedido a su anterior director en el instituto.



—Es la única materia que me queda para graduarme, no he tomado ni siquiera un mes de vacaciones desde que inicie, porque hice intersemestrales y homologue electivas, así que he estado estresado. Cuando le caes mal a un profesor, es una sentencia… —murmura Hoshi con algo de tristeza y Kyungsoo  recuerda su atraso de dos años. Muchos le decían que con 20 años era muy viejo para estar en el instituto y solo se burlaban.



—¿Vamos a mi casa? —pregunta Kyungsoo  y el omega alza su vista con una bella sonrisa.



—Esperaba que me lo pidieras, porque justo le dije a Sehun  hace unas horas que viniera para irnos a la tuya —se sienta y guarda sus manos dentro del bolsillo de al frente de su overol.



—¿Hunni vendrá? —arruga el entrecejo y se recuesta contra el espaldar—. Jongin no me dijo nada, además ¿Quién lo va a traer? —interroga y al ver como Hoshi desvía su mirada solo hace que la respuesta se haga más evidente.



—Junmyeon .



—¡No quiero a ese hijo de puta cerca de él! —exclama en un tono agresivo y eso espanta al omega, de inmediato lo jala y hace que se pegue a su pecho.



—Yo le tengo miedo a la mayoría de alphas, pero Junmyeon  es alguien en quien se puede confiar, aunque, tiene una manera de pensar bastante controvertida, es un tipo de persona que juega contigo y te hace sentir mal intencionalmente para ver tu respuesta frente a las preguntas que tiene en su cabeza —comenta el omega y Kyungsoo  entre abre su boca, eso tenía más lógica, por tanto, cuando Junmyeon  le había reprochado de frente el tema de sus padres fallecidos, resultó ser una prueba o más bien quería ver a que grado estaba afectado. A los minutos, Larissa ingresa y les entrega una bandeja con diferentes platos de comida, Kyungsoo  pregunta por el alpha y la omega se tensiona, responde que aún siguen hablando, pero algo no cuadraba, así como tenía problemas, los de Jongin estaban en otra categoría porque trataba con la propia mafia.



Su celular vibra y al sacarlo, observa en la pantalla el nombre de “Desconocido” lo primero que se le viene a la cabeza es a Baekhyun, su investigador, pero este no era el mejor momento para hablar, pero si lo estaba contactando, es porque uno; tenía más información, o dos; le iba a advertir algo. Al cabo de terminar, ambos se levantan, y bajan por las escaleras, varios hombres estaban en la sala esperando órdenes y de nuevo Insung aparece, indica que los están esperando en el parqueadero privado y de inmediato van por el ascensor. Hoshi se pone la manta encima y recuesta su cabeza en su brazo, tararea la melodía de una canción y recuerda perfectamente la letra que su madre le cantaba cuando el invierno llegaba.



Las puertas se abren, y observa como el peliblanco sale corriendo hacia los brazos de su alpha, quien tenía a su amado peluche de conejo, El señor Rocky, Soohyuk lo abraza y de nuevo lo besa, acomoda la manta y se queda a su lado. Jongin lo observa en silencio mientras se dirige hacia él y nota como guarda un arma en su blazer junto con un sobre negro.



—Saluda a tu abuela de mi parte —susurra el alpha y deposita un beso en su mejilla. Bom ha al parecer había quedado flechada por Jongin y la verdad, no sabía que le veía al idiota que cada vez que lo miraba, en su mente pareciera que moviera la cola de un lado para otro.



El sonido del motor lo distrae y se fija en tres camionetas ingresando, cierra sus ojos por varios segundos y echa un suspiro lo bastante profundo como para no querer matar a Junmyeon  cuando se baja relajadamente, su sonrisa sarcástica con aquellos ojos azules turbulentos, le provocaba ahorcarlo. Su mano sujeta una caja negra y guarda una navaja salpicada con sangre, a los segundos se baja Sehun , quien con tan solo analizar su lenguaje corporal, podía ver lo ansioso que estaba, su mirada titubeante le daba una mala espina de que algo había pasado entre esos dos.



—En Podval están las cajas restantes —informa Junmyeon  a Jongin y le entrega la que tiene a Insung. Su mirada se encuentra con la de él y puede sentir una rabia inmensa por ese alpha.



—Deberías estar en una también —agrega el omega con odio y el alpha sonríe, se quita sus guantes negros y mira de reojo al beta.



—¿Me harás el honor? —pregunta desafiante.



—A diferencia de muchos, no necesito que un alpha mate por mí, lo puedo hacer yo mismo —Kyungsoo  pasa por su lado y cambia completamente su semblante cuando saluda a Sehun .



