𝐬𝐢𝐧 𝐝𝐚𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐚 [proceso 2 libro]

8

Emma

Cuando tuve un momento, le hice videollamada a Carlos, quería ver como estaba.

–Qué susto me has dado… Hace cinco minutos dormía.

–Ay, perdón.

–Que va, solo me has pillado desprevenido.

–Te llamo después si quieres.

–Que no…

–Vaale, ¿como estás, feo?

–Ya te gustaría a ti que yo fuera feo. Bien, todo bien.

–Bah. Me alegro.

Era como mi hermano mayor.

–¿Y el imbécil de Charles? Me sorprende no verlo pegado a tu culo como siempre.

–Se ha ido a su casa, hemos pasado ya muchos días en mi casa.

–Uuuuy… He visto que lo has dejado con Arthur, ¿qué ha pasado?

–Cuernos. No míos esta vez, suyos.

–¿Perdonaaaaa?

–Pues lo que oyes.

–¿Y ahora…? A saber qué habréis hecho Charles y tú en su casa.

–Literalmente nada.

–Si no habéis hecho nada poco le falta. Ahora viene la pregunta del millón… ¿A ti él qué te parece?

–¿A qué te refieres? –alzó las cejas, a juzgar por su cara, creo que ya lo sé–. Pues es mono, pero no lo veo de esa manera, Carlos.

–Si es mono ya es algo. A ver, ¿tú cómo te sientes? Porque es que desde que os veía y tú estabas con Arthur ya parecía que salíais.

–¿Qué dices? Nooo…

–Siiiiii. Sisisisisi.

–Carlos, por mi madre. Estás fatal

–¿Yo? Mira esto –me llegaron un par de vídeos al WhatsApp–. Analízalos.

–¿Qué son los videos?

–Tú miralos.

Éramos nosotros dos. Charles y yo. Había uno que era nosotros simplemente hablando, y él me miraba, parecía que estaba perdido en mí… guau.

–Sí, ya los he mirado.

–¿Y bien? ¿Qué, rubia?

–El otro día ya me miró de una manera que me cortó la respiración.

–¿Y un amigo hace eso?

–... No.

–Pues ahí lo tienes

–¿Qué me quieres decir con todo esto?

–QUE TE DES CUENTA DE QUE TE PONE LOCA. Porque de verdad, mi niña, que hay veces que es para meterte en un baño de agua fría a ver si te das cuenta de tus cosas.

–Te lo digo de corazón. No me gusta.

–Dimelo cuando no se te corte la respiración cuando te mire.

–Pero fue por el impacto de que alguien como él me mire así. Simplemente no me lo esperaba.

–Y tampoco te esperas besos de él y se te eriza la piel, ¿no? Claaaro.