⸺𝗧𝗔𝗘𝗖𝗬𝗘𝗢𝗡 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖.
Sohee lo tiene todo, de verdad, ¡todo! Con una carrera estable y una vida amorosa que por primera vez parece ir bien después de tantas decepciones, la actriz no puede hallarse más alto.
Los problemas surgen cuando Tae...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
TAECYEON
—Buenos días. —saludó alegre Yunjin después de que ingresó a mi oficina.
—Buenos días. —respondí con mi habitual sonrisa e hice espacio en mi escritorio para que pudiera dejar el café y los informes que traía en sus manos.
Yunjin era mi secretaria, pero la consideraba más que eso, ya que la conocía desde la secundaria porque habíamos sido compañeros de clase.
Era mi mejor amiga y mi madre a la vez, dado a que no solo nos llevábamos muy bien, sino que cuidaba mucho de mí y yo, a falta de tiempo, trataba de devolvérselo como podía.
—Te veo muy feliz hoy, hasta te has aseado. Puedo sentir el aroma a limpio de tu traje y la fragancia a manzana que desprende tu cabello. —se burló, mirándome.
—Ya era hora de darme la ducha mensual. —le seguí la burla.
—Por cierto, quería preguntarte algo...¿ahora tendré que estar al tanto de dos agendas o vas a contratar una segunda secretaria para tus trabajos artísticos? —se cruzó de brazos— Me tendrás que dar un aumento si me tienes así, eh.
Largué una risa nasal y negué leve con la cabeza.
—Tendrás tu aumento, por supuesto. Aunque no creo que la ''agenda artística'' se llene tanto.
—¡Sí! —hizo un gesto de victoria con su brazo— Mejor para mí. Y puede que tengas razón, la estuve viendo ayer y solo tienes unos pocos eventos por ahora.
—Estaré muy ocupado con Sillues este mes.
—Cuéntame sobre tu novia. —Yunjin tomó asiento en la silla que se ubicaba del otro lado del despacho y pegó sus codos al mármol, apoyando luego su mentón en sus manos.
—Deja de fingir que no la has googleado. —dije imitando su pose.
—Es muy bonita. —expresó— Creo que podría ser tu chance para que por primera vez te pongas serio en una relación romántica. Tienes más de treinta y todavía no te has comprometido con nadie.
Fingí que sus palabras me impactaron como un cuchillazo en el pecho y me lo cubrí, simulando que me dolió físicamente.
—Mira quién habla. —contraataqué— Debes pensarlo dos veces antes de hablar de mi edad cuando ambos hemos nacido con días de diferencia.
—Bueno, solo digo. No sería mala idea, creo que tienes potencial para ser un buen esposo. —me mostró una sonrisa pícara.
Hubo una pausa en la que me limité a responderle con una sonrisa suave y desviar mi mirada hacia el mármol que nos separaba.
—Solo serán negocios. —hice otra pausa— Y tiene novio.