—¡Mi vida! —lo abraza con fuerza y siente como sus manos acarician su espalda. Sehun  voltea su mirada y observa a Hoshi con su cabecita agachada, espera a que levante su rostro y cuando lo hace, extiende su mano y enseguida el peliblanco se acerca tímido y lo recibe con un abrazo.



—¡Ya estamos los tres! ¡Es hora de irnos! —celebra y choca las palmas con Kyungsoo , Sehun  abre bien sus ojos y mira a los dos omegas.



—Esperen un momento, a mí me dijeron que nos quedaríamos aquí —mira a Junmyeon  inconscientemente y Kyungsoo  se percata de ello.



—No, vamos a la de ricitos ¿Quién te engaño así de feo? —se ríe y toma las orejas de su conejito.



Sehun  procesa la información y a medida en que se imaginan las escenas catastróficas con los omegas, va negando lentamente, esos dos eran un malestar inminente y el único que iba a sufrir era él.



—¿Me van a dejar esas dos cucarachas? —pregunta exasperado a los dos alphas, quienes se miran mutuamente y asienten.



—Si —responden al mismo tiempo, y tanto Kyungsoo  como Hoshi se agarran de las manos y empiezan a celebrar.



—Pero… ¡Ellos solo hacen desastres cuando están solos! —chilla estresado y más cuando escucha la fuerte risa de Kyungsoo . El beta camina hacia los alphas y pensándolo por varios segundos, extiende la palma de su mano, era su vida la que estaba en juego y aunque le valiera una mierda, tendría que por lo menos tener un seguro. Con Kyungsoo  era obligación poner un ojo, porque siempre terminaba en problemas y con Hoshi a su lado, es como si sus energías se multiplicaran.



—¡Páguenme! —Jongin y Soohyuk lo miran dudoso, pero recuerdan que son sus omegas después de todo —No les voy a cuidar esas criaturas de gratis —Recibe unos cuantos fajos de dinero y se da media vuelta con la frente victoriosa.



—Ahora si ¿A dónde quieren ir? —pregunta el beta feliz hacia los omegas.



—Al supermercado, pero yo quiero conducir —pide Kyungsoo  y el rostro del beta se coloca pálido, si él conducía, no sabía si llegarían vivos, porque la anterior vez estrello el auto de su padre y la gran multa la tuvo que pagar Bom ha y a decir verdad, no supo de donde saco tanto dinero.



—Vamos en la camioneta blanca —sugiere Hoshi y le hace señas a Wongyu para que le entregue las llaves, después se acerca a su amado esposo y se despide de un fogoso beso.



Por su parte, Kyungsoo  hace lo mismo y deja de nuevo caliente a Jongin cuando disimuladamente roza su mano sobre su miembro y luego se despide con una amplia sonrisa, el omega recibe las llaves y se embarca en la camioneta, coloca sus manos frente al volante y sube los vidrios cuando se marchan del lugar. Sehun  en los asientos de atrás se coloca el cinturón con bastante pánico y es mirado como bicho raro por Hoshi, quien acomoda al señor Rocky a su lado y lo arropa con su cobijita.



—¡Ni que nos fuéramos a matar! —comenta riéndose y coloca música desde su celular.



Kyungsoo  mira por el espejo retrovisor y observa dos camionetas del círculo de seguridad siguiéndole el paso, sonríe, y al posar sus ojos hacia el frente ve la oportunidad cuando el semáforo se coloca en rojo, y en vez de frenar, pisa el acelerador con fuerza y gira hacia la derecha, el tráfico de los carros impide que las demás lo sigan y muerde su labio inferior cuando lo logra.



—¡Maldición! ¡Estaba en rojo, pudiste hacer que chocáramos! —expresa Sehun  asustado y Hoshi celebra— ¡Kyungsoo , déjame conducir! —pide y al instante en que se quita el cinturón, su amigo gira hacia la izquierda bruscamente y hace que termine en las piernas del peliblanco y para empeorar, cogen un bache y se golpea contra la repisa que él tenía desplegada.



—¡Kyungsoo ! —chilla y rápidamente se vuelve a acomodar, se coloca el cinturón con suma rapidez y se echa la bendición.



—¿Yo que? —dice y lo voltea a mirar.



—¡Mira hacia el frente pedazo de animal! —grita Sehun  a punto de llorar y la risa de Hoshi no deja de escucharse —¡Te juro que no vamos a llegar ilesos!



—¿Cómo qué no? —de nuevo lo mira y Sehun  siente temor.



—¡Que mires al frente, hijo de tu madre! —aclama y al instante se quita el cinturón cuando están próximos a chocarse, se abalanza hacia el volante y en una acción rápida, gira hacia un lado y evita una desgracia —¡Pon tus malditos ojos ahí! —le da una fuerte palmada en su frente y Hoshi tapa su boca con la mano al escuchar el sonido tan fuerte que hizo.



