CINCO

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Día uno de relación fingida. Puedo hacerlo. Claro.

Hunter aparca el Chrevrolet frente a la entrada del instituto y apaga el motor. Permanecemos unos segundos en silencio, hasta que me aclaro la voz y digo:

—¿Y ahora?

Hunter sonríe y me toma de la mano.

—Ahora damos un buen espectáculo.

Y eso hacemos.

Caminamos de la mano por los pasillos. Sucede todo a cámara lenta, como si nos encontráramos dentro de una película romántica. Hasta tengo la sensación de que mi melena corta ondea con un viento imaginario. Trato de verse a mí misma como si fuera Jennifer Aniston e ignoro los cuchicheos que hay a nuestro alrededor. Me obligo a mantener la vista alzada. Imperturbable. Nada me importara. Es sencillo, sí señor. Me sudan las manos, así que agradezco que Hunter tenga el detalle de no limpiarse. Todo un caballero, como debe ser.

Aprovecho cuando llego a mi taquilla para soltarlo y me alejo un par de pasos. Solo íbamos de la mano, pero, de alguna forma, siento que Hunter se las apaña para hacerlo todo más íntimo que el sexo.

Juego con el candado hasta que doy con la combinación. Me lleva un total de minuto y medio. Nunca he tardado tanto antes.

—Tranquila —me susurra Hunter. Pego un brinco, sorprendida de tenerlo tan cerca—. Creo que, con esto, ya les hemos dado algo de qué hablar hasta el almuerzo.

—¿Solo? ¿Y qué hacemos para que sigan comentándolo después? Necesito que el mensaje le llegue alto y claro a Brody para que...

Hunter tira de mí y me besa. No es como el beso que compartimos ayer en la cocina —aquí no hay lengua—, pero no importa. Me quedo sin respiración de todas formas.

—Nos vemos luego —dice él. Me sonríe de manera ladeada y se aleja por el pasillo, con las manos dentro de los bolsillos de la chaqueta de cuero y la apariencia de quien quiere hacerte creer que no ha roto un solo plato en toda su vida.

Sigo sintiendo el sabor de los labios de Hunter el resto de la mañana.

♥︎ ♥︎ ♥︎

Nil y yo vamos juntos a Economía avanzada. Es una asignatura que a ambos se nos da fatal, pero él asiste por obligación —cuando tienes un hermano mayor que estudia Economía en la universidad y que es superdotado, al final vuestra relación se enturbia por culpa de la competitividad. O eso me ha dicho él— y yo porque quiero que me dé puntos extra de cara a la elección del valedictorian.

No han transcurrido ni dos minutos de clase cuando me llega una notita. No tengo que girarme para saber de quién es.

Qué fuerte. Tú, Hunter. Qué fuerte.

Echo un vistazo al profesor. Está tan centrado en la lección que no veo ningún peligro en contestar.

¿Hola? ¿Te recuerdo que no es de verdad? Porque no lo es.

Destaco el «verdad» con varios círculos y le entrego la notita. Tengo suerte de que nos sentemos en pupitres colindantes.

Nil me responde segundos después.

Ya lo sé, tonta, pero déjame vivir de ilusiones. Ya sabes que vuestras relaciones son lo más cerca que estaré nunca de sentir lo que es estar en un noviazgo, sin contar los libros y los fanfics.

Pongo los ojos en blanco. Escribo:

Que seas arromántico y asexual no quiere decir que no encuentres a alguien con quien estar, si es lo que quieres. No le pongas excusas a tus ansias de cotilleo.

Nunca digas nuncaWhere stories live. Discover now