Invencible ©

Capítulo 1

Hola a todos, esta es mi primera novela propia y creo que os va a gustar. Se parece algo a Divergente, sé que lo pensaréis, pero os juro que es diferente. He conseguido hacer un hueco para escribirla y subirla. Muchas gracias por leerla, espero que os guste.

PD: Ahí os dejo como me imagino yo a Becca y el booktrailer. Gracias

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Las farolas iluminaban tenuemente Los Jardines de las Estrellas como la luz de la Luna, que también contribuía en ello. Ya casi no quedaba gente en aquellos jardines, a excepción de un anciano cruzando el paso de cebra, un hombre fumando apoyado en una farola y una muchacha corriendo. La mayoría ya se habían ido a sus casas a cenar y prepararse para el día siguiente.

La chica corría hacía la séptima calle, allí se dirigió hacia la casa setecientos doce, el siete era por la calle y el doce porque la vivienda era la número doce. Atravesó el jardín mal cuidado; las flores se marchitaban al igual que las esperanzas de vida de alguien que tiene una enfermedad sin cura, las placas solares no lo impedían del todo. Farolillos proyectaban una escasa luz blanca sobre el porche. La casa estaba pintada de azul marino, aquella muchacha pensó que si tuviera puntos blancos sería igual que la noche que se alzaba sobre ella. Subió los escalones del porche y tocó la campanilla, un hombre le abrió la puerta: era alto, tenía el cabello oscuro y los ojos de un verde intenso. Automáticamente se apartó de la puerta para dejarla pasar.

-Hola, Stephan -Stephan no le respondió, se limitó a mirarla del modo del que lo hacía a menudo, una mirada que ella no sabía identificar; se dio la vuelta y marchó.

Atravesó el salón, compuesto por dos sofás beige colocados enfrente el uno del otro y un sillón a un lado, entre ellos había una pequeña mesa de cristal con un florero. La televisión colgaba de la pared gris pálido, junto a una estantería de madera tallada repleta de libros de todas las épocas.

Cruzó el pasillo de puertas e introdujo la llave en una de ellas. Daba a una pequeña habitación con suelo de losa negra y paredes desnudas de yeso blanco, a excepción del escudo de Stratto, un cuadrado con el borde dorado dividido en cuatro cuadrados más pequeños, cuatro de ellos a los lados y uno pequeño en el centro; representan las regiones o pueblos en los que está dividido el país: Oscuridad que se representa como una luna; Ardiente o más conocido como Fuego que es como una pequeña llama; Luz, con un destello y Agua con una gota. El cuadrado del medio es StrattoNova, la capital del país, ahí suele habitar la gente más importante. Éste es ilustrado con una estrella de cuatro puntas que, a su vez, cada una representa un pueblo, el centro, la capital.

También en la habitación había un escritorio de color caoba, sobre él había una balda del mismo color con los libros de clase, hechizos y algún que otro que le había conseguido Delly, su mejor amiga, en la librería en la que trabajaba. Su cama se encontraba contra una de las paredes, al sentarse en ella emitió un chirrido; se le había salido un muelle. Un taburete que le servía para poner su ropa estaba colocado a la izquierda de la cama, también estaban su pequeño armario de haya y una silla roja para el escritorio. <<Este es mi hogar - pensó - aunque no por mucho más>>. Dejó el bolso sobre la cama, se aproximó a la ventana y miró a través de ella. Un cielo oscuro lleno de estrellas con una resplandeciente luna llena formaba el collage permanente del cielo de Oscuridad, a excepción de la Luna que solo estaba cuando se suponía que era de noche, durante el "día" no brillaba en el cielo. De pronto, alguien llamó a la puerta.

-Toc, toc, señora Rebecca Anderson, abra la puerta o la echaré abajo -bromeó alguien que se encontraba tras la puerta, poniendo la voz grave.

-Ahora le abro señora Delianne Gilber -respondió Becca que se levantó de la cama con una sonrisa a abrir a su amiga.