Al llegar al supermercado, Sehun  deja de apretar el cinturón y se baja temblando con el corazón acelerado, por su parte, Kyungsoo  sale relajado y le extiende la mano caballerosamente a Hoshi.



—Muchas gracias —toma a su conejito y observa el rayón que le hizo a la camioneta al tratar de parquearse, pero le daba igual, se arreglaba con dinero, como casi la mayoría de las cosas.



—Pobrecitos, hasta ahora llegaron —se ríe el peliblanco al ver las dos camionetas estacionarse, alza su mano y saluda a Wongyu, quien había bajado el vidrio y le mostró un peluche de pollito.



—Estando conmigo, no necesitas de ningún guardaespaldas —murmura Kyungsoo  orgulloso y observa como la manito del omega agarra la punta de su buzo.



Cuando ingresan, las cajeras se quedan viendo a los hermosos chicos, el omega coge un carrito y Hoshi no pierde la oportunidad para montarse en él, deja a Rocky a un lado y observa a Sehun  empujando con una mirada seria, él se estaba haciendo cargo para que no hicieran nada sospechoso.



—¿Qué vamos a comprar? Yo quiero comer ahora unas papitas —mira al beta con un puchero y de inmediato se dirigen al pasillo, elige las que quiere y él los mira a cada uno a los ojos.



—Voy a pagar esto en la caja, no demoro más de tres minutos ¿Okey? Solo voy a pagarlo y me devuelvo, no hagan nada, ya vengo —va hablando mientras se aleja caminando de espaldas. El beta pasa a otro pasillo y a los segundos de nuevo aparece para ver si se habían ido, y así lo hizo dos veces, hasta que no lo volvieron a ver más.



—¿Te has tirado por una rampla? —pregunta Hoshi al ver una y Kyungsoo  sonríe culposo. Siempre ha querido saber que se siente, y viéndolo a veces en películas, esta vez no se iba a quedar con las dudas, así que toma el carrito y rápidamente se dirigen allá, Hoshi se baja y corren rápidamente hasta llegar a lo más empinado.



Algunas personas se les queda mirando raro y otros, simplemente los ignoran, Kyungsoo  se monta en la parte de adelante y Hoshi atrás, el omega se impulsa y al momento de levantar sus manos e ir cuesta abajo, escucha el grito de Sehun . El beta quien tranquilamente iba con el paquete en sus manos, ve al fondo a dos idiotas a punto de hacer otra de sus payasadas, pensó que se iban a detener, pero cuando los ve bajando, corre hacía a ellos y antes de que impacten contra la pared, puede frenar el carrito.



—¡¿Qué les dije?! —dice histérico Sehun  y reprende con la mirada a Kyungsoo .



—¡Uh, papitas! —el peliblanco se las arrebata de las manos y las destapa. —¿Quieres? —pregunta mientras come con una dulzura en la que no puede ni regañarlo.



Sehun  con el malhumor, suspira y agarra una manotada, Kyungsoo  se baja del carrito y va tomando algunos refrescos, junto con otras papas, y no podía faltar las galletas de su bola de pelos y los caramelos de Bom ha. Aunque para asegurarse de que no intenten algo riesgoso, amarra las muñecas de los omegas en el carrito y lo empuja mientras ingresan al pasillo de juguetes, los ojitos de Hoshi se iluminan y termina casi llorando por querer una casita y una máquina para hacer helados, así que coloca las cajas en la parte de abajo y la sonrisa del omega revive.



Al momento de llegar a pagar, Sehun  coloca la comida en la cinta rodante y la chica pide su identificación, lo mira de re ojo y se coloca algo nerviosa por su mirada. Hoshi le entrega su cartera rosa a Sehun  y pide que pague con una de sus tarjetas, el beta comenta que están bonitos los detalles en dorado que tenía una de ellas y el omega se echa a reír.



—Es oro cariño, y por favor utiliza la primera tarjeta —Sehun  queda como un tonto y al abrirla, se fija que el omega no tenía una, sino 10, y la primera, era una tarjeta hecha en oro con grabados de la flor de loto.



La cajera al recibirla con su mano, se queda apreciándola mientras hace el trámite, pestañea varias veces y mira a los chicos, de nuevo posa su mirada en la tarjeta y mira a los jóvenes que conversaban entre ellos ¿Quiénes eran?



—Hosh, tienes de todos los colores, pero me gusta más la negra con el grabado de serpiente —dice Kyungsoo  y se dirigen hacia el parqueadero, Sehun  los suelta y ambos chicos acarician sus muñecas.



—La negra pertenece al banco de Junmyeon  —responde y guarda su cartera. El omega pone mala cara y abre su boca con sumo asco.



