Capítulo 20

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There's something in the water
I do not feel safe
It always feels like torture
to be this close
I wish that I was stronger
I'd separate the waves
Not just let the wáter
Take me away

The Water by Hurts

Sombras se proyectaban en la pared mientras distintas personas caminaban frente al proyector. Becca estaba sentada frente a ella en un taburete, con los codos en las rodillas y los ojos hacia el suelo, intentando distraerse de algún modo y no pensar en cómo todas esas personas decidían su vida ante sus ojos sin preguntarle ni comunicarle nada siquiera. Podía ver expectación es sus caras, buscando un nuevo camino que ella debería recorrer junto a ellos, aunque no supiera lo que le esperaba cuando finalizase. Sabía que debía decir algo, que era su vida, pero también sabía que no la escucharían si lo hacía

Adam llevaba las gafas ese día y se encontraba junto a ella, escuchando las palabras de todas esas personas con mucha atención, y dándole la mano para intentar tranquilizarla, porque la conocía muy bien y sabía que cuando estaba nerviosa. Un signo era que solía frotar un pie contra otro sin parar, hasta que se desgastase los zapatos; la había visto hacerlo desde que eran pequeños, pero al menos ahora podía hacerle saber que estaba para ella y con ella.

Becca apretaba su mano con fuerza, clavando su palma en la de él. Deseaba recostarse en su hombro y que él la abrazase mientras el tiempo se detenía para todos menos para ellos; pero nada se detenía, toda esa gente seguía hablando, haciendo tiempo a que la reunión empezase.

Finalmente, creyendo que perdería la cabeza si se quedaba un solo minuto más encerrada en ese cuarto sin sentido, quedando unos diez minutos para que diera comienzo la reunión, salió por la puerta, no sin antes decirle a Adam que se marchaba y que no hacía falta que la acompañase, así que empezó a recorrer la base secreta de La Visión.

Esta se encontraba en unos viejos almacenes a las afueras de StrattoNova, o al menos eso era lo que pretendían hacer creer a los demás, ya que en realidad estaba bajo tierra, y se entraba por una trampilla en una de las habitaciones de la fábrica. La Visión no era una organización tan clandestina como ella había imaginado. Parece que el gobierno sabía de su existencia, pero la dejaban en paz mientras los miembros de La Visión también lo hiciesen. A Becca le producía escalofríos el saber que probablemente ahora estaba siendo vigilada por mil ojos, aunque seguía sin tener claro a quién pertenecían.

Toda la base era de color blanco sucio, afectada por el paso de los años. El mobiliario era escaso para tantas personas pertenecientes a la Visión, gran número que a Becca sorprendió. Las luces del techo temblaban y palpitaban débiles, como un enfermo minutos previos a su muerte.

El motivo por el que se encontraban allí era por la llegada de Helena Stone, la chica del parque, quien había cuidado a Becca y a Delly en Oscuridad durante un par de años junto a Stephan Mychen, que también estaba allí. Después, Helena y ella volvieron a casa de Adam, donde este les confirmó a ambas que había una reunión esa tarde y que se requería la presencia de Becca, cosa que a ambos les extrañó mucho, pero no a Helena, quien solo aceptó. Becca sentía que le iba a dar un ataque, estaba harta de que ella fuese la ciega en ese juego, la que no sabe qué va a pasar después, incluso parecía que Adam sabía más que ella y que no se lo contaba. La mente de Becca removía las posibilidades, decidía entre quedarse ahí o marcharse pero, ¿adónde iría si lo hiciera? No, no tenía a donde ir. Solo podía quedarse ahí, esperando el veredicto, por mucho que la atormentase que, en realidad, Jenna, Adam, Henry, fueran solo otras marionetas en ese juego.

Becca recorría los pasillos fijándose en los mínimos detalles, lo que la ayudaba a distraerse, ya que la teoría antes mencionada la aterraba. Las pocas personas que caminaban por el mismo pasillo que Becca la miraban con una mezcla de miedo y admiración, mas no había una línea clara entre una y otra. Ella seguió caminando, intentando evadir las miradas y las ganas de vomitar.

Invencible ©Where stories live. Discover now