𝐬𝐢𝐧 𝐝𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 [proceso 2 libro]

10

Charles

Cuando llegué a casa, entré y mi hermano estaba mirando al móvil con cara triste, llevaba así desde la separación de Emma, y eso me rompía aún más.

-Oye... Vendrá otra.

-Planeaba casarme con ella, Charles.

-Pues no me queda de otra más que decirte que la recuperes.

-¿Y cómo lo hago? No me quiere ver.

-Si te esfuerzas estoy seguro de que lo harás -dios, no entiendo por qué duele de esta manera.

-Voy a verla.

-Primero arreglate un poco, no vayas así -me reí.

-Me ha visto de todas las maneras que pueda haber, que más da.

-Lo digo por hacerte las cosas más fáciles, porque de que te vea así a qué te vea bien guapo con tu medio litro de colonia...

-Vale, vale. Voy.

¿Por qué lo ayudo? Dios, soy gilipollas...

Emma

Estaba en mi casa pensando en que quería. Si estar soltera y experimentar, si probar con Charles o seguir con Arthur... siete años de relación... joder.

Tocaron a mi puerta, supuse que era Charles, pero no, era Arthur. Venía casual, casual arreglado, y olía exactamente como a mí me encantaba.

-Uy, no te esperaba.

-Ya... ¿Cómo estás?

-Pues bien, tu hermano y Carlos han ayudado bastante.

-Me alegro... ¿Te apetece salir un rato?

-Claro. Vamos.

Me dio la mano y nos fuimos por la ciudad. Su mano me dio el calor que había estado sintiendo tantos años, se seguía sintiendo tan bien... Nos subimos a su coche y nos fuimos por ahí, a ver qué nos encontrábamos. Acabamos cenando en mi restaurante favorito. Eso me hizo especial ilusión.

-El mejor vino que he probado está aquí -le di un sorbo.

-Ya ves...

Sonrío, sonríe y me pierdo en sus ojos. Tomó mi mano y dejó un beso en el dorso y los dedos de esta, sin dejar de mirarme a los ojos. Tenía una mirada muy bonita, esa siempre que había sido dedicada a mí, y que no me imaginaba poniéndosela a otra que no sea yo. Tampoco me imaginaba sus labios siendo besados por otra, ni tampoco dándole placer a otra. No quería ni pensarlo, me quemaría por dentro aquello. Aun lo amaba, claramente, pero estaba roto esto.

-¿Tu cómo estás?

-He estado jodido, la verdad... pero ya nada más.

-Ya, normal...

-¿Tu que tal con ellos?

-Bastante bien, pero hay algo que debes saber.

-¿El qué?

-Charles y yo nos hemos besado.

-Ah... ya me lo había imaginado, la verdad...

-Pero sinceramente no sé si he hecho bien, porque te quiero.

-Yo también te quiero, y no importa.

-Vale.

-No te preocupes.

Sonreí.

Cuando salimos de ahí me besó en los labios, y nos fuimos en su coche otra vez.

-Esto... ¿Dormimos juntos?