—Ya no la quiero, prefiero la rosadita, además ¿Cómo es que ese psicópata tiene un banco? —Sehun  desvía su mirada y trata de hacerse el desinteresado a la conversación.



—Si quieres ve y pídele una cita y hasta se pueden volver mejores amigos —le manda un besito con sus dedos y Sehun  lo ayuda salir del carrito. Kyungsoo  con fastidio agarra las bolsas y deja las bolsas en el baúl de la camioneta junto con las cajas. El beta se coloca delante del omega y extiende su mano, Kyungsoo  le entrega las llaves con sumo rencor y se sube en los asientos de atrás junto con Hoshi y el señor Rocky, al menos en el trayecto de regreso, todo estaría tranquilo o eso esperaba. Sehun  se coloca el cinturón y enciende el motor, observa de un lado hacia otro y prende las luces, espera algunos segundos para que las camionetas le sigan el paso y pisa el acelerador, pero al momento de salir del lugar, escucha el grito de Hoshi seguido del fuerte golpe, suspira y al observar por el retrovisor, ve la disputa de los omegas por unas cartas con stikers.



—Dejen de pelear, maldita sea, no tienen cinco años —asevera y no le queda más que orillarse, sujetar una revista de moda, doblarla y pegarle a cada uno en la cabeza.



—Kyungsoo , no muerdas a Hoshi, y Hosh no lo pellizques —pide ya a punto de perder más que la paciencia y los omegas se sacan la lengua y cruzan sus brazos molestos. —No sé cómo sus alphas los soportan.



—Mi esposo me ama tal cual —expresa de manera angelical Hoshi.



—Yo no tengo alpha, ese imbécil solo tiene humildad y ya.



Con las criaturitas más calmadas, de nuevo emprende la marcha hacia el hogar de Bom ha, los omegas por alguna razón se quedan tranquilos mientras comen y miran videos en el celular del peliblanco, sus ojos por un instante miran sus rostros alegres y sonríe al sentir un poco de paz en su cabeza, lejos de pensamientos infames que lo tentaban a hacerse marcas.



Su compañía era como una burbuja, una capa transparente que lo separaba del caos, donde lo veía, más no lo sentía, así era estar con ellos. Al llegar, Kyungsoo  se baja y le extiende la mano a Hoshi para que de un pequeño saltico, el beta toma las bolsas, y ambos ayudan con lo demás, el omega busca en sus pantalones y recuerda que son nuevos, así que por décima vez, había botado las llaves y el regaño de su abuela se haría presente; presiona el timbre y después de varios segundos observa los ojos curiosos de su abuela, ella baja su vista hacia las bolsas y toca su mentón.



—¿Me compraste mis caramelos? —pregunta Bom ha y ladea su rostro al ver una cabellera blanca detrás del beta, su corazón se le enternece al ver de nuevo a Hoshi, hacía meses que no se encontraba con él —¿Y los de Meokmul también? —el felino se acerca y frota su carita contra las medias que tenían figuras de pepinos animadas.



—Si, además traje a un nuevo amigo —murmura Kyungsoo  y Sehun  se hace a un lado, Hoshi se coloca nervioso ante la mirada de la mujer, que pesar de que ya se conocían, tenía que aparentar que era la primera vez que veía a Bom ha.



—Ho-hola, señora Bom ha —la omega enseguida lo abraza en forma de saludo y Hoshi cierra sus ojos cuando siente ese cálido sentimiento que transmitían las abuelitas amorosas, era una bendición tenerlas, porque él nunca tuvo la posibilidad de hacerlo.



—Ya tenía ganas de conocerte —le guiña el ojo y el omega lo entiende perfectamente, todo en algún punto se tenía que alinear. Todo lo que Jongin ha luchado para mantener a Kyungsoo  viviendo, tenía que salir tarde que temprano.



Kyungsoo  se agacha y besa a su gato, acaricia sus largos bigotes y juega con sus patitas, sujeta una y presiona la almohadilla para ver sus largas garras, observa manchas de sangre y lo más probable es que se haya peleado con el vecino, porque era una copia suya.



—¿Eso es una máquina para hacer helados? —pregunta Bom ha señalando la caja que sostenía el beta y Hoshi asiente. Y en el momento en que Sehun  iba a dar el primer paso, Bom ha se la arrebata y sale huyendo junto con Meokmul.



—¡Nunca me habían robado de esta manera! —dice el peliblanco en un puchero, pero a los segundos se contagia de la risa de Kyungsoo , seguida de la de Sehun .



Ojalá nunca les falte.



