8. Inoportuno 🌺

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Narra Tahiel:

Llevo todo el día sin ver a Ela, y siento que su ausencia me está pasando factura.

Es increíble como un día estás viviendo tu vida como te da la gana, y al otro sientes que hasta tú vida depende de una persona.

Pero yo estoy más que encantado con entregarle mi libertad a Ela, es más fue lo mejor que me pudo pasar. 

- ¿Pensando en alguna bruja llamada Ela? - miro a mi padre, el cual me mira divertido - no sabes cómo disfruto verte así de embobado.

Yo ruedo los ojos pero sin poder ocultar una sonrisa.

-No me digas, casi no se nota - él ríe por mi sarcasmo.

- Es que a diferencia de mí, tú traías todas las noches alguna chica diferente, a tú madre casi le daba un infarto todas las mañanas al ver que esas pobres chicas salían de tu habitación todas ilusionadas. - me recuerda lo patán que fui hace apenas unos días. - siempre tuve curiosidad de saber que le decías.

Ahora hasta siento vergüenza por mi comportamiento, ¿Se puede cambiar tanto en solo una semana?.

-Nunca les mentí, que quede claro - tampoco quiero que piensen lo peor de mi - les decía que solo pasaríamos la noche, y si llamaban o me escribían luego de eso, simplemente las bloqueaba - mi padre abre los ojos como platos.

-No eres mi hijo - niega con la cabeza - con razón tu madre decía que eras un bad boy.

-¿Qué? - eso no lo sabía -¿Por qué no sabía eso? - él se encoge de hombros.

- Solo espero que a Leti no le toque nadie parecido a su hermano - golpe bajo.

-Yo también, pero si alguien intenta lastimarla no vivirá para contarlo.

No pienso dejar que nadie lastime a mi pequeña Leti.

-Claro que no vivirá para
contarlo - solo tocar el tema, nos saca una mala vibra.

-¿Crees que estás desapariciones tienen algo que ver con el aquelarre de Ela? - cambio de tema.

- Aún no podemos asegurarlo pero es lo más probable, sobre todo por lo que nos contó Ela.

-No sé como se lo vaya a tomar, a pesar de todo son su familia.

- Todavía no estamos seguros, es mejor no alarmarla en vano.

Tiene razón.

Seguimos resolviendo asuntos del reino hasta que mi padre tiene que retirarse.

De pronto siento esa hechizante melodía que conozco a la perfección.

Y en segundos se abre la puerta del dejando ver a la bruja que se roba mis latidos.

Ella se adentra con una amplia sonrisa y no soy consciente de que trae una bandeja hasta que la coloca en el escritorio justo frente a mi.

-¿Y esto? - pregunto como idiota, obvio es comida.

- Me enteré de que no has comido nada - me mira con el ceño fruncido y cruzando los brazos, que ternurita.

Suelto una risita que al parecer a ella no le causa gracia.

-¿Qué pasa hermosa? - ella continúa con el ceño fruncido.

-No quiero que lo vuelvas a
hacer, - me regaña - ya sé que tienes muchas responsabilidades, pero no puedes descuidarte de tí, tienes que estar bien para seguir cuidando del reino.

La agarro de las manos y la acerco hasta sentarla en mis piernas.

¡Mala idea!

-Si me traerás la comida personalmente no me importa pasar un poco de hambre - ella me mira mal y eso solo me hace sonreír - está bien, no lo volveré a hacer.

- ¡Prometelo! - me exige.

-Lo prometo gruñona - ahora sí vuelve a aflorar su hermosa sonrisa.

Junto mis labios a los suyos y es como si volviera a respirar después de mucho tiempo.

Ella me aparta lentamente y me mira fijamente a los ojos, un ligero sonrojo tiñe sus mejillas y me enorgullece ser el causante.

-Come - habla en un susurro.

Sé que ella es consciente de la tensión palpable que siempre nos rodea, pero le daré todo el tiempo que necesite.

- Estoy tan cansado que no creo poder comer por mi solo - cierro los ojos y escucho como ríe sonoramente.

Amo su risa, mejor dicho hay algo en ella que no ame.

-¿Quieres que te de la comida? - asiento aún con los ojos cerrados - tienes que estar bromeando - niego.

-Estoy muy enserio - ella me mira fijamente, quizás buscando algún indicio de broma, cosa que no hallará.

Sin más agarra la copa que contiene el líquido carmesí y lo lleva a mis labios.

Me da el líquido poco a poco, y yo disfruto cada sorbo más de lo normal.

Continúa con la demás comida de la bandeja y enserio que estoy disfrutando esto, y más viendo su rostro sonrojado.

Termino comiendo todo lo que me da hasta que no queda nada en la bandeja, ella acerca sus dedos a mis labios y siento que esto no terminará bien.

Pasa sus delicados dedos lenta y tortuosamente  por mis labios entre abiertos, no pierdo ningún detalle de su rostro mientras lo hace.

Ella muerde un poco su labio inferior mandando a la mierda la poca cordura que traté de mantener.

La levanto de mi regazo para sentarla sobre el escritorio. Ella me mira asombrada por el inesperado movimiento.

Devoro su boca como si no hubiera un mañana mientras me acomodo entre sus piernas. La acerco más al borde del escritorio de manera que su intimidad roce con la mía, quiero que sienta lo que provoca en mi.

Ella gime cuando siente mi miembro duro contra ella, dejo sus labios para besar y lamer su cuello, sacándole suspiros. Bajo un tirante de su vestido dejando uno de sus pechos al descubierto, espero no arrepentirme de esto, porque aunque las ganas me sobran ella debe suplicar que la haga mía.

Introduzco su seno en mi boca y ella suelta un sonoro gemido que me pone aún más, juego con su seno, lamiendo, chupando y mordisqueando su pezón, mientras simulo embestidas.

Ella se aferra a mi pelo y yo amo que haga eso.

-Tahiel...- susurra en mi oido. Joder y ahora como detengo esto.

Llevo mi mano a su intimidad rozando ese punto sensible a través de sus bragas. Ella gime aún más alto, hago sus bragas a un lado con toda la intención de hundir mis dedos en ella, pero alguien toca la maldita puerta.

No lo puedo creer.

Ela se aleja de mi rápidamente y yo estoy seguro de que voy a matar a Santiago. Porque sé que es él, como también se que él sabe perfectamente lo que estaba pasando aquí.

Ela se arregla lo mejor que puede y su cara está más roja que un tomate, en otro momento esto me produciría risa pero no ahora, porque justo ahora solo quiero que Santi atraviese esa puerta para arrancarle las orejas.

Ela agarra la bandeja y sale del despacho como alma que lleva el diablo.

Pero eso no es lo que me hace hervir la sangre, lo que me hace hervir la sangre es ver como el idiota de Santiago entra al despacho riendo a carcajadas.

-Lo siento hermano pero no pude resistirme, - habla entre risas -además creo que te hice un favor, o  ¿cómo pretendías parar llegado a ese punto?.

Sé que tiene razón, pero eso no quita el echo de que el maldito lo hizo con segundas intenciones.

- Me la vas a pagar Santiago, tenlo por seguro.

Le lanzo una mirada asesina y vuelvo a sentarme tras mi escritorio, pero justo ahora solo quiero irme a mi habitación junto a Ela y terminar lo que habíamos empezado.

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Camelia _Red

💝 Ciao Cuores 💝
















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