#27 : Lluvia fuerte

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META DE VOTOS: 5

SOHEE

El trabajo se apiló y mi agenda se llenó, dejándome pocos momentos a solas para compartir con Taecyeon.

La mayoría de los días me la pasé en el estudio, trabajando para la película y haciéndole porras desde mi corazón a mi cerebro para que viviera el presente. En poco tiempo y gracias a la circunstancias, me volví cercana al elenco y eso incluía a Minhyuk. Todo transcurría relativamente bien hasta que, una tarde en medio de un receso para almorzar, mis ojos lo descubrieron viendo fotos de Haemi en Instagram.

No le pregunté nada porque no quería quedar como chismosa, aunque me colmaba de curiosidad el saber qué relación tenían. Y en cuanto pudiera ver a Taecyeon en persona se lo haría saber.

Quizá solo le parecía linda y por eso estaba mirando sus fotografías.

No había recibido noticias relevantes sobre la modelo en las que pudiera pensar. Lo único que supe, gracias a Jen, fue que tenía una carrera muy prometedora en sus inicios pero que desapareció de las cámaras por razones desconocidas. Después de su reaparición pública, Haemi no mencionó nada sobre su pasado y la mayoría de las especulaciones recaían en alguna enfermedad o algún tipo de infracción en su contrato que la llevó a romper lazos con su agencia anterior.

Tampoco me importaba tanto lo que hiciera de su vida. La quería lo más lejos posible de mí y de Taecyeon. Sin embargo, una luz de curiosidad se encendió en mí al ver a Minhyuk observar sus fotos. Era extraño. No me cerraba mi propia suposición de que podrían ser familiares, tenía más sentido que hayan sido pareja o algo parecido.

O de nuevo, quizá solo le parecía linda y se trataba de una simple coincidencia.

(...)


Cada momento breve o prolongado compartido con Taecyeon era aprovechado al máximo. Nuestro trato se volvió mucho más cariñoso y era evidente que estábamos en las fases más "romanticonas" de nuestra nueva relación que aún no tenía título definido.

No éramos novios, pero habíamos dejado de ser solo amigos después de compartir tantos besos que, irónicamente, fueron furtivos.

Cada vez que su cuerpo se acercaba al mío, mi corazón se aceleraba, mis piernas temblaban y la sangre hervía en mis mejillas. Cuando sus labios se encontraban con los míos, tenía que hacer esfuerzos por no dejarme llevar por el deseo que no tardaba casi nada en aparecer. Era un trabajo de a dos, no obstante y para mi sorpresa, él era mucho mejor que yo en eso. Siempre que notaba que mi cuerpo amenazaba con perder el control, sus labios me besaban de forma más tierna y calmada, como intentando apaciguar las llamas de mi interior.

Todo eso me producía una sesión de besos con él y era algo que hacía años no me sucedía. La química era increíble y lo que más me encantaba era que sabía perfectamente que yo no era la única así, por más de que él tuviera más control y lograra frenarme, habían señales obvias de que la misma sensación lo alcazaba.

Si se entiende a lo que me refiero.

Mis mejillas tomaron color rojizo al pensar en esas sesiones de besos a escondidas. Como dije antes, no contábamos con el tiempo suficiente, al punto de que ni siquiera habíamos podido organizar una cita. Yo me hallaba en extremo ocupada con el la filmación y él con Sillues, en medio de todo también tuvo que hacer viajes y esos días no hice más que preocuparme en exceso por su seguridad. Me fue imposible no hacerlo.

Llegué a mi departamento y me desplomé en el sofá. Una pequeña llovizna que se estaba transformado lentamente en lluvia había empezado hacia poco.

Debía tomar una ducha y preparar la cena, pero me daba muchísima pereza ponerme a hacer todo eso. Para colmo, no podía ordenar comida porque en medio de las filmaciones estaba totalmente prohibido arriesgarse a engordar. Siendo honesta, todo el año existía esa regla, pero en medio de un proyecto largo era importante evadir cambios físicos a todo nivel.

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