Dejan todo en la cocina y suben al cuarto del omega, enciende las luces y lo primero que ven, es una caja de color blanca con una bonita cinta de color violeta, Kyungsoo  se acerca curioso y la toma, en su mente se le ocurrían varias cosas, pero ni siquiera lograba acercarse a la realidad que sostenía sobre sus manos. Sus dedos pican y no es capaz de dejar de sonreír a medida en que lo va abriendo, voltea a mirar a Hoshi quien estaba asustado por su reacción y lo atrae a su lado junto con el beta. Kyungsoo  acaricia el marco y abre su boca con gran sorpresa al revelarse la pintura delante de sus ojos que no dejaban de brillar, la primera vez que la vio en internet quedo enamorado, incluso la tenía de fondo en su laptop, se había inspirado en ella para recrear pinturas que le llenaran las grietas de su alma, y al ver sus manos sosteniendo tal obra no puede evitar soltar algunas lágrimas.



Hoshi lo abraza en silencio y acaricia su dorso con devoción. El arte para él se convirtió en su ruta de escape, en un pequeño rincón donde dibujaba cada vez que sentía que no podía con su vida. Cada pincel, pluma y pintura, decoraron parte de su ser, le mostraron que un cuadro maltratado, podía verse hermoso dependiendo de cómo lo pintes, de cómo transmitas tus sentimientos y sientas su reflejo al terminarlo.



—Es un pequeño regalo —comenta con ternura Hoshi y el omega besa su frente. Nada es pequeño cuando la intención es lo que vale y Kyungsoo  lo sabía perfectamente. Damos de corazón, cuando la mente va por el mismo camino.



—Hosh, esto no es pequeño, te debió costar mucho dinero —toca la pintura con la yema de sus dedos y se le hace un nudo en la garganta cuando las palabras de su madre calan en su alma; fue por ella, todo lo que ha logrado ha sido por la mujer que lo dio a luz, que en su corta edad, le enseñó tanto, pero que tristemente se la arrebataron junto a su padre y quedo solo, con cientos de preguntas y respuestas que fueron vilmente calladas con sangre.



—El dinero es lo de menos —sujeta el cuadro y se levanta, lo deja en el escritorio, y observa una pequeña fotografía, era Kyungsoo  de niño junto a sus progenitores; una mujer de ojos cafés claros y cabellera rizada, y a su lado, su esposo, de sonrisa encantadora que combinaba con el azul de sus iris. —Debes extrañarlos bastante… —susurra sin ser consciente de sus palabras y al voltear su mirada, nota como él ladea su rostro y limpia sus mejillas para que no se diera cuenta.



—Todos los días… —responde con nostalgia y se acuesta, tapa su vista con el brazo y respira profundo, aprieta sus labios y siente como le duele el pecho, era una herida que no ha podido cerrar, y se le hacía imposible no retener sus sentimientos cuando lo escuchaba. —Todos los días le pregunto cómo está… aún no he podido soltarla, no quiero olvidar la voz de mi madre —Hoshi se sienta a su lado y observa a Sehun  con su rostro afligido, acaricia su muñeca vendada y le regala una sonrisa, también había pasado por lo mismo y es como si caminaras en círculos. A veces no encontraba los ánimos para continuar, sentía como si la sola acción de respirar fuera una obligación para que tus seres queridos te vieran vivo, pero por dentro solo estás muerto.



—Los mejores recuerdos quedan grabados en el corazón, pero también los malos —dice Hoshi mientras toca el dorso de su muñeca y lo va bajando, sus ojos violetas llenos de lágrimas lo observan con miedo y le recuerdan su peor etapa—. Es algo que no podemos borrar, pero debemos dar un paso y avanzar. No te estanques Kyungsoo , no será bueno a futuro, porque yo lo viví, y sé lo frustrante que se siente quedarte atrás mientras los otros siguen, ver que no puedes, que tu mente te arrincona…



La presión por querer salir, de gritar hasta que te rompas la garganta, de sentir que la vista se te nubla y las lágrimas que una vez detuviste, sean liberadas con todo el peso que has cargado.



La última vez que jugó con su padre, se sentaron en un pequeño banquito frente al lago mientras contemplaba el atardecer, su mirada llena de amor mientras le platicaba, quedó grabada con su frase “Hay personas que son como curitas, te protegen mientras tú te vas sanando” Pero ¿Acaso Jongin podría serlo? Tal vez su falta de responsabilidad afectiva y miedo al compromiso sea una de sus barreras, o había algo más por lo cual se negaba. A este punto no comprendía el destino ni mucho menos su alma cuando lo aclamaba, pero quería cerrar esa herida, estaba cansado consigo mismo.



