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2019

Emma

Siempre me han gustado los coches, de todos los tipos. Y aunque tengo preferencia por los coches grandes, mi novio maneja uno. Y gracias a esa pasión trabajo en mecánica. Conozco todos los motores como la palma de mi mano, y colaboro intentando traer todo tipo de mejoras. Acompañaba a mi novio y a su hermano -mi cuñado-, a todas las carreras que podía a ayudar con Ferrari. Él y yo nos llevábamos super. Era una persona increíble y éramos súper buenísimos amigos.

Arthur, mi novio, siempre me llevaba a casa, y pasábamos tiempo juntos, con Charles y él. Arthur había sido mi primera vez en muchas cosas. Mi primera vez en relaciones sexuales, mi primer beso. Llevábamos juntos desde los catorce y quince. Yo tenía 21 y él 22 Nos conocimos en secundaria, nos habíamos gustado desde entonces. Su familia me adoraba como una hija más, la mía más de lo mismo con ellos. Amaban a Charles y a Arthur.

-Buenos días, amor -me susurraba Arthur en el cuello para luego dar un beso.

-Hola -sonreí adormilada.

-Tengo hambre.

-Comeme.

-Seguiría teniendo hambre.

-Baahhh, aburrido.

-Vaaamos.

-Ves yendo, ahora iré.

-Vaale -me besó en la mejilla y se fue.

Y ahora, en cinco minutos, vendría buscarme su hermano haciéndome cosquillas para que me levante. Siempre era así.

-¡Arriba, enana! -me decía mientras yo no podía apenas hablar por las carcajadas que me provocaba.

-Dime que me quieres en francés y voy.

-Je t'aime.

-Ahora sí -me incorporé.

-¿Qué obsesión tienes con mi francés? Estamos en Mónaco, todo el mundo lo habla.

-Simplemente me gusta.

-Bueno, vale.

-Vale, ya no te pido nada. Ale.

-Pardonne moi, princesse.

-Pardonné, prince -reí.

Me guiñó un ojo y nos bajamos para allá. Una vez, cuando tenía 19 años, estaba con esos dos de fiesta, y bebí tanto, que me lié con Charles confundiendolo con su hermano. Menos mal que mi novio me perdonó. Charles no me lo tomó en cuenta, y lo dejamos como una cosa del pasado. Charles salía con una chica que era lo más insoportable que había conocido nunca. Ninguno de su familia la soportaba, excepto él, claro. Me había peleado con él mil veces haciéndole entender la clase de persona que tenía al lado, pero nunca me hacía caso, y acabábamos discutiendo fuertemente.

-¡¿Puedes entender que es MI vida?!

-Charles... no es buena persona.

-¡No la conoces!

-Me basta ver eso.

-Por dios... el día que entiendas que en el amor no te tienes que meter...

-Vale, lo siento.

Y ahí, cogí y me largué de su casa.
Nuestras peleas eran tal cual así, o peores. Y luego, estábamos tan bien como esta mañana.

-¿Cuándo es tu próxima carrera?

-Ya no hay, estoy de vacaciones, estoy hasta los huevos de coches ya...

𝐬𝐢𝐧 𝐝𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 [proceso 2 libro]Where stories live. Discover now