Territorio Hwang

63 13 2
                                    

Descanse en la cabaña por días, me puse el ungüento sin falta y me vende yo misma, debía descansar porque el día que Yoona llegara sería decisivo.

Cuando estuve algo mejor por la tarde me adentre en el bosque, intenté evitar a los perros de tres cabezas que quedaban, me encontré con algunos de ellos y los mate, pero no habían llegado demasiados para atacar.

Llegue a la orilla del territorio Kim, camine por un par de metros mirando hacia el otro lado, buscaba la respuesta del señor del territorio hwang.

No vi absolutamente nada y fue una pena, comencé mi camino hasta el territorio Choi, miré a través del lugar, conocía a la segunda hija del patriarca Sooyoung Choi, me pregunté en ese momento si podía pasar a ese lugar, pero si lo hacía tal vez no tendría la misma suerte que en el territorio hwang.

Decidí volver por la orilla del territorio, volví a encontrarme con los perros, esta vez eran muchos más, parecía ser su mayor rival.

Nos enfrentamos por algunas horas, aún habían algunas heridas abiertas, pero no me iba a dejar, debía proteger mi territorio si iba a quedarme en este lugar.

Perdí mi espada en un descuido, había sentido una presencia con un aura diferente a mis espaldas, adopte una postura para pelear a puño limpio, no podía dejarme estar, fuera lo que fuera o quien fuera no podía distraerme contra un enemigo como este.

Comencé mi lucha a puño limpio, era algo más peligroso ya que la cercanía con ellos era mucho mayor, de un momento a otro pude sentir una energía en mi cuerpo, pude sentirme fuerte una vez más, cuando los perros comenzaron a disminuir intente ir por mi espada y luego de unos minutos pude observar al territorio vecino, ahí estaba ella viéndome casi a la orilla del territorio, me sorprendió un poco pero sabía que alguien estaba por ahí desde hace un rato.

Caminé con precaución hasta la orilla los límites y ella simplemente pasó al terreno Kim, miré hacia atrás, no quería que se lastimara.

-puedes venir con tu doncella, pensé que decírtelo era mejor que colgar una prenda- ella se veía más apacible que en otros momentos, era la primera vez que la veía así de tranquila y amable.

-no debería estar aquí, es peligroso para usted mi señora- ahora la podía observar con más detalle, era bastante bella, creo que era una de las señoritas más hermosas que hubiese conocido alguna vez.

Su vestimenta, su cabello suelto color chocolate, sus ojos del mismo color, parecía una real princesa, no como yo, ella era una luz al final del túnel y yo era la oscuridad.

-estas herida? Déjame curarte antes- parecía algo ilógico el como se estaba comportando ahora mismo.

-no es necesario, le agradezco que me fortaleciera, es suficiente para mi- lo más probable es que haya sido regañada por el señor -porfavor vuelva a su territorio-

-esta bien, estaremos esperando por ustedes- aún así me alegraba que no fuera tan hostil.

-se lo agradezco mi señora- me incliné levente y luego me giré, no podía seguir dando la espalda al bosque donde los perros podían aparecer por sorpresa.

Sentí a la señorita hwang en mi espalda por unos minutos y luego ya no, en ese momento supe que ya había vuelto a su territorio, así que tomé con fuerza mi espada y seguí mi lucha hasta volver a la cabaña.

Me tiré a la cama para descansar, no me cambié ni bebí ni comí nada, simplemente quería cerrar los ojos, algo que no había hecho por días.

Me desperté cuando sentí un ruido, me levanté y vi a Yoona acomodando los alimentos de la semana.

Amor, Honor y Espadas Where stories live. Discover now