—Me gusta ese cuadro —Hoshi señala con su dedo al frente y el omega recibe un pañuelo por parte del beta. Lo mejor por el momento era cambiar de tema, distraerlo de malos pensamientos podía calmar su corazón que estaba agitado con tantas cosas que revoloteaban en su interior. Aquel cuadro que observaba Hoshi fue el primero que hizo cuando llego al hogar de Bom ha. Kyungsoo  no podía hablar y le era difícil expresar lo que quería, así que ella le dio unos colores que guardaba en una vieja cajita metálica, y un block de hojas blancas, el omega empezó a dibujar y a recuperar parte de su vida a través de eso, cada día pintaba algo diferente, aunque no hallara forma, era una manera de poder canalizar sus emociones.



—Las mariposas son muy bonitas, pero me gustan verlas cuando es invierno… —murmura Kyungsoo  y el omega agacha su mirada.



—Me hubiera gustado encontrar algo así cuando estaba realmente mal —comenta Hoshi al observar el cuadro que le regaló al omega y puede evitar pensar en su esposo. El perdón se lo debía así mismo, no a Soohyuk y lo tenía claro.



—Lo importante, es que ahora estás bien, y que tengas en cuenta que no debes complacer a nadie, ni siquiera a tu alpha, solo a ti. Ponerte como prioridad no es ser narcisista, se llama amor propio y no muchos lo tienen —acaricia su cabellera blanca y lo atrae a su pecho, Hoshi rodea su cintura con sus pequeños brazos y lo aprieta por varios segundos que hasta lo deja sin respiración. Sehun  ve a los omegas y se cohíbe, pero cuando Kyungsoo  extiende su palma, la toma y siente su fuerte jalón que terminan los tres juntos.



Bom ha entra con una bandeja llena de dulces y comida para los chicos quienes estaban riendo mientras se peleaban y Sehun  trataba de separarlos.



El peliblanco mira a Sehun  mientras come una galleta de chocolate con helado y no sabe si decirle o no, pero saca una pequeña factura del bolsillo de su conejito y se la entrega, le había comprado una motocicleta que encargó propiamente de Japón y que en unos días se la entregarían, incluso la había diseñado al estilo de él y esperaba que le gustara, Sehun  lo guarda y le dice que lo vería más tarde cuando llegara a su hogar.



La noche cae levemente y el frío no se hace esperar, Bom ha mira a Kyungsoo  y se le hace raro que hoy sábado no saliera, ya que siempre se va a tomar con sus amigos en el parque o en un bar, pero al querer preguntar fue demasiado tarde cuando su pequeño Kot avisa de que irán a Podval a divertirse un rato y que regresarían en la madrugada o se quedarían en el apartamento de Hoshi, lo único que le advirtió fue estar lejos de la piscina, pero al ver el sonrojo de su nieto, le produjo curiosidad.



Kyungsoo  se dirige hacia una de las camionetas que estaba parqueada, pero se detiene cuando observa una llamada de Kliment, enseguida contesta y se aleja caminando hacia la esquina, su instinto lo alerta y desvía su mirada hacia la otra cuadra.



—A tu derecha está pasando un hombre de chaqueta negra junto con una omega —informa Kliment y Kyungsoo  se da cuenta de que algo inusual está sucediendo, sus ojos se encuentran con los del alpha y le da mala espina cuando un carro conduce despacio por su frente y al bajar la ventana observa la punta de un fusil sobresalir—. Estoy en la casa de Lenin, y justo los estoy viendo, y ese maldito carro tiene las placas del distrito de Volga. Tú sabes muy bien que están buscando, si no es a ti, es a Sehun , así que ten cuidado y no dejes que él venga a su hogar, lo están vigilando.



—Mañana nos reunimos, necesito idear un plan para exterminarlos —dice decidido Kyungsoo  cuando observa el auto alejarse, aquello fue una advertencia, un aviso de que su cabeza tenía precio y días contados. Las retaliaciones entre pandillas por ocupar territorios de más poder, eran normales, las entradas de droga y armas pasaban por sus manos, controlaba la principal línea, Moscú, y para la mayoría de alphas, era la envidia. Al colgar la llamada, se dirige a la camioneta y observa a Insung hablar con Sehun , el peliblanco tiene una expresión confusa cuando sus ojos se fijan en el alpha, y lo deja con la duda en la lengua. En el interior, Hoshi comenta que hay un show especial, y la cantidad de público que iba a estar, sería impresionante, además de que Jongin y Soohyuk estarían haciendo negocios turbios con ciertos personajes del gobierno.



—¿Ya cuantos arrestos llevas? —pregunta Hoshi mientras dibuja corazones con marcador rosa en las vendas del beta. Le parecía lindo, ya que Sehun  tenía su mirada tranquila y estaba a gusto con su compañía, a pesar de que tenía un tipo de apego evitativo.



