#23 : Corazón sincero

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META DE VOTOS: 5

TAECYEON

Mi atención se centraba tanto en Sohee que el ligero flash que percibí a lo lejos fue mucho menos alertador de lo que tendría que haber sido. Tenía el pulso acelerado y mis interiores acalorados, era una combinación de sentimientos que batallaban entre sí.

No quería pensar de más, pero tampoco quería soltar todo de forma inapropiada.

Una gran parte de mí quería contarle a Sohee sobre Haemi y una pequeña parte seguía atemorizada del resultado final. No quería ser rechazado, menos después de lo sucedido. Todo ese rejunte era una innegable señal de que lo que ella me generaba y no podía seguir tomándolo a la ligera.

Porque esa abrupta rotura de distancia, fue suficiente para seguir provocándome ganas de besarla aunque el miedo quisiera acecharme.

Intenté calmarme y bajé la mirada. Nuevamente nos hallábamos distanciados uno del otro, noté que la actriz me miraba de reojo y continué con los ojos puestos en el piso, buscando cómo comunicarme de la mejor manera.

—Haemi me fue infiel. —arranqué a decir— Es por eso que terminamos en primer lugar. Fue...la segunda mujer de la cual me enamoré. —se lo contaría.

Había conocido a Haemi un tiempo después de terminar la universidad. Ambos teníamos veinticinco años y estuvimos juntos por tres.

Antes de conocerla me caracterizaba por tener un estilo de vida en donde no manejaba compromiso alguno y era muy irresponsable, lastimando a más de una mujer. Cambié por unos años cuando la conocí a ella y estaba dispuesto a casarme, incluso formar una familia. Luego de que ella me lastimase, volví a retomar mis viejos hábitos pero intenté suavizarlos. Entendía que se sentía ser descartado y era una sensación horrible.

Por lo que, de los veintinueve a los treinta y dos, viví bajo esa modalidad ''más consciente.''

Sohee fue percibida como un capricho a cumplir la primera vez que la vi. No quería enamorarme de ella, no obstante, la atracción caprichosa combinada con una amistad cambió mucho las cosas. La estaba conociendo y no era una pérdida de tiempo, mis acciones demostraban que me importaba más de lo que quería admitir.

No podía seguir mintiéndome, me gustaba de en serio. Quería saber cómo iba su vida personal, cuidarla, escucharla, ayudarla, serle útil.

Quería ponerla antes que a mí.

Entré un poco más en el asunto de mi pareja y le conté detalles fundamentales. Desde que nos conocimos hasta cómo descubrí su infidelidad a través de unas fotos y capturas de mensajes de textos que uno de los tantos chicos de Haemi me mandó en ese entonces. 

En resumen, ella tenía los mismos hábitos que yo y aunque intentó enamorarse de mí, no fui suficiente.

Eso fue lo que me dijo, con palabras mucho más dulces que venían envueltas en disculpas que sonaron sinceras, la noche en la que me bombardeó con mensajes para vernos.

La noche en la que dejé a Sohee cenando sola en Bicene.

Pero me dije que ahora no la abandonaría por nada del mundo, no importaba si Haemi decidía llamar de repente.

Fui paciente con todas las preguntas que me hizo Sohee y me di cuenta de que lucía un poco triste. No supe si por ella, por mí, por ambos o por la situación en sí.

—Lo siento mucho...—me dijo y yo solté una sonrisa amarga.

—No es tu culpa. Creo que fue el karma. —esa era mi excusa más habitual ante el corazón roto. Al menos, era algo que mi abuela solía decir; ''Todas las acciones realizadas, buenas o malas, vuelven duplicadas''. En aquel tiempo quería creer en eso para no sentirme tan miserable.

—..¿Qué hay de Yunjin? ¿No sientes nada por ella? —su mirada se apartó de mí.

No quería mentirle, mas no sabía cómo abordarlo sin que sonase mal. Mi historia con Yunjin se remontaba mucho tiempo atrás, puesto que era muy joven cuando me enamoré de ella. El problema fue que nunca se dio en el momento correcto y hasta la fiesta de Sillues, sensaciones del pasado amagaron con volver al presente en un arranque de cansancio emocional. Uno en el que dije cosas ridículas y dejé que mi lado vulnerable y asustado me tomase.

Mi reacción esa noche no se originó de la nada. Empecé a sentirme enojado cuando el alcohol que compartí con Haemi me recorrió las venas, después de que ella partiera al baño y me dejara solo por unos instantes en el que decidí caminar por el jardín. Detestaba que se hubiera disculpado de manera tan adecuada y tan correcta por su actuar en la mesa, de que me mirara con ojos llenos de preocupación y aparente enamoramiento. Me dejó con un caos dentro de mi ser que nadie veía y que salpiqué en Yunjin y terminé mostrando, sin querer, a Sohee.

Le expliqué lo que creí clave como pude. No quería arruinarlo.

SOHEE

Al principio las palabras se atascaron y no quisieron volver a salir. No me esperaba que Taecyeon me revelase tanta información al respecto. Me generaba sentimientos encontrados, me hacía sentir bien saber que teníamos tantas barreras rotas, pero estaba asustada y enojada conmigo misma.

Necesitaba sacudirme y dejar de pensar tanto ¿Qué haría ahora?

Quería acercarme a Taecyeon y al mismo tiempo tenía miedo de no ser suficiente. Una sensación no tan rara que me asechó de la nada y que no era la primera vez que la vivía cuando me interesaba en alguien de manera romántica. No obstante, era la primera vez que la vivía con él.

Me empecé a comparar con Yunjin y Haemi, dos mujeres hermosas y que poseían un perfil distinto al mío.

A lo largo de los años había construido autoestima y el pensar de más amagaba con derrumbarlo. Tenía el temor de que, si accedía, decidiera irse de un segundo a otro. Todos sus atentos gestos y también los coqueteos que solía hacer desaparecieron momentáneamente debido a mis miedos.

No quería confiar en él y volver a ser lastimada.

¿Por qué estoy paralizada? ¿Tanto me importa? ¿Tanto me gusta?

—¿Sohee? —oí su voz, que empezaba a gustarme muchísimo.

—Lo siento, yo...—quise frenarme, pero me obligué a continuar— solo estoy confundida y asustada.

—Lo entiendo. —se apresuró a responder— Yo igual me siento así.

Se hallaba frente a mí, la distancia consistía en dos pequeños pasos que quizás ninguno tomaría.

—¿Cómo es posible que tú te sientas así? —no pude contener lo que dije.

—Pues no me gustaría que me rechaces. —tragó saliva— Y si no lo haces, haría lo posible para que estés conmigo y nadie más.

El calor en mis mejillas aumentó y mi corazón enloqueció.

—Me gustas. —dijo, mirándome fijamente— Me gustas aún más que antes y si me dices que espere...será difícil verte y no poder besarte, pero esperaría por ti.

Con lentitud y suavidad, me tomó por los hombros y me pegó su mirada.

Era complejísimo espantar mis ganas de volver a besarlo, de volver a sentirlo. Sin darle una respuesta verbal, tomé su rostro en mis manos y me acerqué al mismo. Lo besé y lo besé, mientras sentía como sus cálidas manos me resguardaban de lo que sucedía alrededor nuestro.

—También me gustas...—musité en medio de los besos. Mis brazos se hallaban enredados en su cuello y él traía sus manos agarradas a mi cintura.

Tenerlo tan cerca mío era mágico y la repentina sensación de un nuevo comienzo repleto de emociones culminadas de esperanza, me hizo sentir como si tuviera diez años menos de los que tenía.

META DE VOTOS: 5

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