Nunca digas nunca

SEIS

El resto de la semana es de lo más normal. Bueno, todo lo normal que puede ser una semana en la que finges tener una relación con tu mejor amigo.

Adquirimos una especie de rutina.

Hunter me lleva a clase cada mañana, caminamos juntos de la mano y nos damos un par de besos antes de dirigirnos hacia nuestras respectivas clases. A veces, espera a que terminen los entrenamientos del club de baloncesto para llevarme de vuelta a casa, pero eso es algo que ya hacía antes de que empezáramos con semejante locura, así que, en realidad, las cosas no han cambiado tanto entre los dos.

Tanto esfuerzo está generando sus frutos. Últimamente, @coticreek está que arde.

@coticreek: ¡hola, querides cotillas! ¿Lo habéis vito? ¡Por supuesto que sí! Hunter e Ivory, Ivory y Hunter. ¿Quién lo iba a decir? ¡Pues nosotres! Vuestra cuenta de cotilleo de confianza fue la primera en sacar a la luz las imágenes del posible romance, y ahora está más que confirmado. ¡De nada! Estamos deseando ver qué les depara a la nueva parejita.

@coticreek: ¡hola, querides cotillas! Oh, ¿habéis escuchado lo último del Creek? No te preocupes, que aquí estamos nosotres para contároslo. Parece ser que Brody Pearson, sí, el hijo de nuestro querido dire (¡un besito!) está que ARDE con el nuevo romance entre Hunter e Ivory. Nuestro nepobaby favorito no soporta que su ex se pasee de la mano con el truhan de Hunter. ¡Qué emoción! ¿Qué pasará entre ellos? ¡Seguidnos para no perderos nada sobre este inesperado triángulo amoroso! Tenemos que admitirlo: no estábamos tan emocionades e indecises desde Crepúsculo.

Willow y Nil tienen razón: aunque nadie admita jamás que sigue a @coticreek, el caso es que sus posts alcanzan los miles y miles de likes.

Bueno, parece que funciona, ¿verdad? A pesar de todo, Hunter y yo hemos conseguido engañar a todo el mundo. Lo admito: me siento mucho más aliviada de lo que esperé. Aunque odio mentir, es fácil cuando se trata de Hunter. Y, al final, él tenía razón: lo quiero. No finjo nada de lo que hago con él, salvo los besos. No finjo las carcajadas que me saca cuando menos me lo espero, o los abrazos que me da y que muchas veces son lo único que logran ralentizar los latidos de mi corazón cuando estoy nerviosa. No finjo que hay momentos en los que necesito verlo y hablar con él porque solo Hunter puede convencerme de que el mundo sigue girando sobre su propio eje.

Está siendo la relación falsa más sencilla de la historia.

Por lo menos, Brody parece haber captado la indirecta. De momento. Si algo caracteriza a mi ex es que siempre vuelve a buscarme. Y si algo me caracteriza a mí es que siempre caigo, como las polillas que se acercan demasiado a la luz y se queman.

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El temido viernes, la ansiedad no me deja dormir nada.

—Bonitas ojeras —saluda Hunter cuando me monto en el asiento del copiloto del Chevrolet—. Admítelo, no has dormido porque estabas pensando en mí y en la espectacular cita que tendremos esta tarde.

—Muy gracioso —espeto. Pero, como se trata de él y no le puedo engañar, suspiro—. Tú no eres quien me quita el sueño, sino... Necesito que me digas qué tienes planeado.

—Ni de coña —contesta. Sube el volumen de la radio y abre la guantera en busca de unas gafas de sol y me las tiende—. Te vendrá bien no saber algo, por una vez.

—Cabrón —susurro, algo enfadada. Acepto de buena gana las gafas de sol y me las pongo sobre el puente de la nariz. Me quedan fatal, pero camuflan los signos de mi insomnio y son mejor que nada—. ¿Por qué me torturas? Me odias, es eso, ¿verdad?