Capítulo 52

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Si dos sistemas interaccionan entre ellos durante cierto
tiempo y luego se separan, podemos describirlos como
dos sistemas distintos, pero de una forma sutil se vuelven
un sistema único. Lo que ocurre a uno sigue afectando
al otro, incluso a distancia de kilómetros o años luz.
Ecuación de Dirac

Kai se sentía algo rara en aquella fiesta, por mucho que su relación con Alyn estuviera en subida, no había sufrido mejoras respecto a Steve. Según lo que le aseguró la mejor amiga de este, su trato en verse a ella estaba empezando a mejorar, pero Kai no lo veía por ningún lado. Él no aparecía nunca, no la llamaba y apenas parecía estar en casa. Lo había visto alguna vez cuando quedaba con Lorie después de un entreno y aunque fuera simpático estaba muy lejos de ser cercano. Así, poco a poco empezó a perder la esperanza día tras día y mientras un pensamiento disminuía, crecía otro, porque su madre no dejaba de insistir con su vuelta a Hawaii.

Respecto a todo eso, le prometió a Lorie que intentaría olvidarse de todo durante aquella noche para poder disfrutarla al máximo. Por ella, por él y por Alyn, la cumpleañera.

– Tan solo te quedan cuatro horas – puntualizó Kai cuando iban de camino a la fiesta. Pudo notar como Alyn no disfrutaba tanto de ello –. ¡Venga! ¡Anímate!

– No quiero cumplir veinte. Y te recuerdo que a ti te queda un mes – comentó.

– Sí, pero ya habrá tiempo para preocuparse por eso –. Se rio.

Una vez llegaron, poco duraron juntos, se fueron dispersando por grupos. Kai tuvo un pequeño deseo de quedarse a solas con Steve, pero no fue posible, ya que este se marchó por su lado con la cumpleañera. Al fin y al cabo, era su mejor amigo, era obvio que fueran a pasar tiempo juntos, así que ella fue arrastrada por Lorie al jardín, donde encontraron otra mesa llena de bebidas.

– ¡Vaya! – exclamó el moreno –. Esto sí que es una buena fiesta – afirmó.

– ¿Tienes pensado emborracharte mucho? – preguntó esta, analizando la indecente cantidad de alcohol que había allí encima.

– Emborracharnos mucho, cielo –. Le guiñó el ojo. Justo después fue directo a rellenar dos vasos bien cargados.

Así empezó la excitante noche que les esperaba.

Kai perdió la noción del tiempo al segundo vaso. Supo que estuvo gran parte del tiempo con Lorie: jugaron al BeerPong, estuvieron bailando, cantando, hasta se tiraron en la piscina con ropa. Sí, pudo darse cuenta cuando se vio completamente mojada junto a su amigo. 

Cometió varías locuras aquella noche, lo mejor de todo fue que apenas se acordó de que Steve estaba en aquella fiesta, ni tampoco se percató de que él estaba vigilándola la mayor parte del tiempo.  

Cuando salieron de la piscina ayudó a Lorie a quitarse la camiseta mojada para que no pillara frío. Iba tan borracho que apenas podía solo, durante aquel tiempo no dejaron de reír.

– ¿Puedes estarte quieto? – preguntó entre risas mientras aguantaba la base de la pieza de ropa.

– Te juro que yo no me muevo, se mueve el mundo.

– Tú estás dentro del mundo, Lorie, tú te mueves – relacionó como si fuera lo más lógico que jamás hubiera dicho. Realmente, el alcohol hablaba por ellos.

Finalmente, consiguió despegar la prenda mojada del cuerpo. Lorie se la echó al hombro, quedando solo con los tejanos y las zapatillas puestas. Kai pudo ver el cuerpo formado del chico, era parecido al de Steve, solo que un poco más moreno, se notaba que también se cuidaba, de hecho, entendió porque solía atraer tanto a las chicas. Entonces recordó lo que Harriet le había mencionado aquella tarde en Cookie's. ¿Si tuviera la oportunidad, lo intentaría? Quiso echarle la culpa a su estado de embriaguez por pensar aquello y por no reprimir su impulso de tocar el torso desnudo de él.

Mentiras || DISPONIBLE EN AMAZONWhere stories live. Discover now