ONCE

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A las nueve de la noche, Hazel me avisa de que Brody ha comentado el post de @coticreek.


@Brody_Pearson

Esto es FALSO. @IvoryM.Spencer_ me ayudó a bajar hasta la calle y pidió un taxi porque yo estaba tan borracho que no podía caminar. No hay nada entre nosotros.


Toma ya.

A ver, sé que he dicho que Brody no es un mentiroso, pero realmente dudaba que diera la cara. Como hijo del director, tiene que mantenerse alejado de cualquier problema para no perjudicar la imagen de su padre. Y admitir que iba pedo en la cuenta con más seguidores del Creek no es, lo que se dice, ser discreto. Me pregunto si le castigarán, y luego tengo que recordarme que me da igual lo que le pase.

Desde que rompimos tengo bloqueado el teléfono de Brody. No es la primera vez que tengo ganas de desbloquearlo, pero sí la vez que lo busco entre mis contactos y lo hago. Capullo infiel. Todavía no le he perdonado lo suficiente para cambiarle el nombre. Dudo, con el pulgar sobre su nombre.

¿Debería darle las gracias? Toda esta situación es muy injusta. Para empezar, el post es falso. Y, para seguir, me da rabia que la gente se dé cuenta y recule con los comentarios de odio solamente porque Brody ha salido en mi defensa. Como si lo necesitara. En fin, es cierto que yo no he dicho nada, pero estoy segura de que, aunque lo hubiera hecho, nadie me creería. Porque es evidente que la palabra de un tío vale mucho más que la de una chica, claro.

Siempre es igual.

Tiro el móvil encima de la cama y entierro la cabeza debajo de la almohada. No, no voy a caer. No pienso hablar con Brody, y mucho menos agradecerle nada. No me arrepiento de haberle ayudado ayer, pero nunca debí bajar la guardia. No con él. No cuando solamente me hace falta una de sus sonrisas para derretirme por completo.

♥︎ ♥︎ ♥︎

La señora Prior está enferma. No es nada grave, pero sí lo suficiente para que tengamos que trasladar la actividad a su habitación. Hoy toca hacer algo que no requiera un gran esfuerzo, al menos por parte de las ancianas, así que ellas están tumbadas en sus respectivas camas y yo leo un libro en una butaca situada junto a la ventana.

La señora Rodriguez teje mientras me escucha.

—Un momento —me corta—, entonces, ¿el chamo es el vampiro?

—¿Edward? —pregunto. Me hago la misteriosa y me encojo de hombros—. No lo sé.

—Es obvio que sí —salta la señora Prior—. Si te estuvieras callada ya lo sabríamos.

La señora Rodriguez pone los ojos en blanco y yo me aclaro la voz.

—«Me di cuenta de que había dejado de andar otra vez. Ahora estábamos al abrigo del tejado de la cafetería, por lo que podía contemplarle el rostro con mayor comodidad, lo cual, desde luego, no me ayudaba a aclarar las ideas.» —Trato de poner una voz ronca y profunda para leer la siguiente frase—: «Sería más... prudente para ti que no fueras mi amiga, pero me he cansado de alejarme de ti, Bel...»

—En mi época —vuelve a cortar la señora Rodriguez—, los chamos tenían que cortejarnos durante meses antes de atreverse a decir algo semejante.

De no ser porque la señora Prior está algo mareadilla, estoy segura de que le habría lanzado un cojín a su compañera de habitación.

Al paso que vamos, no terminaré Crepúsculo ni cuando sea yo la que esté ingresada en la residencia.

Nunca digas nuncaDär berättelser lever. Upptäck nu