FIFTEEN

293 37 36
                                    


Que se mueran los incrédulos envidiosos si nos tronchan el destino

No lo dude una lengua venenosa es más mortal que un cuchillo

Que caigan todos en un abismo

Si es que no aceptan nuestro idilio

Que se ahoguen con su odio en el lodo de la envidia y la malicia

Y que la vida los maldiga, si no me quieren ver contigo...




HOSEOK

Me desperté desubicado y con la garganta seca. Me senté en la cama abriendo mis ojos con pesadez y sentí unas ganas de vomitar, alarmándome inmediatamente, cuando me percaté de que no me encontraba en mi habitación. Mire a mi alrededor aturdido y desorientado, encontrándome con una mesa del lado derecho y otra en el izquierdo, encima de esta última, había un monitor de signos vitales, con un horrible e insoportable pitido, que amenazaba con volverme loco. Los zapatos pisando fuertemente de fondo, eran delirante. Pero lo que más causo mi desesperación, fue el fuerte olor a medicamento que inundaba la habitación, era asqueroso y me daba nauseas. Entonces lo entendí. Los recuerdos viniendo de golpe a mi cabeza, haciéndome estremecer por dentro y por fuera, de una manera exagerada. Así que, tomando una larga respiración, trato de controlar el vértigo en mi estómago y las sensaciones de mi cuerpo, mientras decido no pensar mucho en todo sucedido, durante las últimas horas.

Observando nuevamente a mi alrededor, termino de confirmar que estoy solo. Pero. ¿A dónde había ido, Sejun? ... Exhalando un débil suspiro, tratando de incorporarme en la cama de hospital, cuando un débil mareo me hace retroceder, desistiendo y obligándome a dejar caer mi cabeza en la almohada, nuevamente.

Maldigo internamente y lo vuelvo a intentar, cuando la puerta de la habitación es abierta de golpe.

— No deberías estar haciendo eso. —Dijo Min Yoongi, entrando en la habitación, con una enorme sonrisa cálida, seguido de una enfermera, que inmediatamente se acercó a la bolsa de dextrosa para asegurarse que estuviese bien. Posteriormente, el Dr. Min, se acercó a mí, sin borrar en ningún momento la sonrisa de su rostro. Deteniéndose frente a la cama, pregunto. — ¿Cómo te has sentido?...

Dejo escapar un gemido débil, incorporándome ahora con la ayuda de la enfermera, que eficientemente me ayuda a mantenerme estable, para ágilmente acomodar unas almohadas en la parte posterior de mi cuello y dejarme en una posición adecuada. Sintiéndome con el cuerpo menos tenso y un poco más relajado, miro a Yoongi y digo.

— Siento como si me hubiese pasado un auto de carga pesada por encima. —Hago una pausa, recibiendo el vaso de agua que la enfermera que tiende, y lo tomo de un sorbo, para posteriormente gemir de satisfacción y continuar. —Me duele horrible la cabeza y ni se diga el cuerpo. —Un quejido escapa de mis labios, cuando intento moverme un poco, eventualmente agregando. —Hermoso Jesús. ¿Qué fue lo que me hicieron?

Yoongi sonríe ante mis palabras y niega con la cabeza.

— Bueno, es normal que te sientas así Hobi... Has tenido un accidente y el golpe que recibiste fue bastante fuerte. Lo bueno, es que pudieron intervenirte a tiempo y que el golpe no hizo ningún daño mayor y del cual preocuparse...Eres fuerte, Hobi.

— ¿Voy a estar bien?

— Por supuesto... Ahora. Necesito revisarte y asegurarme de que todo marche bien. ¿Te parece?

FORBIDDEN LOVEOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz