Capítulo 18

45 11 20
                                    

Sí, sí, te quiero – prosiguió la flor –. No has sabido
nada, por mi culpa. No tiene importancia. Pero
has sido tan tonto como yo. Procura ser feliz...
Deja el globo en paz. Ya no lo quiero.
El Principito

Se lo contó todo, desde su nefasta relación con Emily en el instituto, pasando por la que tenía con Derek, el baile de fin de curso, hasta llegar a aquella misma noche. Había sido un cúmulo de información muy grande para Steve, tenía que procesarla poco a poco porque aquella semana estaba siendo la más larga de todo el año entre lo de su padre, los duros entrenamientos para el partido, el empate con Harvard, sus extraños pensamientos con Kai y ahora lo de Emily.

– Sé que seguramente no vas a creerme, pero después de lo ocurrido hoy no me apetece mentir a nadie – puntualizó la chica que, por primera vez, se había sincerado completamente con alguien más que con Harriet o Ethan.

Volvieron a quedarse en silencio. Steve no sabía qué pensar; por una parte, creía a Kai porque, como bien había dicho, no tenía necesidad de mentirle aquella noche y era obvio que estaba disgustada con Derek por haberle sido "infiel". Lo que no le entraba era que fuera Emily la que llevó a cabo esa infidelidad. Vale, reconocía que últimamente discutían más que antes, cierto es que también se veían más, pero no era una mala chica o, por lo menos, en la intimidad. De hecho, Emily era más comprensiva de lo que aparentaba y había perdonado fallos muy gordos de Steve. Pero él nunca le había sido infiel ni le había dado motivos para que ella lo fuera.

¿O sí?

Entonces miró a Kai y se acordó de lo que no debía, de aquel beso que no quería reconocer como infidelidad, pero que al mismo tiempo lo era. Pensó que por esa razón debería perdonar a Emily, igual que perdonó a su padre, porque al fin y al cabo se encontraban en el mismo punto de traición, a su parecer. Y cuando ella se giró para mirarle esperando una respuesta, se le pasó por la cabeza si volvería a besarla otra vez. Al instante lo negó, sabía que no estaba bien y de él no saldría el impulso de hacerlo. Pero si ella se lo pidiese...

– Steve, me sabe muy mal que...

"Por favor no hables ahora", pensó él, pero la cortó encendiendo el coche. Iba a llevarla a la residencia, necesitaba salir de allí.

– Necesito pensar – fue lo único que pudo decir.

Se encontraba confuso por muchos lados sin saber como reaccionar de forma correcta. Cuando se sentía así solía huir para refugiarse en la única cosa que le calmaba, algo que le esperaba en su apartamento y que necesitaba tocar con urgencia.

Kai tampoco estaba segura de que sentir. Odio seguro, por Emily, más que por Derek, ya que ella fue la encargada de todo lo ocurrido esa misma noche y la de hacía un año atrás. También sentía lástima por Steve. Miedo por no saber cuál podía ser la reacción de él, si las cosas seguirían bien entre ellos o volverían a ser dos conocidos orgullosos como al inicio. El chico también tenía miedo, pero de quedarse solo, porque se conocía y sabía como de autodestructivo podía ser cuando estaba bloqueado. No quería dejarse vencer por sus pensamientos negativos. Se oponía.

– ¿Tienes algo que hacer mañana? – preguntó serio, sin separar la vista de la carretera.

– Nada urgente, ¿por qué?

– Quédate a dormir conmigo – lo soltó sin pensarlo dos veces, porque sabía que de ser así se arrepentiría. Pero la necesitaba, necesitaba su paz.

Kai se ruborizó porque nunca había dormido en casa de ningún chico que no fuera Ethan, ni siquiera con Derek.

– Por favor.

Mentiras || DISPONIBLE EN AMAZONWhere stories live. Discover now