—25 hasta el momento, pero nunca he tenido una sentencia —se relame los labios y recuerda la última vez que lo requisaron y le encontraron varias navajas junto con droga, y eso no era todo, la clara evidencia de un arma que fue utilizada por Kliment cuando ordenó matar a un alpha, le hizo pensar que entraría en juicio.



—¿Cómo qué no? —se sorprende y Sehun  se ríe. Nadie creería que Bom ha es una pensionada del Departamento Central de Inteligencia Rusa, pero así lo era, sin embargo, tuvo que hacer su retiro por cuestiones que aún desconoce, Kyungsoo  ha querido saber el porqué, pero Bom ha le evade el tema o inventa alguna tontería.



—No, porque mi abuela siempre va por mí, solo tengo que hacer una llamada y ya —comenta con orgullo y Insung observa al omega por el retrovisor y es inevitable no sonreír por lo que se avecinaba.



Al llegar al lugar, observa la cantidad de autos lujosos, hombres en traje custodiando cada perímetro del bar y ojos que no se despegaban de su presencia, su vestimenta que no encajaba para nada y la de Hoshi que lo hacían ver como un niño pequeño, podrían fácilmente ser percibidos como si estuvieran en el sitio incorrecto. Al ingresar caminan por las escaleras, la tenue luz del lugar los va introduciendo a lo que verdaderamente era el encanto de Podval, era como experimentar un tipo de vértigo que te gustaba a pesar de que tu mente decía que no.



Sehun  camina detrás de los omegas y se queda mirando las barras de licor, las bailarinas comienzan hacer su espectáculo y calientan el ánimo del público cuando la música empieza a escalar a la cúspide. Las luces moradas predominan y cuando menos lo espera, el beta ve a lo lejos a Jongin junto con Soohyuk conversando en el segundo piso mientras caminaban hacia el pasillo del fondo, sus ojos detallan sus dorsos y le producía curiosidad saber por qué tenían una serpiente tatuada, y no solo ellos, también Junmyeon , y cuando lo vio a través de la sombra, sintió la tensión de su mirada.



—¡Sehun ! —grita Kyungsoo  a lo lejos y agarra su mano— ¿Qué pasó? —pregunta y se da cuenta de la presencia de los dos alphas y por último, la porquería aquella.



—Nada —responde Sehun  y al llegar al apartado de la zona VIP, se sienta, Hoshi le ofrece una bebida con bajo porcentaje de alcohol y al tomarla, suelta la copa y se parte en cientos de pedazos cuando el rostro de un hombre que veía a la distancia, hace presencia, sus memorias empiezan a distorsionarse y le produce náuseas, nunca pensó ver a su pesadilla de nuevo.Kyungsoo  soba su espalda y observa en dirección hacia la mirada del beta, pero no ve nada a lo que pueda definir peligro, le pasa un pañuelo y Hoshi pide agua junto con algunos aperitivos y juegos de mesa, se fija en el celular de Sehun  y detalla un mensaje entrante, enseguida lo pone boca abajo y cruza una de sus piernas.



—¿Estás bien o hay algo que no te guste? —interroga el peliblanco y le entrega una menta. Sehun  la toma y se la mete a la boca, coloca ambas manos debajo de sus muslos para que no vieran el temblor y les sonríe para que no percibieran su estado de pánico. No le gustaba preocupar a los demás, no quería ser una carga emocional para ellos.



—Tomaremos un rato, y por ahí en una hora nos iremos y vemos alguna película ¿Te parece? —habla de nuevo Hoshi y toca su brazo, el omega se da cuenta rápidamente de lo que sucede, pero no entiende el detonante. —O si quieres, nos podemos ir ya —Sehun  en respuesta automática dice que no, y empieza a tomar agua, cierra sus ojos con fuerza y al abrirlos, toma la copa de licor de Kyungsoo  y se la bebe de un trago, tal vez su mente se confundió y pensó que era aquel hombre que lo atormentaba.



Come un poco de maní y comienzan una ronda de cartas, Hoshi termina en sus piernas y eso lo mantiene calmado, su compañía lo estabilizaba más, pero aquel sentimiento no desaparecía, y le preocupaba las consecuencias de ello. Ese rostro parecía un fantasma, no sabía si era una alucinación lo que vieron sus ojos o simplemente sus pensamientos se cruzaron. Las siguientes rondas continuaron, las bebidas aumentaron y las pedía con un buen grado de alcohol, aunque la mirada de Kyungsoo  no era de las mejores, tenía una buena resistencia a los licores.



Dos horas habían pasado y el ambiente cada vez se ponía mejor, los espectáculos continuaron y las risas no se dejaban de escuchar, era como un instante de relajación donde su mente iba y venía, el leve mareo lo hacía sentir de alguna manera relajada, pero había algo que le palpitaba.



