Capítulo 14

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For those days we felt like a mistake

Those times when love's what you hate

Somehow

We keep marchin on

Marchin On by OneRepublic

La voz del muchacho sonaba muy lejos, como si alguien a decenas de metros estuviese hablándole, pero su mente tenía un lento procesador, por lo que tardaba mucho en enterarse de lo que Adam le decía, aunque tampoco quería hacerlo.

—Adam, por favor -le rogó Becca, con los ojos cristalinos y una mano en la boca—. Dime que no es cierto, por favor.

El chico tardó en responder, por lo que mientras una serie de lágrimas comenzaron a surcar las mejillas de Becca, dejando senderos irregulares en ellas.

—Te lo repito, Becca -le dijo, finalmente, Adam—. El nombre Delianne Gilber no aparece en ninguno de los archivos de Fuego y para sus habitantes, por lo menos para los que yo he conocido, no sabían quien era.

Becca volvió a llorar con más fuerza, de modo que de su garganta salían pequeños gruñidos, haciendo el llanto más intensivo. Seguidamente, se llevó las manos a los ojos y a las mejillas para limpiarse las lágrimas.

—¿Pero cómo? ¿Cómo es posible? —preguntó ella, prácticamente atragantándose con las palabras por culpa de las lágrimas.

Adam no respondió, pues sabía que esas preguntas Becca no se las hacía a él, sino a quien pudiera darle las respuestas, aunque no tenía muy claro quién podría ser ese alguien.

Becca escuchó a Adam suspirar.

—Tengo que colgar -le dijo Adam, muy despacio—, nos vemos en casa en un rato, cuando acabes donde Jenna.

La joven volvió a limpiarse las lágrimas.

—Claro —aceptó ella, todavía con los ojos nublados.

Seguidamente, se escuchó el sonido que marcaba el final de la llamada, dejando a Becca con el teléfono a la oreja, porque no tenía suficiente energía como para bajarlo. Finalmente, dejó que cayese al suelo, donde se rompió en mil pedazos y cientos de piezas adornaron en césped. En ese momento, ella se dejó caer sobre la hierba, poniendo sus rodillas sobre ella. Sintió algo de dolor cuando éstas rozaron el suelo, pero no le importó. Sentía una mano dentro de su pecho, una mano que le retorcía el corazón y el alma. Becca se llevó las manos al collar que Delly le había regalado, la única prueba que conservaba de que la existencia de su mejor amiga había sido real, aparte de sus propios recuerdos. Al recordar el tiempo con Delly, Becca se encogió en sí misma, con las manos escondiendo sus ojos, como si fueran presas que impedían el flujo de sus lágrimas.

—Becca —le llamó alguien a su espalda, por lo que la chica se volvió. Luce le miraba con los ojos curiosos y preocupados por la situación en la que había pillado a Becca, la comida está lista, ya nos la han traído.

Becca se levantó del césped y se sacudió la ropa con las manos. Volvió a pasarse una mano por las mejillas y se acercó a Luce, con los ojos brillándole y viéndose de un azul mucho más claro.

—Gracias, Luce —le dijo Becca, tratando de sonar normal, para impedir que la tristeza volviese a afectarle—, pero no creo que sea lo mejor ahora mismo para mí. No me encuentro muy bien, no he recibido una muy buena noticia ahora mismo, así que... Me gustaría irme a casa.

Luce le miró comprensiva.

—Deja al menos que te lleve a casa.

Becca negó con la cabeza y se clavó las uñas en las palmas, intentando que las lágrimas no saliesen, no en ese momento.

Invencible ©Where stories live. Discover now