VEINTICUATRO

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Cuando Hunter me besa pierdo la noción del tiempo y el espacio. Dejo de comprender conceptos como «arriba», «abajo», «horas» y «minutos». Se me olvidan todas las definiciones y solo existe una palabra. Más. Más. Más. Más.

Aunque, al parecer, Hunter no piensa igual.

—Espera —me dice. Y joder, no quiero. Por favor, que no tenga ganas de hablar, porque no hay nada que me apetezca menos que eso—. ¿Estás segura, Iv? ¿Quieres...?

Nunca he visto a mi mejor amigo tan inseguro. Y no es porque no quiera, porque es evidente que desea esto tanto como yo, sino porque... duda. Me está dando la oportunidad de olvidar esta locura y dar media vuelta.

No lo hago.

Asiento. Le tomo de la mano y tiro de él hacia las escaleras.

He venido hasta aquí. Si me marcho ahora, sé que no volveré a reunir el valor suficiente para dar el paso.

Por una noche, solo por unos instantes, quiero fingir que esto es real. Que somos dos personas que se gustan en lugar de un par de amigos que están a punto de dinamitar su relación.

Hunter se muestra mucho más seguro cuando me besa en su habitación. Me acuna la cara con las manos y acaricia la piel de mi mejilla con su dedo pulgar. Un beso, y luego otro. Y otro más. Docenas de besos desordenados mientras yo retrocedo. Roces torpes y respiraciones agitadas cuando tropiezo y caigo sobre su cama y lo arrastro a él conmigo. Y ya no solo nos besamos, porque eso no es suficiente. La impaciencia nos puede, su lengua me nubla la razón.

Hunter me besa el cuello mientras sube mi vestidito con las manos. Yo araño la piel de su abdomen cuando sube y muerde mi lóbulo inferior. Se acomoda mejor entre mis piernas y empieza a rozarse contra mí, consiguiendo que suelte un gemido quedo.

Joder.

Cuando me quita el vestido, siento un escalofrío. Hunter me observa unos segundos, los suficientes para prender una llama en el interior de mi estómago. Nunca me había mirado así. Nunca se me ocurrió que pudiera mirarme así, con tanto deseo. Me hace sentir poderosa y valiosa. Con él no tengo ganas de taparme. No tengo la necesidad de ocultar ni uno solo de los defectos de mi cuerpo, porque dan igual. No importan las estrías, o los michelines. No importa que tenga el pecho desigual o que no me haya depilado bien las axilas.

—Joder, Iv —gruñe, la voz ronca y yo vibro—. ¿Puedo...?

Asiento y me incorporo un poco para facilitarle la tarea de quitarme el sujetador. Dios, cómo me gusta que me pida permiso. Me hace sentir como si fuera yo la que tuviera las riendas de la situación en lugar de estar dejándome llevar.

Hunter acerca los labios a mi pezón derecho y yo contengo la respiración, expectante. Cuando lo lame, me estremezco. No ha sido más que una toma de contacto, una prueba para comprobar mi reacción. Satisfecho, mi mejor amigo sonríe y juguetea con más seguridad. Su lengua me hace unas cosquillas agradables. Presiona con suavidad el izquierdo y yo tengo que contener un sonido exagerado. Tan concentrada estoy en lo que está haciendo en mi pecho que no veo venir su siguiente movimiento. Su mano libre baja y baja hasta la cinturilla de mis bragas y continúa su aventura entre mis piernas. Cuando me toca doy la batalla por perdida y gimo sin vergüenza alguna. Cierro los ojos y me dejo llevar por las sensaciones.

Al principio, solo me acaricia. Explora un poco, tratando de averiguar qué es lo que me gusta. Me lo pregunta directamente, muy cerca del oído. «¿Qué quieres que haga?», me susurra, y yo solo atino a pedirle que me meta un dedo, «pero solo uno», insisto. Y Hunter obedece. Pero no tardo en darme cuenta de que no es suficiente, así que le pido que sean dos. Mi mejor amigo suelta una risita. Me quita las bragas, las tira al suelo y cumple con mis órdenes. Me besa el cuello mientras sus dedos entran y salen y yo me fundo. «¿Te gusta así?», pregunta, y yo asiento. Le susurro un «un poco más... así, mejor», entrecortado y Hunter me lame el pecho una vez más, como si no quisiera dejar ni un solo centímetro de piel sin probar. En la cama es un alumno de lo más aplicado.

Nunca digas nuncaWhere stories live. Discover now