—Voy al baño —le susurra Sehun  a Hoshi y nota que Kyungsoo  no está. —¿Se fue con Jongin? No me di cuenta —se levanta y arregla su buzo, observa inconscientemente hacia atrás y se siente observado.



—Sí, Junmyeon  está con Soohyuk en el subterráneo arreglando unos asuntos y aprovechó ese momento para llevárselo —Hoshi come algunas papitas picantes y observa otro mensaje entrante, cuatro cajas negras han salido y son llevadas a sus familiares, cada una va con el emblema de la mafia y una nota por parte de Smert. Hoshi observa como Sehun  se aleja y se pierde entre la multitud, el calor ya se hacía evidente y la presencia de Wongyu lo sorprende, el alpha le entrega una invitación y de inmediato la abre, una sonrisa traviesa se dibuja en su rostro y no puede contener su risa nerviosa, sus gustos con su esposo rompían lo que moralmente se imponía en la sociedad.



Los segundos transcurren y mientras Wongyu le informaba lo que estaba sucediendo en el subterráneo, Kyungsoo  de nuevo regresa, observa cómo se toca su labio y se podía imaginar lo que probablemente sucedió.



—¿Qué tal la charla? —le pregunta a Kyungsoo  y puede apreciar que sus ojos no disimulan lo que su corazón expresaba.



—¡Es un maldito! —toma un trago y detalla un chupetón en su cuello —¿Dónde está Hunni? —grita para que lo escuchara y se fija en la hora, habían pasado más de 10 diez minutos.



—Se fue el baño —responde y de inmediato el omega se va a buscarlo. Kyungsoo  camina y empuja a más de un alpha que no le daba espacio para seguir, ubica el lugar y se adentra a uno de los pasillos, siente el pitido en ambos oídos cuando la música no se escucha a tope, y estira su cuello, un hombre lo observa y enseguida sale corriendo, Kyungsoo  se detiene y mira hacía enfrente, su mente se queda vacía por un instante y de repente saca su navaja apresurado.



Toca la manija de la puerta y escucha el murmullo de varias voces, pero la de su amigo no se oía, pensó que no estaría allí, pero al abrirla y ver a Hunni temblando en el piso mientras tres malditos lo rodeaban, provoco un quiebre en él.



—¡Lárgate! —exclama un alpha quien le apunta con un arma. Kyungsoo  baja su navaja y sin quitarle la mirada se acerca de manera lenta, el hombre aprieta el gatillo y no percibe cuando de un momento a otro, el omega en un ágil movimiento le arrebata la pistola, sujeta su cabellera y hace que golpee su rostro contra el lavamanos y sienta un ardor en su espalda cuando le dispara dos veces.



—¡Maldito omega de mierda! —grita el otro alpha furioso al ver a su compañero cayendo delante de sus ojos y al agarrar el buzo del omega, recibe una patada a la altura de su estómago. Kyungsoo  por un momento ve a su amigo tratando de levantarse y es ahí cuando siente un dolor agonizante al recibir el puño del alpha justo en su pecho.



—¡Adelante, Imbécil! —dice con su respiración agitada —¡Este omega te hará trizas hijo de puta! —toma impulso y clava la navaja en su cuello, desgarra la vena principal y jala al hombre para que le sirviera de escudo cuando el tercer alpha dispara en reiteradas veces, Kyungsoo  se pasa el dedo pulgar por su labio inferior, saca su lengua y lame los rastros de sangre.



—Queríamos jugar, pero tu amigo se opuso, no hubo otra manera —se burla delante de sus ojos y le muestra la papeleta de una droga, era la misma que prohibió para su ingreso a su territorio. El efecto que tenía sobre un beta, lo hacía entrar en calor, un celo inducido que provocaba alteraciones en su sistema.



A las afueras, Hoshi llama de inmediato al círculo de seguridad, y junto a ello a los alphas, Jongin camina por el pasillo serio y saca su arma, patea la puerta y observa a su omega encima del hombre mientras apuñalaba su rostro, la sangre salpicaba su blanquecina piel y cuando sus ojos se encuentran, no pierde la oportunidad en tomar a Kyungsoo  por la fuerza, estaba fuera de control, podía sentir incluso sus feromonas desestabilizadas. El peliblanco sabía de la existencia de la droga, y al ver a Sehun  en mal estado, supo que de nada serviría llevarlo al hospital, el efecto que desprendía no tenía un antídoto, era como un afrodisiaco que necesitaba drenarse a través de relaciones sexuales.



—Junmyeon , ayúdalo —demanda y el alpha da un paso hacia adelante, observa a Sehun  con sus ojos dilatados suplicándole y se agacha.



—Me tomare tres días.


Omega pandillero [ADAPTACIÓN] KAISOO Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin