1

92 6 0
                                    

Emma


Cinco años después...

2024

Fue un año durísimo para Carlos. Terminó su contrato con Ferrari y se quedó sin escudería. Por lo que decidimos tomar un rumbo nuevo y mudarnos a otro país. Noruega. Y de nuestro amor, nació una hermosa bebé. Un 4 de mayo de 2022.

Llevábamos desde el primer momento que me enamoré de él juntos, no nos habíamos separado ni un solo minuto. Nuestra preciosa Ruth se convirtió en el amor de nuestra vida nada más verla. Y la cuidábamos con todo nuestro cariño, vivíamos felices. Él mantenía contacto con algunos de sus compañeros. Lando, Fernando, Daniel… Incluso venían a vernos de vez en cuando. Cuando podían. Ambos estábamos centrados en la pequeña, solo hacía algunos meses que había nacido y necesitaba nuestra atención. Y ya desde el principio me di cuenta de que su favorita era yo, cada vez que el trataba de cogerla para llevarla a la cuna, se despertaba y empezaba a llorar.

–Joder… parece como si me odiase.

–Tiene mamitis.

–Y yo también, no te jode.

–A la noche soy toda tuya.

Me sonríe.

–Qué ganas de que me lo grites…

Sonreí. Sabía cómo provocar y era algo que me seguía encantando de él al pasar los años. Que nuestra química, fogosidad y pasión seguía igual. Carlos era un hombre diferente a los demás. Era privado, pero demostraba que eras suya con solo un gesto sin necesidad de gritarlo a todo el mundo. Una mirada, una sonrisa, un roce. Sutil, pero notorio. Deseaba que Ruth se durmiera en mis brazos para poder dejarla en la cuna y disfrutar de mi novio. Por qué me salió tan inquieta… Acabé sentada en el sofá con el móvil en una mano y con ella en el otro brazo esperando. Odiaba cuando costaba tanto dormirla.

–A la próxima, biberón de tila –oigo a mis espaldas. Me reí. Tenía unas salidas a veces…

Por suerte, poco después acabó dormida, y yo en los fuertes brazos de Carlos. Por fin…

–Qué ganas tenía… –me estrechó entre ellos.

–Sí.

–¿Te molestaría si un día vuelvo a pilotar? –me mira a los ojos.

–Claro que no, pero quiero seguir disfrutando de ti un poco más.

–Es que me han ofrecido un contrato…

–Joder.

–Oye, puedo rechazarlo.

–Haz lo que sientas.

–Quiero volver a correr. Ferrari me ha dado un contrato de un año y me voy a otra escudería.

–Bueno…

–Lo siento… Pero vivo para ello.

–Podrías esperar.

–Es para la próxima temporada, puedo esperar.

–Lo digo por tu hija.

–No os dejaría solas por nada del mundo.

Asentí. Menos mal.

–¿De verdad pensabas en eso?

–Pensaba que te irías, sí.

–Claro que me voy a ir. Sin vosotras no, pero tendré que irme.

–Ya.

–No soy de esos que abandonan.

–Lo sé.

𝐬𝐢𝐧 𝐝𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 [proceso 2 libro]Where stories live. Discover now